Rebeldes congoleños del M23 ignoran el ultimátum que exige que abandonen Goma
- Este grupo tomó la semana pasada la capital de Kivu del Norte
- En la zona operan otras dos milicias además del Ejército de la RDC
Los rebeldes congoleños del M23 siguen presentes en la ciudad de Goma, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), a pesar del ultimátum lanzado el pasado sábado en una conferencia internacional que exigía su retirada de la localidad en 48 horas, que se cumplen este lunes.
El portavoz de la rama militar del M23, Vianney Kazarama, ha afirmado que temen por la seguridad de los residentes de Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte, si se retiran de la ciudad debido a la presencia en la zona de los milicianos Mai Mai y de los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDRL).
Según el coronel, estos dos grupos crean inseguridad en la zona, razón por la cual han ignorado el ultimátum lanzado el pasado sábado tras la celebración de una reunión extraordinaria de la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos (ICGLR).
La emisora local Radio Okapi, promovida por la Misión de la ONU en la RDC (MONUSCO), informó también de que miembros del M23 siguen presentes en las calles de Goma y ocupan puestos estratégicos de la ciudad, como varias sucursales bancarias y las residencias de ciertos oficiales de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC).
Sin embargo, Kazarama afirmó que tan sólo la administración del M23, su policía y su Estado Mayor siguen presentes en Goma, puesto que la mayoría de sus tropas se encuentran en Mushaki, más de 30 kilómetros al suroeste de la capital de Kivu del Norte, y en Munigi, 10 kilómetros al norte de la misma.
Negociaciones internacionales
Tras la intensificación en las últimas semanas de la ofensiva del M23 y la toma el pasado martes de Goma, la ICGLR convocó una cumbre urgente que se celebró el pasado sábado en la capital de Uganda, país vecino de la RDC, y tras la que exigió a los rebeldes que "detengan todas las actividades y evacúen Goma".
Además, los asistentes a la cumbre --entre ellos, el presidente de la RDC, Joseph Kabila-- ordenaron al M23 que "deje de propagar la guerra inmediatamente y de hablar sobre el derrocamiento de un Gobierno electo", en referencia a las amenazas insurgentes para derribar al Ejecutivo de Kinshasa.
También se acordó en la reunión, que duró menos de tres horas, el despliegue de una "fuerza multipartita" formada por tropas de un contingente neutral, del Ejército de la RDC y del propio M23, si bien no se dieron detalles sobre la movilización de esos efectivos.
A pesar de las exigencias de la ICGLR, el M23 se niega a frenar su ofensiva hasta que el Gobierno de Kabila se siente a negociar con ellos, pero el presidente de la RDC se ha negado ya en varias ocasiones a dialogar con ellos.
Siete meses de rebelión
El M23 lo forman soldados congoleños amotinados y supuestamente fieles al rebelde Bosco Ntaganda, buscado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y contra la humanidad.
Ntaganda se integró hace tres años en las fuerzas de la RDC al contribuir a la pacificación de Kivu del Norte tras ayudar a detener, en 2009, a Laurent Nkunda, antiguo señor de la guerra y general del Ejército.
Los rebeldes se sublevaron el pasado abril para protestar por la pérdida de poder impuesta por el Gobierno a su líder, y renegociar el acuerdo del 23 de marzo de 2009, que da nombre al grupo y supuso su inserción en el Ejército.
La RDC se encuentra inmersa todavía en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), que implicó a varios países africanos, y tiene desplegada en su territorio la mayor misión de la ONU.