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El déficit comercial de Japón, en máximos históricos por la crisis europea y el apagón nuclear

  • Entre abril y septiembre, aumentó un 90% respecto al mismo período de 2011
  • Las exportaciones dirigidas a Europa cayeron más de un 16%
  • Importó un 10% más de productos energéticos debido al parón de plantas nucleares

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Japón tuvo en la primera mitad de su año fiscal -de abril a septiembre- un déficit comercial histórico debido a la caída de sus exportaciones -en especial, por la crisis en la eurozona- y al aumento de unas costosas importaciones de hidrocarburos por el apagón de la mayoría de las centrales nucleares.

Entre abril y septiembre, el déficit comercial de la tercera economía mundial se disparó un 90,1% respecto al mismo período de 2011 y alcanzó los 3,22 billones de yenes (31.184 millones de euros), el mayor desde 1979, año en el que el Ministerio de Finanzas comenzó a recopilar los resultados de este indicador.

Detrás de este retroceso estuvo la caída de las exportaciones, un pilar que sustenta cerca del 40% del producto interior bruto (PIB) de Japón y que se ha visto mermado, principalmente, por el descenso de la demanda por la crisis económica mundial.

Las exportaciones niponas disminuyeron con fuerza, sobre todo, las dirigidas a Europa, que se contrajeron un 16,1%, con importantes pérdidas en países como Reino Unido (-26,3 %), Italia (-31,4 %) o Alemania (-11,7 %), y en sectores tradicionales nipones como los semiconductores, los dispositivos electrónicos o los vehículos.

Así, Japón registró su primer déficit comercial en este período con la Unión Europea (UE), al registrar un saldo negativo de 92.100 millones de yenes (890 millones de euros), según los datos preliminares publicados este lunes.

En el caso de España, bajo los focos por la crisis de deuda, Japón cerró el semestre fiscal con un déficit comercial de 59.259 millones de yenes (573 millones de euros), resultado de una caída de las exportaciones del 19,3% y un aumento de las importaciones del 13,7%.

La tensión con China daña las exportaciones niponas

A este panorama comercial se suma la delicada situación con China, primer socio comercial de Japón, por una disputa territorial que se ha traducido en la peor tensión bilateral en años y se ha reflejado en el descenso en la demanda de productos nipones en el país vecino.

En estos primeros seis meses del ejercicio fiscal, las exportaciones de Japón a la segunda economía mundial se contrajeron un 8,2% respecto al mismo período del año anterior, mientras las importaciones se incrementaron un 2%, lo que resultó en un déficit de 1,53 billones de yenes (unos 14.800 millones de euros).

La caída fue aún más pronunciada en septiembre, mes en el que el conflicto se agudizó y se produjo una ola de manifestaciones antiniponas en China, con algunos ataques a intereses japoneses en ese país. Solo en ese mes, las ventas de Japón a China sufrieron un retroceso del 14,1%, mientras que las importaciones se incrementaron un 3,8% respecto al mismo mes de 2011.

En el descenso general de las exportaciones niponas ha pesado también la persistente fortaleza del yen, una divisa considerada como refugio en momentos de incertidumbre económica y que, al subir, recorta los beneficios de las empresas niponas en el exterior.

Se incrementó un 10% la importación de productos energéticos

La ralentización de las exportaciones, unida a un ritmo de producción más débil, ha anclado la recuperación económica de Japón tras el revés que supuso el devastador tsunami y accidente nuclear de marzo de 2011, cuyas consecuencias en el sector energético todavía pasan factura al país.

Así, las importaciones de Japón aumentaron entre abril y septiembre un 2,6% interanual, hasta 35,38 billones de yenes (342.537 millones de euros), debido en buena parte a un aumento de casi el 10% en la compra de recursos energéticos como consecuencia de la crisis nuclear de Fukushima, que ha provocado el cierre de casi todas las centrales del país.

Antes del accidente, obtenía cerca de un 30% de su energía de las plantas nucleares, mantiene paralizados 48 de sus 50 reactores atómicos, lo que ha obligado a subir el ritmo de las centrales térmicas, cuyo funcionamiento depende de la combustión de hidrocarburos.

Ello se ha reflejado en una subida de las importaciones de petróleo de un 8,3% en esta primera mitad del año fiscal, mientras que las de gas natural licuado se han disparado un 24,3% y las de gas licuado del petróleo, un 10,2%.