Arcelor Mittal plantea cerrar dos altos hornos en Francia y en Bélgica
- París amenaza con una nacionalización temporal de la acería de Florange
- Los trabajadores del alto horno de Lieja han convocado un día de huelga
El gigante siderúrgico Arcelor Mittal amenaza con cerrar dos altos hornos en Francia y en Bélgica por la caída de la demanda de acero en los últimos años. El gobierno francés ha mostrado su hostilidad contra la decisión y los trabajadores belgas han convocado una jornada de huelga porque no aceptan el plan social propuesto por la multinacional.
París, tras hacer de la búsqueda de un inversor para los altos hornos de Florange al noreste un símbolo de su política contra la desindustrialización, ha endurecido el tono contra Lakshmi Mittal que se reunirá este martes con François Hollande.
El ministro de Industria galo, Arnaud Montebourg, ha señalado que "el problema de los altos hornos de Florange no son los altos hornos, es Mittal" y que no quiere que Mittan siga en territorio francés porque "no respeta a Francia".
“Montebourg: Mittal no respeta nunca sus compromisos“
Ha acusado al multimillonario indio de soltar "mentiras como puños" desde 2006, cuando compró Arcelor, y de "no respetar nunca sus compromisos". Una referencia a las promesas de Mittal de salvar los altos hornos de Florange que planea cerrar y de la vecina acería de Grandrange, clausurada en 2009.
La familia Mittal no suele hacer comentarios pero en esta ocasión ha superado su reserva y ha señalado a Le Monde que sus miembros están "extremamente sorprendidos" por las declaraciones de Montebourg. El presidente de la multinacional no parece dispuesto a vender todas las instalaciones como desea el Elíseo para encontrar un inversor.
El entorno de la familia recuerda que las condiciones de la venta están fijadas en "un contrato vinculante". Si no se logra una solución antes del 1 de diciembre, el acuerdo prevé la puesta en marcha automática del diálogo social antes del cierre de las factorías.
Nacionalización temporal
El 1 de octobre ArcelorMittal anunció su intención de cerrar parte de las instalaciones de Florange, en concreto, la fundición que produce acero bruto a partir del mineral de hierro y carbón, donde trabajan 650 personas.
La multinacional dio un plazo de 60 días al gobierno francés para encontrar un inversor que recibió dos ofertas pero por los altos hornos completos, incluidas las líneas de tratamiento que transforman las placas de acero en láminas más delgadas y las líneas de acabado del acero.
Frente a la negativa de ArcelorMittal de incluir las instalaciones con más valor añadido, París ha esgrimido la amenaza de una nacionalización temporal para poder revenderla en las condiciones deseadas. Según Les Echos, el plan pasaría por asociarse con un operador industrial minoritario para estabilizar la producción.
La idea de la nacionalización temporal ha encontrado buena acogida entre las filas socialistas y también en las de la oposición. Los sindicatos, de momento, se han mostrado prudentes.
Este asunto es extremadamente delicado porque durante la campaña de las presidenciales el entonces candidato Hollande prometió en Florange una ley para evitar el cierre de industrias y cederlas a un nuevo empresario para mantener el empleo. Este proyecto de ley aún no se ha comenzado a tramitar.
El responsable de la cartera de Industria, al que algunos se refieren como "el ministro de las fábricas que cierran", se ha tenido que enfrentar en los últimos meses a las reestructuraciones de Peugeot, Sanofi y Alcatel, y se juega mucho en el envite para justificar su puesto al frente del "relanzamiento productivo".
Huelga por el cierre de la planta de Lieja
Por otra parte, los trabajadores belgas de ArcelorMittal han rechazado el plan social ofrecido por la dirección en el marco del cierre de la fase líquida en su planta de Lieja y han convocado una huelga de 24 horas.
Consideran que la oferta de la dirección de ArcelorMittal "es totalmente insuficiente" y ha sido rechazada por unanimidad en las asambleas generales de los empleados, explica David Camerini, presidente de la delegación del sindicato Confederación de Secretarios Cristianos (CSC) de la compañía. En concreto, estiman que las compensaciones financieras "no están a la altura del primer grupo siderúrgico del mundo."
ArcelorMittal lamenta el rechazo a su propuesta y deplora la acción espontánea que organizaron los trabajadores, que arrojaron bobinas de acero al río Mosa, según la Agencia Belga.
La dirección de ArcelorMittal amenazó el pasado 17 de septiembre con cerrar su planta en Lieja -donde trabajan 2.000 personas- después de anunciar que retira su plan de inversiones para la fase de fabricación en frío tras el fracaso de las negociaciones con los sindicatos. Hace un año, el gigante del acero anunció el cierre de la fase caliente de fabricación de su planta en Lieja.
Las instalaciones de Lieja figuran entre las más antiguas de Bélgica, pues la producción siderúrgica comenzó allí en 1817 y fueron durante años un centro de riqueza para toda la región. Arcelor se hizo cargo de la fábrica que vivió un relanzamiento durante algunos años, pero ahora la caída de la demanda ha acarreado el fin de la actividad en los hornos.