El expresidente francés Nicolas Sarkozy asegura que no recibió dinero de los Bettencourt
- Un diario francés revela sus declaraciones ante la justicia
- Dice que no percibió en la multimillonaria ningún síntoma de debilidad mental
- El expresidente ha sorteado su imputación en un delito de financiación ilegal
El expresidente francés Nicolas Sarkozy, quien consiguió sortear su imputación en un hipotético delito de financiación ilegal al ser declarado por la justicia “testigo asistido”, aseguró en su declaración que no recibió ningún dinero del multimillonario matrimonio Bettencourt, dueños de la tercera mayor fortuna de Francia, para financiar su campaña presidencial de 2007, según el diario regional francés Sud-Ouest.
"Conozco a los Bettencourt desde los 28 años y tengo 57. He hecho cinco campañas municipales en Neuilly", ha señalado Sarkozy, que afirmó que nunca le dieron dinero ni se lo pidió.
El exjefe del Estado también aseguró ante la justicia que no detectó síntomas de problemas mentales en la anciana Liliane Bettencourt, heredera del imperio de productos de belleza, quien actualmente tiene 90 años y se encuentra en estado de debilidad mental desde septiembre de 2006, según exámenes psiquiátricos.
"Cuando la veía, no percibía ningún síntoma aparente de ello. Estaba bien vestida, no tartamudeaba, no decía ninguna inverosimilitud", ha señalado ante el juez Sarkozy, quien subrayó que en sus "36 años de vida política" nunca antes había sido convocado en la instrucción de un caso.
El caso Bettencourt llega al Elíseo
El testimonio de la antigua contable de Bettencourt, Claire Thibout, involucró al expresidente Sarkozy, segundo jefe de Estado en declarar ante la justicia, en el caso Bettencourt que investiga los abusos de confianza que se pudieron cometer contra la heredera de L’Óreal por su delicada situación mental.
En 2007, Thibout declaró a la policía que el gestor de la fortuna de los Bettencourt le pidió 150.000 euros en efectivo para entregárselos al entonces tesorero de la campaña y posterior ministro, Eric Woerth, sobre el que hay abiertas varias investigaciones judiciales.
Los indicios sobre el presunto abuso de poder se reforzaban además por el hecho de que, según daban a entender las agendas confiscadas el pasado julio en el despacho y el domicilio de Sarkozy, este se reunió varias veces con Bettencourt y mantuvo otras citas con otros protagonistas del caso en fechas clave.
Aunque el hipotético delito de financiación ilegal ya habría prescrito, los jueces esperaban saber qué cantidad de dinero recibió Sarkozy de la multimillonaria, que no ha escondido públicamente que tanto ella como su difunto marido han aportado históricamente fondos a la Unión por un Movimiento Popular (UMP).
El nombre de Sarkozy aparece además en otras dos instrucciones judiciales sobre financiación ilegal de campañas políticas y otro de desvío de fondos públicos para pagar sondeos de opinión.