El FMI avisa: los bancos 'sanos' deben compensar la reducción de crédito de los reestructurados
- Recuerda que los bancos que necesitan ayudas públicas dan el 40% del crédito
- Destaca que el coste de liquidar entidades debe pagarlo el sector financiero
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha avisado a España de que los bancos considerados más fuertes deberán cubrir la reducción en la concesión de créditos derivada de la reestructuración de las entidades que requieren recapitalización, para evitar que aumente aún más la actual restricción crediticia que sufren particulares y empresas.
El FMI participa en el rescate europeo de la banca española como asesor técnico, pero -al contrario que en los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal- no aporta financiación.
En su primer informe sobre la evolución del proceso de reestructuración bancaria en España (ver en pdf. ), el FMI recuerda que los bancos que necesitarán ayudas públicas para completar su saneamiento (los cuatro nacionalizados más Liberbank, Caja 3, Banco Mare Nostrum y CEISS) proporcionan el 40% del crédito al sector privado.
Por eso, recomienda a las autoridades españolas que evalúen "la capacidad de los bancos más fuertes para compensar suficientemente la disminución del tamaño de las carteras de crédito de los bancos reestructurados".
Aunque los autores del informe del FMI reconocen que la demanda doméstica de crédito es "débil", advierten de que si se detectase el riesgo de que "los planes de reestructuración en su conjunto pueden reducir de forma significativa la capacidad del sistema financiero para atender la demanda solvente de crédito, deberían considerarse pasos para asegurar la adecuada concesión de crédito al tiempo que se mantiene la viabilidad y la capitalización de los bancos".
La liquidación de bancos inviables debe pagarla el sector
Dentro del capítulo dedicado a analizar el reparto de las pérdidas en el proceso de reestructuración de la banca, el FMI insiste en que debe distinguirse entre las entidades viables y las no viables, ya que el saneamiento de las primeras "puede ser financiado por el Estado, ya que los bancos asistidos seguirán en el mercado, lo que permitirá recuperar con cierto rendimiento la ayuda estatal". Sin embargo, subraya el inforrme, en el caso de que deban liquidarse bancos no viables, ese coste "debería correr a cargo de la industria [el sector financiero] y, por tanto, del Fondo de Garantía de Depósitos".
Este caso podría darse, en última instancia, en la reestructuración de entidades como Novagalicia Banco y Catalunya Banc que, según las condiciones impuestas por la Comisión Europea, deberán liquidarse si no se venden a otros bancos antes de 2017.
En todo caso, el FMI reconoce que el Estado -a través del FROB- puede prestar al Fondo de Garantía de Depósitos, pero incide en que ese fondo deberá devolver al ayuda pública.
Vigilar "de forma especial" la imposición de pérdidas a las preferentes
El informe también aconseja que se vigile de forma especial la aplicación del compromiso de imponer pérdidas a los titulares de preferentes.
Aunque reconoce que el reparto de la asunción de pérdidas es “un elemento crítico” y debe aplicarse con determinación para reducir el coste de la reestructuración para los contribuyentes, el FMI subraya que los casos de ventas fraudulentas deben abordarse de forma separada al resto.
Por eso, para atender las "comprensibles implicaciones sociales" derivadas de estos casos, recomienda que se desarrolle "un protocolo general que establezca reglas uniformes y rigurosas para resolver estas demandas de ventas fraudulentas de una manera eficiente y ordenada".
Los activos tóxicos de las nacionalizadas, el mayor desafío del banco malo
La evaluación del FMI también considera "ambicioso" el objetivo de que el banco malo -la Sociedad de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, la Sareb- esté completamente operativo al terminar noviembre.
Además, determina que "el mayor desafío logístico" para la Sareb será hacerse cargo de 168.000 paquetes de activos problemáticos "solo de los cuatro primeros bancos", es decir, de los nacionalizados: Bankia, Catalunya Banc, Novagalicia y Banco de Valencia.
Por eso, el Fondo destaca que si se quiere superar el reto "es importante evitar futuras expansiones" de los activos que deberán transferirse al banco malo, "a menos que se dé una situación crítica o se asegure una plantilla suficiente".
En la norma que establece la creación de la Sareb no se descarta que las transferencias al banco malo puedan ampliarse más allá de los activos relacionados con el sector inmobiliario si esos suponen un riesgo para la viabilidad de las entidades financieras.