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Radares inteligentes para vuelos más cómodos y seguros

  • La meteorología adversa es la principal fuente de retrasos y cancelaciones de vuelos
  • En condiciones extremas puede ser causa principal de un accidente
  • Los nuevos sistemas buscan dar más y mejor información para los tripulantes

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Antena del radar meteorológico de un Airbus A340 de Iberia
Antena del radar meteorológico de un Airbus A340 de Iberia

Además de las indicaciones de los controladores aéreos y las previsiones meteorológicas, la principal herramienta con la que cuentan los tripulantes de un avión para evitar el mal tiempo y con ello vuelos con turbulencias que pueden llegar a ser peligrosos es el radar meteorológico que llevan a bordo.

Pero algunos fabricantes creen que ya va siendo hora de actualizarlos aplicando algunos avances tecnológicos, pues estiman que el radar de a bordo aún necesita demasiado trabajo manual por parte de los tripulantes, que tienen que cambiar la orientación de la antena, normalmente alojada en el morro, aunque también puede ir en un ala, para ver cómo está el tiempo al nivel de vuelo, por debajo o por encima.

Automatización 

Honeywell,  por ejemplo, ofrece un sistema bautizado como IntuVue que se encarga de hacer estos barridos automáticamente, de tal forma que el sistema es capaz de explorar el cielo hasta a casi 600 kilómetros del avión y hasta una altura de 20.000 metros, bastante por encima de la altura de crucero habitual que suele rondar los 10.000 ó 12.000 metros para los vuelos más largos.

Además, almacena y procesa los datos que va obteniendo, lo que unido le permite construir un modelo en 3 dimensiones de lo que hay por delante del avión para poner sobre aviso a los tripulantes, estimando e indicando en sus pantallas donde puede haber turbulencias, granizo, o tormentas.  También es capaz de indicar en qué zonas la lluvia puede estar empeorando la calidad de la señal del radar y por tanto sus mediciones.

Valoración de amenazas 

Por su parte, Rockwell Collins plantea una actualización para el año que viene de sus sistemas de radar bautizada como MultiScan Threat Detectionl, Detección de Amenazas por Barrido Múltiple, que les permitirá estimar cuales de las celdas de tormenta detectadas son las más peligrosas para el vuelo en función de su ruta.  

El sistema se encarga automáticamente de hacer un análisis más detallado de estas sin que la tripulación tenga que hacer nada, teniendo además en cuenta factores como la hora del día, la fecha, y el sitio por el que está volando el avión para ajustar con más precisión sus parámetros de funcionamiento.  

Toda esta tecnología, y estas son solo dos muestras, permiten a los tripulantes cambiar el rumbo el vuelo si esto es necesario, esquivando la meteorología adversa antes de que tenga consecuencias serias –no sería la primera vez que se produce un accidente causado por las malas condiciones meteorológicas– a la vez que minimizan estos desvíos para ahorrar combustible y retrasos.  

En el futuro, además, estos sistemas podrían transmitir la información que recoger a los centros de control aéreo para que tanto ellos como otros aviones equipados con equipos menos sofisticados dispongan de la misma información, haciendo del transporte aéreo un medio aún más seguro para viajar.