Palestina lanza fortalecida el segundo asalto a la ONU para ser reconocida como Estado observador
- Cuenta con el apoyo de al menos 130 Estados en la Asamblea General
- El reconocimiento le permitirá pertenecer a la Corte Penal Internacional
- Los expertos consideran que el nuevo estatus será más simbólico que práctico
- El embajador de Palestina en Madrid: "La ONU elegirá entre la paz o la guerra"
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Nueva York, 29 de noviembre de 1947. La Asamblea General de la ONU dicta la resolución 181: Plan para la participación de Palestina. “Nuestra causa comenzó en la ONU y allí volvemos para que se resuelva”, afirma a RTVE.es el embajador de Palestina en Madrid, Musa Amer Odeh.
Han pasado 65 años desde que la ONU aprobó la partición en dos estados del Protectorado Británico en Palestina, una división que los árabes rechazaron y que propició meses después la creación del Estado de Israel y la guerra árabe-israelí de 1948. Hoy, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, solicitará a la Asamblea General el reconocimiento de Palestina como Estado observador, una legitimidad internacional que nunca antes ha conseguido.
Esta es la segunda ofensiva diplomática en un año. El primer asalto, el reconocimiento de Palestina como miembro de pleno derecho ante el Consejo de Seguridad, fracasó por el bloqueo de Estados Unidos. Pero en la Asamblea General no hay derecho de veto y la iniciativa palestina saldrá previsiblemente adelante porque cuenta con el apoyo de una amplia mayoría –entre 130 y 150–, de los 193 Estados miembros (ver Las claves de la votación).
De "entidad" a "Estado observador"
Abás tiene ahora más partidarios, pero también sus objetivos son menos ambiciosos: pasar de ser “entidad observadora” a “Estado observador no miembro”, el mismo estatus que tiene, por ejemplo, el Vaticano.
“A partir de ese momento podremos negociar como Estado bajo ocupación con Estado ocupante, y no como lo hemos hecho los últimos 20 años. Además, el reconocimiento está establecido sobre la base de las fronteras de 1967 y eso manda un mensaje muy fuerte de la comunidad internacional al liderazgo israelí: todas las actividades llevadas a cabo por Israel en los territorios ocupados son ilegales”, asegura el embajador palestino.
El texto de la solicitud, que se conocerá este jueves, establece el reconocimiento de Palestina como Estado en las fronteras de 1967 –un 22% del territorio original que poseía en 1948- compuesto por Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.
Como Estado observador, la ANP podrá tener acceso a agencias y organismos internacionales como la Organización Mundial del Turismo (OMT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre otras. Y, lo que es más significativo, podrá denunciar a Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI). Precisamente, este punto ha sido el de mayor controversia.
Denunciar a Israel ante la CPI
Algunos países, entre ellos Reino Unido, han condicionado su voto a obtener suficientes garantías de que Palestina no presentará cargos criminales contra el Gobierno israelí de forma inmediata. España, que votará a favor del reconocimiento, también ha pedido a “no judicializar el conflicto árabe israelí”, pero los negociadores palestinos se han negado a suavizar el texto.
“¿Por qué teme Israel que Palestina sea miembro de la Corte Penal Internacional si dice que no hay cometido ningún crimen?“
“No aceptaríamos nunca semiderechos ¿Qué miedo tiene Israel y otros países de que Palestina sea miembro de la CPI? Si Israel dice que nunca ha cometido crímenes de guerra ¿qué teme? Y si los ha cometido tiene que ser responsable y cumplir cualquier condena”, afirma el embajador Palestina. "A partir de ahora las violaciones que cometa Israel las hará a un Estado reconocido como tal por las Naciones Unidas y esperamos que la comunidad internacional sea responsable".
Sin embargo, el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús Núñez, asegura que el reconocimiento de Palestina en la Asamblea General de la ONU es “algo simbólico que no servirá en la práctica para nada mientras Israel siga ejerciendo una política de hechos consumados”.
“Ni siquiera servirá acudir a la CPI porque este tribunal tiene limitación en cuanto a sus competencias y el Consejo de Seguridad puede bloquear en cualquier momento sus investigaciones. Y EE.UU. ya ha demostrado que no tiene reparos en quedarse solo ejerciendo su derecho de veto”, recuerda Núñez.
Unidad de las facciones palestinas
Más allá de lo “simbólico” del reconocimiento sí es un paso histórico que Hamás haya dado por primera vez su apoyo a la iniciativa diplomática del presidente de Fatah, un espaldarazo vital para un Abás que llega a la ONU muy debilitado por por su papel secundario en la reciente ofensiva militar israelí en Gaza y la asfixia económica de la ANP.
La resistencia armada de Hamás en Gaza ha ganado adeptos tras la Operación Pilar Defensivo, que en ocho días de bombardeos segó la vida de 170 palestinos y acabó con seis israelíes muertos.
“Un voto en contra será una señal clara a los palestinos de que solo la lucha armada traerá logros y que la lucha diplomática está condenada al fracaso desde el principio”, ha advertido el equipo diplomático palestino.
No obstante, el codirector del IECAH considera que la reconciliación nacional protagonizada estos días por dirigentes de Hamás y Fatah es un “espejismo”. Y precisamente, este miércoles el número 2 de Hamás, Musa Abu Marzuq, ya se ha desmarcado del discurso oficial para proclamar que la vía del diálogo con Israel está “cerrada”.
Negociaciones estancadas
El Gobierno israelí ha anunciado que la acción "unilateral" de Palestina en la ONU tendrá consecuencias. Ha amenazado con suspender los Acuerdos de Oslo, con derrocar al presidente Abás, con acelerar la construcciones de asentamientos y con interrumpir la entrega de los impuestos que recauda en nombre de la ANP, lo que llevaría al colapso financiero de un territorio profundamente dependiente de la ayuda internacional. EE.UU., por su parte, también ha anunciado que suspenderá el apoyo económico a Ramala.
Las conversaciones de paz llevan estancadas desde hace más de dos años y, a partir de ahora, tampoco hay perspectivas de que se reactiven. "Los palestinos están fragmentados e Israel está inmerso en un en proceso electoral y quienes previsiblemente van a ganar en esas elecciones, el tándem Netanyahu-Lieberman, no parecen dispuestos a retomar ninguna negociación de paz", señala a RTVE.es el experto en el mundo árabe.
"Las negociaciones solo han servido hasta ahora para que Israel siga construyendo colonias. Es el momento de que los países decidan entre la paz que defendemos en las Naciones Unidas o la guerra que promueve Israel", afirma el embajador palestino en Madrid.
Esta votación será el cuarto intento de las autoridades palestinas de lograr una mayor legitimidad y apoyo internacional desde que la ONU reconociera el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, en 1974, cuando Yaser Arafat pronunció aquel discurso histórico: “Vengo con el fusil del combatiente de la libertad en una mano y la rama de olivo en la otra. No dejen que la rama de olivo caiga de mi mano”.