Un detenido por su presunta implicación en el atentado contra la embajada de EE.UU. en Bengasi
- Se trata de un hombre de 28 años, que permanece bajo custodia en Túnez
- Ansar al-Sharia habría reivindicado la autoría del atentado, según varios medios
Un hombre de 28 años permanece detenido en Túnez por su presunta vinculación con el atentado terrorista contra el consulado estadounidense en Bengasi (Libia) en el que murió el embajador, Chris Stevens, informa la cadena CNN.
Según fuentes consultadas por la cadena, el presunto terrorista se encuentra bajo custodia en Túnez y EE.UU. tiene denegado el acceso para entrevistarse con él, según ha explicado el senador Saxby Chambliss, republicano de mayor rango en el Comité de Inteligencia.
Chambliss no ha revelado el nombre del sospechoso, pero según la CNN respondería a Ali al-Ani Harzi, conectado con los grupos extremistas en el norte de África.
Además, según han revelado a la cadena otras fuentes oficiales anónimas, EE.UU. cree que los culpables del ataque, que tuvo lugar el pasado 11 de septiembre, están relacionados también con la red terrorista Al Qaeda en Irak.
Esto supondría la segunda conexión del atentado con Al Qaeda, ya que Estados Unidos ya había revelado que, según sus investigaciones, los atacantes también estaría relacionados con la rama que la red terrorista tiene instalada en el Magreb.
Ansar al-Sharia habría reivindicado la autoría
Por otra parte, varios medios estadounidenses han revelado que el Departamento de Estado y el FBI recibieron correos electrónicos apenas dos horas después del atentado contra el consulado estadounidense de Bengasi en los que se apuntaba a la responsabilidad de la organización Ansar al-Sharia.
En estos correos, enviados a varios organismos de seguridad de EE.UU y a la Casa Blanca, se especificaba que el grupo islamista extremista Ansar al Sharia había reivindicado la responsabilidad en el ataque, en el que murieron el embajador en Libia y tres estadounidenses.
La explicación de lo sucedido en Bengasi ha generado un cruce de acusaciones entre republicanos y demócratas en plena campaña electoral, después de que la Administración Obama afirmase en un primer momento que el ataque había sido producido en respuesta a una película realizada en EE.UU que se mofaba del islam.
Posteriormente, sin embargo, reconoció que el ataque había sido planeado y no había tenido nada que ver con las protestas contra el vídeo que se extendieron luego por el mundo musulmán.