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Asesinado en Paraguay un líder campesino

  • El conflicto por la tierra está en el origen de la última crisis en el país
  • Ha ocurrido en el mismo lugar donde se produjo una matanza en junio

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Vidal Vega, dirigente del movimiento de los campesinos sin tierra de Paraguay, ha sido asesinado este fin de semana en un nuevo episodio de este conflicto que marca la política del pequeño Estado latinoamericano.

Las autoridades han anunciado este lunes la detención de dos sospechosos por la muerte a balazos de Vega, de 46 años, que se produjo el sábado en su domicilio, en la región de Curuguaty, a unos 250 kilómetros al noreste de Asunción.

"Queremos saber lo que se esconde tras este brutal asesinato. Vidal Vega encabezaba una comisión que luchaba por unas tierras",  ha declarado a France Presse José Rodriguez, que dirige la Liga Nacional de los Carperos, el movimientos de los sin tierra paraguayos.

Por su parte, el fiscal José Zarzas ha dicho que “todo apunta a que se trata de un ajuste de cuentas, aunque no se conoce el motivo”, informa la misma agencia. El responsable de la investigación ha comparecido para anunciar la detención de uno de los dos sospechosos, de 35 años y condenado ya por otro homicidio; y ha dicho que de momento el arrestado no ha aclarado el crimen.

Viejo conflicto

En esa misma zona en junio, una operación policial para desalojar a unos campesinos que habían ocupado la finca de un terrateniente acabó en un baño de sangre, con la muerte de seis policías y 11 activistas. Ese drama precipitó un procedimiento de destitución parlamentaria del entonces presidente Fernando Lugo, próximo ideológicamente a los sin tierra.

La mayoría de países de la región calificó ese procedimiento como un golpe de estado encubierto e impusieron sanciones al país, principalmente su salida del Mercosur, una comunidad económica regional que estos días va a celebrar su cumbre sin este país.

El fiscal ha descartado por ahora cualquier relación entre el asesinato de Vega y los hechos de junio. Los conflictos por la tierra son frecuentes en Paraguay, donde el 2% de la población posee el 80% de las tierras.

Las explotaciones agrarias de Curuguaty pertenecen principalmente a los llamados brasiguayosboyantes productores brasileños de soja instalados desde hace 40 años en esas fértiles tierras en las riberas del río Paraná, cerca de la frontera con Argentina y Brasil. Esas superficies fueron cedidas en condiciones muy favorables por el dictator paraguayo Alfredo Stroessner (1954-1989), recuerda la misma agencia.