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Las bombillas LED son una brillante alternativa para iluminar el hogar

  • Consumen un 80% menos que las bombillas convencionales equivalentes
  • Su larga duración y bajo consumo son algunas de sus principales ventajas
  • Son más caras, pero el coste total es menor a lo largo de su vida útil

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Bombilla LED
Las bombillas LED son el tipo de iluminación con una mayor vida útil.

Estos días se celebran 50 años de aplicaciones prácticas del LED, ese tipo de iluminación que la mayoría conocimos como un punto rojo que indicaba que el walkman o algún otro cacharro electrónico estaba encendido.

Ya en 1962 Nick Holonyak, considerado «el padre del diodo emisor de luz» —aunque también es necesario mencionar las investigaciones anteriores del ruso Oleg Lósev— creía que su invento pronto reemplazaría a las bombillas incandescentes o convencionales.

No fue así entonces, pero sí es algo que empieza a suceder ahora: actualmente las lámparas LED son en algunos aspectos una buena alternativa a las desaparecidas bombillas incandescentes. Como también son alternativas las más conocidas bombillas fluorescentes o «de bajo consumo», las incandescentes mejoradas o las bombillas halógenas.

Los LED son pequeños componentes electrónicos formados por semiconductores que emiten luz cuando pasa por ellos una corriente eléctrica. Por ejemplo, son ampliamente utilizados para la iluminación de pantallas de televisión y de dispositivos como teléfonos móviles.

Este tipo de iluminación también se utiliza cada vez más en semáforos y señales luminosas de todo tipo, incluyendo los pilotos de los vehículos sobre todo en la luces de frenado, por su intensidad —su luz es muy brillante, incluso a plena luz del día— y porque su encendido es inmediato.

En comparación con otras formas de iluminación un LED funciona con muy poca electricidad, pero también su tamaño y la cantidad de luz que puede emitir es muy inferior al de otras fuentes de luz. Por ese motivo la bombilla LED, independientemente de su forma —que puede ser semejante e incluso idéntico a la forma que tienen las bombillas «normales»–, consiste en un circuito electrónico que agrupa varios de estos LED. El número de unidades LED utilizadas depende de la cantidad de luz (lúmenes) que se quiera conseguir.

Principales ventajas de las bombillas LED

Las bombillas LED están aún en su desarrollo inicial como fuente de iluminación para uso doméstico y general, pero ya destacan por eficacia luminosa y reducido consumo. En general son el tipo de iluminación con una mayor vida útil.

Pueden durar, según el fabricante, entre 25.000 y 30.000 horas o más, lo que significa que pueden pasar entre 10 y 20 años antes de tener que cambiar una de estas bombillas.

En iluminación doméstica actualmente las bombillas LED son adecuadas como sustitutas de las bombillas convencionales de hasta 60 vatios de potencia.

La eficacia luminosa de un LED, es decir, la cantidad de luz que emite en relación a la energía que consume, es en general superior a la de otro tipo de bombillas. En comparación con una bombilla convencional de 60 vatios una lámpara LED que emite una cantidad de luz similar consume unos 10 vatios. Es decir, una bombilla LED gasta un 80% menos de electricidad, similar al ahorro que supone una bombilla fluorescente.

En las bombillas LED el encendido es instantáneo, mientras que las bombillas fluorescentes más comunes tardan algo de tiempo en funcionar a pleno rendimiento. Y aunque existen modelos fluorescentes de encendido rápido no puede igualar la inmediatez de encendido, a pleno rendimiento, de una bombilla LED. También soportan un alto número de ciclos de encendido y apagado.

En la práctica la vida útil de estas bombillas, sin embargo, puede variar. Por ejemplo, su vida puede verse notablemente acortada si se instala en una lámpara o luminaria cerrada que favorezca su calentamiento. O si se instalan en exteriores.

Qué hay que tener en cuenta al comprar una bombilla LED

Lo más evidente es que son notablemente más caras que las bombillas incandescentes. Esto en principio puede ser motivo suficiente para disuadir a cualquiera de hacer un cambio simultáneo de todas las bombillas de la casa. Aunque a largo plazo el coste por unidad, a lo largo de toda su vida útil, sería muy inferior al uso de halógenos y bombillas incandescentes mejoradas, que además de consumir más requerirán un mayor número de reemplazos.

Hay casos en los que las bombillas LED pueden ser la opción más adecuada.

Por ejemplo, es habitual que una bombilla LED pueda funcionar con un regulador para variar la intensidad de la iluminación, algo que no es posible con las lámparas fluorescentes de uso general. Y es relativamente fácil modificar el color, permitiendo crear distintos ambientes o adaptarse a diferentes situaciones o necesidades de iluminación.

También son adecuadas donde se necesita una luz intensa de manera inmediata, como en cuartos de baño, garajes o trasteros. Para que la cantidad de luz sea suficiente hay que buscar en la caja de la bombilla LED la cifra o valor de lúmenes. Por ejemplo, entre 800 y 900 lúmenes es una cantidad de luz equivalente a una bombilla incandescente de 60 vatios de potencia, pero la bombilla LED sólo consumirá unos 10 o 12 vatios.

También son una opción a considerar en casos en los que es necesario contar con una iluminación artificial que permita ver los colores con fidelidad. En este caso el índice de reproducción cromática de las lámparas LED es adecuado siempre que la lámpara indique una cifra superior a 75. Este valor también suele venir indicado en la caja. Otro dato importante se refiere a la temperatura de color, medida en Kelvin (K). Valores de entre 2.500 y 5.000 K se considera luz blanca; un valor de unos 3.000 K es luz blanca con un tono cálido, adecuado para iluminación general. Las bombillas LED no contienen además ningún tipo de gas en su interior. Tampoco elementos nocivos como el mercurio, que es tóxico para la salud y el medio ambiente y que se encuentra, aunque en cantidades muy pequeñas, en las bombillas fluorescentes.

Sin embargo, debido a que contienen circuitos electrónicos, las bombillas LED también deben ser retiradas de forma correcta a través de puntos de recogida específicos o puntos limpios.