Cristina Fernández evita hacer autocrítica mientras la oposición toma nota de las protestas
- Se limita a subrayar la falta de un proyecto político alternativo al kirchnerismo
- Expertos comparan las protestas con el movimiento indignado en Europa
Mientras la oposición se ha mostrado dispuesta a "tomar nota" de las protestas masivas contra el Gobierno registradas el jueves en Argentina, la presidenta Cristina Fernández ha eludido la autocrítica y se ha limitado a subrayar la falta de un proyecto político alternativo al kirchnerismo.
"El verdadero problema es la falta de una dirigencia política que represente un modelo alternativo. De eso no podemos hacernos cargo", ha dicho la mandataria en su primera intervención tras las movilizaciones secundadas por cientos de miles de personas en todo el país.
"No nos podemos hacer cargo nosotros de esa falta, nosotros creemos en nuestro proyecto político, (los otros) que se encarguen de generar un proyecto en base a lo que quiera la sociedad", ha subrayado en una intervención centrada en reivindicar los logros de su gestión sin mencionar las protestas del jueves.
Su única alusión a la jornada del jueves en un discurso marcado por su tono enérgico y exento de cualquier sombra de autocrítica fue para comentar que "el jueves ocurrió algo muy importante, el congreso del Partido Comunista chino".
Además de la presidenta, desde el oficialismo solo el exjefe de Gabinete y actual senador Aníbal Fernández se ha referido al tema para asegurar que las protestas no le quitan el sueño y que no entiende "hacia dónde va el mensaje" de los manifestantes.
"Lo que no logro es comprender el mensaje hacia dónde va ni de qué tengo que tomar nota", ha dicho.
"Oposición alternativa"
Por el contrario, varios dirigentes opositores coincidieron en la necesidad de "tomar nota" de la indignación popular.
"El mensaje de la gente fue que quiere ser conducida con una agenda positiva, que resuelve sus problemas, y no con una agenda que confronta y divide", ha dicho el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri.
“La gente no quiere confrontación y división“
"La oposición tiene que aprender de la marcha que si pretende gobernar -como es mi caso, que pretendo gobernar en 2015-, tenemos que tener una agenda cercana, concreta, que la gente comprenda", ha agregado Macri, duramente criticado esta semana por acudir a un concierto de rock en medio de un apagón que sumió en el caos la capital, sembrada de toneladas de basura por una huelga.
También para el socialista Hermes Binner la manifestación tuvo "una dirección principal hacia el Gobierno" pero implicó una "demanda hacia la oposición" y es necesario "empezar a construir una oposición alternativa" y "una renovación".
Un análisis compartido por el presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Mario Barletta, porque, en su opinión, quienes conforman los partidos de la oposición tienen que ser quienes desarrollen "un proyecto alternativo".
Multitudinaria manifestación
Cientos de miles de personas se movilizaron el jueves en todo el país e incluso fuera de Argentina en protesta por la inseguridad, la inflación, la corrupción, las restricciones cambiarias y contra la posibilidad de una reforma constitucional para que Fernández pueda aspirar a la reelección en 2015.
Analistas locales de distintas sensibilidades subrayaron también la necesidad de construir una alternativa desde la oposición.
Como explicó a Efe Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político, "hubo mensajes muy diversos en contra del Gobierno pero también, solapadamente, críticas a la oposición por no unirse, por no generar alternativas claras y referentes claros para toda esa gran masa que está sedienta de liderazgos y de un alternativa".
Giusto no descartó que el Gobierno anuncie antes de fin de año "algún tipo de medida que descomprima este clima social cuya tensión va en ascenso".
“El sector que discrepa no tiene quién los represente“
Para el filósofo Ricardo Forster, referente kirchnerista, el jueves quedó claro que el sector que discrepa con el Gobierno "no tiene quién los represente".
A juicio de José Nun, exsecretario de Cultura kirchnerista, las movilizaciones son muy similares a las protestas de indignados de Europa y Estados Unidos y confirman que el Gobierno "está perdiendo la calle" y "haría muy mal en no prestarle atención".
El próximo desafío al Gobierno de Cristina Fernández llegará apenas en unos días, el 20 de noviembre, con la huelga general convocada por sindicatos enfrentados con el oficialismo.