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Análisis

El ataque de Bengasi enciende la "máquina de la verdad" del debate entre Obama y Romney

  • Obama y Romney se acusan duramente de mentir durante el segundo debate
  • Las "medias verdades" dominan las intervenciones de ambos candidatos
  • Páginas webs políticas ponen en marcha "comprobadores de hechos" 

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La “máquina de la verdad” del segundo debate presidencial entre Barack Obama y Mitt Romney ha echado humo.  “Eso no es verdad”, han repetido de forma constante uno y otro candidato en un cruce mucho más agresivo y vibrante que su primer cara a cara.

Ambos candidatos han obligado a tirar de hemeroteca y han puesto a trabajar duro a los conocidos como fact-checkers (o comprobadores de hechos), unos sitios webs que han cobrado protagonismo en los últimos meses y que se dedican a escrutar las declaraciones de los políticos para verificar si mienten, dicen la verdad, u ocultan información. Y esta noche han tenido trabajo.

El momento más tenso del debate ha sido a propósito del ataque contra el consulado estadounidense en la ciudad libia de Bengasi, en el que murió el embajador Chris Stevens. "El presidente tardó 14 días en llamar el ataque de Bengasi un atentado terrorista", aseveró Romney, cuestionando una afirmación de Obama de que un día después de lo sucedido lo había calificado de "atentado".

"¿Es eso lo que dijo?", preguntó el republicano. “Compruebe la transcripción”, le contestó el presidente, sin amedrentarse, con gesto serio. Pero no hizo falta, la moderadora del debate, Candy Crowley, zanjó la discusión a favor de Obama. "En realidad, sí lo hizo. Lo llamó atentado terrorista", aseguró en una intervención determinante.

"Ningún acto terrorista puede jamás perturbar nuestra determinación".  Estas fueron las palabras exactas de Obama en el Rose Garden, la roselada de la  Casa Blanca, un día después del ataque.

"¿Puede decirlo un poco más alto, Candy?", bromeó Obama en medio de  los aplausos de los asistentes, asestando el mayor varapalo de la noche  para Romney.

Punto para la moderadora

Pese a que el público de la Universidad de Hofstra de Nueva York tenía prohibido reaccionar ante los candidatos, las entradas en escena de Candy Crowley no pasaron desapercibidas.  El formato del programa (al estilo del Tengo una pregunta para usted de TVE) podía haberla dejado fuera de juego, como querían los asesores de campaña, pero la periodista de la CNN reivindicó supuesto. Peleona, levantaba la voz, ponía orden, reñía a ambos candidatos, repreguntaba...

Para PolitiFact,  una de los principales comprobadores de hechos, la tibieza del discurso de Obama el pasado 12 de septiembre hace que sus palabras esta noche puedan ser calificadas de “media verdad”, pero aún así, tanto la prensa internacional como comentaristas y políticos republicanos reconocieron al instante el fallo de Romney.

"Romney tenía el terreno abierto (en Libia) y lo perdió", afirmó  el columnista conservador Charles Krauthammer en la cadena Fox. El también comentarista republicano Ben Shapiro tuiteó que Romney "hizo una verdadera chapuza con el asunto de Libia". El asesor republicano Matt Mackoviak, por su parte, escribió en su cuenta de Twitter que "Romney debe ser mejor en lo que se refiere a Libia (en el último debate presidencial) el lunes, y lo será".

El New York Times comparó el error de Romney con el del expresidente George H. Bush durante un debate con Bill Clinton en 1992, cuando no paraba de mirar su reloj en un gesto de impaciencia. "Probablemente, el momento Rose Garden de Romney no vaya a tener el mismo impacto que el del reloj de Bush (que puede que le costara las elecciones), pero fue fascinante", escribe el periodista Andrew Rosenthal.

Medias verdades

La de Bengasi no ha sido la única polémica de la noche. El precio del gas, el rescate del sector del automóvil, la inmigración, la política presupuestaria de Romney, la evasión de impuestos, la política de armas, el seguro médico, la supuesta recogida de fondos de Obama tras el atentado de Libia e incluso la externalización de Apple en China han sido objeto de discusión y han pasado por el filtro de los fact-checkers. El resultado de Politico.com, uno de los primeros sitios en ofrecer resultados, es que ambos candidatos se aferraron a las “medias verdades” para colocar su discurso. 

Este es el caso de Romney cuando culpó a Obama de la subida del precio del gas.  Por un lado, estas fluctuaciones dependen más de los mercados internacionales que de la política interna, pero el Gobierno sí podría tomar algunas medidas como la suspensión de impuestos federales al combustible, suavizar las normas para la mezcla de combustibles limpios o aprovechar la Reserva Estratégica de Petróleo.

Obama también dijo una "media verdad" al afirmar que Romney “solo paga un 14% de impuestos cuando muchos de vosotrospagáis mucho más". Es cierto que el republicano solo paga ese porcentaje, pero no es verdad que haya muchos estadounideses que paguen mucho más que Romney. La media está en ese 14% para las rentas de entre 50.000 y 70.000 dólares. Solo pagan un impuesto "mucho mayor", en torno al 24%, los contribuyentes que ganan entre 500.000 dólares y un billón. Pero la mayoría, como Romney, acaban pagando menos al gozar de un menor gravamen en sus ingresos por dividendos y ganancias del capital.

En otros casos, la máquina de la verdad detectó con más claridad que los candidatos mentían. Por ejemplo, cuando Obama afirmó que Romney “dijo que la ley de Arizona era un modelo para la nación”, en  referencia a unas palabras del republicano en un debate en 2010. Politico.com recuerda que con estas declaraciones, Romney se refirió a la  ley aprobada en 2007 y no a la controvertida SB1070.   Si bien es cierto, que Romney nunca ha rechazado en público esta norma  anti-inmigración y se mostró deliberadamente ambiguo durante las  primarias republicanas.

A Romney también se  le “olvida” que la ley que prohibía el uso de ciertas armas semi-automáticas expiró hace ocho años al afirmar que “ya es ilegal en este país tener armas automáticas”.

Obama welcome back

Según las encuestas, el ganador del debate ha sido Obama, que ha manejado mejor esas "medias verdades" y ha dominado el escenario. Ha sabido contraatacar con una vehemencia muy medida, sin exagerar, en  su rol de candidato, sacando a relucir los peores de tropiezos de  Romney durante la campaña, como el polémico vídeo del 47%, las  declaraciones del republicano sobre la quiebra del sector del automóvil o  sus coqueteos con la evasión de impuestos. Pero sobre, ha actuado con aplomo y agresividad -sus principales carencias en el primer cara a cara- en los momentos en los que pesaba más su papel de presidente.

"La acusación de que cualquiera en mi equipo, ya sea la secretaria de  Estado, la embajadora a la ONU o cualquiera en mi equipo haría política o  engañaría en un momento en que hemos perdido a cuatro de los nuestros  es ofensiva. Nosotros no nos comportamos de ese modo. Eso no es lo que  hago como presidente o como comandante en jefe”, ha asegurado, volviendo a dar un vuelco a la campaña.