Enlaces accesibilidad
Diez años del desastre del 'Prestige'

Los voluntarios del 'Prestige' diez años después: "Llegué con una paleta y tres bolsas de plástico"

  • Miles de personas anónimas limpiaron el chapapote de las playas gallegas
  • El 13 de noviembre el buque avisó de que tenía una vía de agua
  • El día 19 de ese mismo mes se hundió el 'Prestige' y comenzó el desastre

Enlaces relacionados

Por
Varios voluntarios en las costas gallgeas hace diez años, en plena faena de limpieza del chapapote.
Varios voluntarios en las costas gallgeas hace diez años, en plena faena de limpieza del chapapote.

"Soy de Vigo, de Oia y tengo una casa muy cerca del mar. Al principio no sabíamos qué estaba pasando. Cuando me enteré que llegó a Oia me fui a la playa con una paleta de albañil y tres bolsas de plástico. Fue la primera vez que recogí chapapote", desvela Xabier Garrido, uno de los miles de voluntarios y artista local que se enfrentó a las manchas de fuel vertidas tras el hundimiento del ‘Prestige’ hace una década.

El 13 de noviembre de 2002, hace justo diez años, un petrolero monocasco con 77.000 toneladas de fuel lanzaba un mensaje de socorro a las autoridades marítimas de Galicia. Su estructura se había resquebrajado a unos 200 kilómetros de la Costa da Morte.

Seis días después ocurrió la catástrofe: el buque con bandera de Bahamas se partió y se hundió frente a las costas gallegas, causando uno de los peores desastres medioambientales de la historia del país.

Miles de personas anónimas locales y provenientes de todos los rincones de España se convirtieron en los protagonistas aquellos días, junto con el chapapote que fue cubriendo de negro casi 2.000 kilómetros de costa gallega, en lo que fue uno de los mayores actos de solidaridad que se recuerdan.

"El primer día había dos o tres personas; el segundo día continuamos unos cuantos con pocas herramientas, pero el tercer día, cuando llegué al aparcamiento no me lo podía creer, había un montón de coches. Se duplicó la población, en Oia somos algo más de 3.000 vecinos y había mas de 4.000 voluntarios, fue increíble”, afirma el escultor con emoción.

Fue un ejemplo de solidaridad

"Fue un ejemplo de solidaridad. Al principio poníamos nuestros medios. Luego, el alcalde nos reunió y nos sentamos a concretar qué podíamos hacer y cómo organizar a todos los voluntarios que iban llegando", resalta Xabier Garrido.

Este voluntario relata cómo combatieron las manchas de fuel que inundaban la costa de su localidad. Todos aportaban su grano de arena. El médico se encargaba de revisar los ojos de los que limpiaban, el carpintero les llevaba cubetas de madera para retirar el chapapote y una pareja de ancianos colaboraba con los bocadillos ante su imposibilidad de realizar trabajos físicos.

Un homenaje a los voluntarios

El próximo día 19 se cumple un año del hundimiento y Xabier Garrido quiere homenajear a todos los miles de voluntarios anónimos que trabajaron en las labores de limpieza de la zona.

Un tronco de 18,30 metros de largo sobre una base de piedra de cinco toneladas, adornada por miles de piedras enviadas por los voluntarios recordará en A Guarda la labor desinteresada de las personas que ayudaron en la recuperación de las zonas afectadas.

"Este proyecto lo he concebido en el décimo aniversario de la catástrofe, como expresión de agradecimiento a toda la gente que colaboró con su esfuerzo y desinteresadamente a limpiar un trozo de nuestra tierra", dice Garrido.

Caras anónimas

Muchos de los miles de voluntarios que ayudaron en la catástrofe del ‘Prestige’ eran universitarios que se organizaron de manera desinteresada para limpiar el chapapote.

Fue el caso de Juanlu y Esther, ambos decidieron embarcarse en las tareas de limpieza del voluntariado hace diez años, en su etapa de universitarios.

"Tenía 19 años y estaba estudiando periodismo en la Universidad de Sevilla. Entonces se hacía mediante el boca a boca, las organizaciones de estudiantes y listas improvisadas. Salieron varios autobuses y yo decidí irme en Navidad y pasé allí la Nochevieja", desvela Juanlu.

El caso de Esther fue parecido, aunque ella fue en un viaje organizado por el partido andalucista. Llegó a las costas gallegas en marzo.

Me echó un poco atrás el miedo a la toxicidad

"Tenía claro que quería ir, pero la familia me echó un poco atrás por el miedo a la toxicidad del chapapote. Al final fui en un viaje organizado por un compañero de clase, que conocía a unos del partido andalucista que pasaron por Madrid y nos recogieron. Íbamos unas 40 personas", dice Esther.

Ambos coinciden en resaltar la hospitalidad y el buen trato de los locales cuando llegaron, aunque no todos tuvieron las mismas facilidades.

"Cuando llegamos a limpiar a Moaña, el Ejército no nos dejó pasar. Teníamos que coger un autobús todos los días y hacer un recorrido de cuatro o cinco horas para llegar al lugar que teníamos que limpiar. Nos dejaban trabajar durante cinco horas y luego otras cuatro o cinco de vuelta", recuerda Juanlu.

Mientras, Esther resalta la buena organización que había cuando llegó a su zona de limpieza en Carnota. Entre el viaje de ambos habían pasado tres meses.

"La organización fue perfecta, nos trataron genial. Dormíamos en el polideportivo y las cofradías nos invitaban a comer. Te daban todo el material. El primer día que llegué a la playa parecía que estaba limpia, pero cuando levantabas una piedra estaba todo lleno de chapapote. Era desmoralizante ver que después de tres meses y tanto trabajo previo seguían saliendo redes llenas de fuel”, dice Esther.

Cuando levantabas una piedra estaba todo lleno de chapapote

Estos dos voluntarios resaltan el ambiente solidario que se respiraba aquellos días y coinciden en resaltar que "fue una experiencia especial" que volverían a repetir "sin dudarlo".

'Nunca Máis'

También se van a cumplir diez años de la creación de ‘Nunca Máis’, la plataforma ciudadana que nació para evitar nuevos casos como el del desastre del ‘Prestige’ y denunciar la situación.

El movimiento surgió de forma similar al voluntariado, de manera espontánea y desorganizada ante la "conmoción" y "preocupación" que despertó el suceso entre los gallegos.

"Surgimos alrededor de la catástrofe, fue una cosa que conmocionó a todo el mundo. Observar con asombro cómo llevaban el barco de un sitio a otro, sin sentido, de una manera errática y la decisión de alejarlo de la costa con un temporal tremendo. El desastre era un desastre anunciado", dice el portavoz de ‘Nunca Máis’, Xaquin Rubido.

El desastre era un desastre anunciado

Rubido recuerda cómo se reunieron para organizarse por si la mancha llegaba a la Ría de Arosa, zona de pescadores que tiene toda su economía vinculada al mar.

"Se convocaron asambleas en Santiago y allá nos fuimos. Había muchos colectivos que poco a poco se fueron coordinando. El momento más duro fue comprobar que el chapapote estaba allí", asevera.

El portavoz de ‘Nunca Máis’ desvela la dureza de los primeros momentos de la llegada de la mancha a la costa. "Era una sensación de impotencia absoluta, el mundo se te viene abajo. El pueblo entero se echó al mar para recoger el chapapote".

Pero también recuerda los buenos momentos dentro del desastre y resalta la solidaridad que se vivieron aquellos días. "Lo mejor fue ver que todo el mundo se volcó, comprobar que todos hacían lo que podían, esa sensación de humanidad profunda, de solidaridad", dice Xaquim Rubido.

El juicio

El pasado 16 de octubre, nueve años y once meses después, arrancaba el juicio por el desastre ecológico del ‘Prestige’, con cuatro imputados. El capitán del barco, dos miembros de la tripulación y el jefe de máquinas.

El Fiscal reclama una indemnización de 4.000 millones de euros por los daños medioambientales y 12 años de prisión para el capitán del barco. La defensa pidió la suspensión del proceso, algo que fue descartado por el tribunal que juzga la causa.

La vista se retomará con la declaración del capitán del petrolero y seguirá durante este mes con la del jefe de máquinas y el exdirector general de la Marina Mercante.

Deseas que la justicia esté a la altura de la respuesta social

"Son sentimientos contradictorios. Por un lado esperas que te den la sorpresa. Por otro, te viene dudas razonables sobre que se impute a los verdaderos responsables. Deseas que la justicia esté a la altura de la respuesta social que hubo en el momento", concluye Xaquim Rubido.