Max vuelve al cómic con 'Vapor', repleto de filosofía, humor y "distracciones"
- El Premio Nacional de cómic cuenta las tentaciones de un ermitaño
- Un personaje que mantiene el humor y el desparpajo ante la adversidad
El humor metafísico del ilustrador Francesc de Capdevila, Max, vuelve con Vapor (La Cúpula), una novela gráfica en la que las tentaciones de San Antonio acechan a Nicodemo, un joven ermitaño que se ha retirado al desierto en busca del sentido último e inapelable.
El desierto y los nombres bíblicos no deben engañar a los lectores, porque el insatisfecho Nicodemo también se llama Nick.
Este apodo moderno junto al lenguaje juvenil de los bocadillos son pistas de que las críticas del conocido ilustrador Max van también dirigidas al lector.
"Es una metáfora de lo que pasa en el mundo. Ahora ya no las llamamos tentaciones, sino distracciones, y las tenemos todos", dice Max.
"La sexualidad es una distracción más"
Ni en el desierto logra Nicodemo deshacerse de la piedra del erotismo que le golpea literalmente en la cabeza cada vez que su mente se detiene en el recuerdo de una mujer.
"La sexualidad es una distracción más, aunque una de las mejores" explica el que fuera Premio nacional del Cómic en 2007.
Las distracciones del mundo contemporáneo hacen que no tengamos un segundo en soledad para reflexionar sobre la vida, y llevan a Nicodemo a la desesperación y la alucinación.
"Los sueños son imprevisibles e irracionales", dice el dibujante, y el que el ermitaño tiene después de que su sombra le abandone, una lucha entre las dos mitades de Nick, da pie a un chiste y a una crítica directa a la publicidad.
"Be water, my friend"
Desde un tonel de madera, un psicoanalista en potencia introduce al personaje Vapor, que da título al cómic, gracias a la famosa cita de Bruce Lee "be water my friend".
Un chaparrón devuelve la felicidad a Nicodeno, pero tan solo le dura un instante, porque como explica Francesc de Capdevila, "la felicidad es intensa pero fugaz. Son momentos, son instantes. Encontrar la felicidad permanente y absoluta es una utopía".
Max devoró tebeos desde pequeño y con 23 años empezó a trabajar en distintas revistas de ilustración hasta lograr diseñar portadas de la prestigiosa revista The New Yorker o crear la mascota del centenario del Fútbol Club Barcelona.
Seco y huraño, son adjetivos que el propio Max ha utilizado para referirse tanto al estilo del dibujo de Vapor como al carácter de su protagonista.
Una metáfora en blanco y negro
Y es que el estilo y el mensaje de esta publicación van de la mano, y si a Nick le abandona su sombra en el desierto, a las páginas de Vapor les ha abandonado el color.
Al abrir la portada del cómic, Max pretende que el lector se ponga en la piel de Nick que, aunque malhumorado y decepcionado con la imposibilidad de volver a sí mismo en su nueva vida como anacoreta, mantiene el humor y el desparpajo.
El autor trata así de contraponer la vida de su personaje con la del ser humano que, abrumado por la lluvia de información que recibe desde medios de comunicación e internet, no tiene espacio ni tiempo para descubrirse como persona.
Solo y ante las desérticas viñetas, "Vapor" se presenta como una distracción un poco menos perniciosa para aquel lector que quiera llegar a sí mismo sin tener que exiliarse al desierto.