Los rebeldes congoleños amenazan con llegar hasta la capital si el presidente Kabila no negocia
- El grupo M23 ha tomado la ciudad de Goma, capital provincial de Kivu del Norte
- Dicen que desconfian de las intenciones de Kabila y que "liberarán" todo el país
El grupo rebelde M23 ha rechazado las llamadas de los países vecinos de la República Democrática del Congo (RDC) de retirarse de la ciudad de Goma -tomada este miércoles- y ha amenazado con seguir avanzando hasta que el presidente Joseph Kabila no acepte unas conversaciones de paz.
Los rebeldes del este del Congo, que cuentan presuntamente con el respaldo de Ruanda, anunciaron su intención de "liberar" el vasto país africano, tras hacerse fuertes en Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte y fronteriza con Ruanda.
"Nos quedaremos en Goma a la espera de las negociaciones", ha afirmado el obispo Jean-Marie Runiga, jefe del brazo político del movimiento rebelde M23, a la agencia Reuters. "Ellos nos van a atacar y vamos a defendernos y seguir avanzando", ha añadido.
Runiga no cree en la oferta de Kabila de esta estudiar sus peticiones. "No estoy seguro porque ya he esperado tres meses en Kampala para el diálogo", ha asegurado.
El M23 promete proteger a la población
La Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos (CIRGL), reunida de forma extraordinaria este miércoles, instó a los países africanos a suministrar tropas para combatir a los rebeldes en el este de la RDC y ha reclamado a la Unión Africana y al Consejo de Seguridad de la ONU que autoricen el despliegue de esa fuerza neutral internacional.
La CIRGL está formada por once países -RDC, Ruanda, Uganda, Burundi, Tanzania, Kenia, Sudán, República del Congo y Zambia-, más Angola y la República Centroafricana, que no asistieron a la reunión.
El M23 ha respondido que garantizará la seguridad de la población civil y permitirá el regreso de los grupos humanitarios que huyeron de Goma durante su captura.
El grupo rebelde M23 está formado por soldados congoleños amotinados y fieles al rebelde Bosco Ntaganda, buscado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y contra la humanidad.
El pasado abril, este grupo de rebeldes se sublevó ante la reordenación de las regiones por el Ejecutivo de Kinshasa que supone perder parte de su poder en la zona.
Congo, el poder de los recursos minerales
El Congo está inmerso todavía en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), en la que varios países africanos se disputaron la riqueza de sus recursos minerales (oro, coltán, casiterita) y agrícolas. Naciones Unidas mantiene allí su mayor misión de paz, la MONUSCO. Solo en la provincia de Kivu del Norte hay 6.700 cascos azules desplegados.
Pese a sus enormes recursos minerales (o más bien precisamente a causa de ellos), el Congo ha visto cómo una cruenta guerra civil de más de 5 años ha segado la vida de tres millones de personas, y ha dejado al país al borde de una crisis humanitaria a gran escala.
El conflicto enfrentó a las fuerzas gubernamentales, con el apoyo de Angola, Namibia y Zimbabue, con rebeldes respaldados por Uganda y Ruanda. El resultado, pese a un tratado de paz firmado en 2003, es el de un contexto de creciente violencia que deja más de millón y medio de desplazados.