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España pierde más de 15.700 millones al año por los jóvenes que ni estudian ni trabajan

  • Supone un 1,47% del PIB español, según un estudio de la Unión Europea
  • La UE perdió en total 153.000 millones de euros en 2011 por los ni-ni
  • El informe alerta del riesgo social y político más allá del coste económico
  • Insta a los estados a evaluar la eficacia de las políticas de empleo

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"Ser un ni-ni no es solo un problema individual; es también un problema para la sociedad y la economía". Es una de las conclusiones del informe sobre el coste económico y social de los jóvenes que ni estudian ni trabajan que ha hecho público este lunes Eurofound, la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, un organismo de la Unión Europea, que ha evaluado en euros lo que pierde cada país.

Según este documento, los jóvenes ni-ni supusieron un coste de 15.735 millones de euros, un 1,47% del PIB de España en 2011. En nuestro país el 21,1% de la población de entre 15 a 29 años se encuentra en esta situación. En 2008 el coste fue de 10.800 millones, el 0,99% del Producto Interior Bruto.

En el conjunto de la Unión Europea, que cuenta con 14 millones de ni-ni (el 15,4% de los jóvenes) el coste ascendió en 2011 a 153.000 millones, un 1,21% de la riqueza de Los 27. En 2008 se perdieron más de 119.200 millones (0,96%).

El informe de Eurofound hace estas estimaciones sumando lo que supone para las cuentas públicas el dinero empleado en pagar prestaciones por desempleo y otros beneficios sociales a estos jóvenes y lo que se pierde ya que al no trabajar no pagan determinados impuestos y dejan de contribuir al crecimiento de la economía.

En términos absolutos en 2011 Italia, Reino Unido y Francia 'pagaron' más por sus ni-ni que España, 32.600 (2,06%), cerca de 18.400 millones (1,05%) y de 22.200 (1,11%), respectivamente. En términos relativos, se sitúan a la cabeza Bulgaria, con un coste que supone un 3,31% del PIB, Irlanda con un 2,77% y Letonia (2,67%).

La crisis dispara el desempleo juvenil

La crisis ha disparado la tasa de desempleo juvenil en la Unión Europea al pasar del 15,7% en 2007 al 21,4% en 2011. Excepto en Austria y Alemania ha aumentado en todos los países. España se colocó a la cabeza el año pasado con el 46,4% de desempleo juvenil, 30 puntos más que en 2007. Grecia tiene una tasa del 44,4% y Portugal del 30,1%.

La baja educación es uno de los factores de riesgo para convertirse en un "ni-ni". Una persona con un nivel bajo de estudios tiene tres veces más posibilidades de encontrarse atrapado en esta situación.

La tasa de desempleo es menor entre los jóvenes que tienen estudios superiores, del 16,7% frente al 28,2% de los que cuentan con formación básica. Aún así la crisis también ha afectado a los más preparados. En 2007, el paro entre los que tenían más estudios era del 11,4%.

En España el paro entre los jóvenes con más formación es del 35%.

El coste económico, solo una parte de la factura

El informe advierte de que "los costes económicos son solo una parte de la factura que los estados miembros tienen que pagar" por la situación de su juventud y insta a los estados a tomar medidas para facilitar el ingreso de esta población en el mercado laboral o su vuelta al sistema educativo.

La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo alerta sobre el riesgo más alto de "alienación" política y social de este grupo de población. Según el estudio entre los ni-ni se registra un nivel inferior de interés por la política y niveles de confianza inferiores. Señala que incluso en países como España, donde los ni-ni están políticamente más implicados "no se identifican con los actores principales".

El informe señala que las consecuencias a largo plazo de esta alienación política son difíciles de predecir, pero que podrían derivar en extremismos como ha ocurrido en otras épocas recientes de la historia europea.

Además del riesgo de la desafección política, este organismo de la UE alerta sobre la marginación que puede sufrir esta población.

El documento reconoce que desde los estados se han puesto en marcha diferentes políticas con el objetivo de mejorar la situación de los jóvenes sin trabajo y que tampoco estudian, pero critica que muchas veces no se ha hecho una evaluación sobre la eficacia de las medidas.

"Sin evaluaciones sólidas no es posible conocer qué políticas representan una buena inversión o cuáles tienen más potencial para traer a la mayoría de los 14 millones de jóvenes por debajo de los 30 años al empleo, la educación o la formación".

El informe de algunas pistas sobre por dónde deberían ir estas políticas y señala el éxito que algunos países tienen los contratos de aprendiz y la formación que combina clases teóricas con el aprendizaje práctico.

"Es hora de actuar, no solo por el futuro de 14 millones de jóvenes que están fuera del mercado del trabajo, la educación y la formación, sino por el futuro de todos", concluye el informe.