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Graves enfrentamientos entre islamistas y opositores ante el palacio del presidente egipcio

  • Hay decenas de heridos: según Efe, más de 200 e incluso dos fallecidos
  • Los fieles a Morsi han desbordado a los que protestaban desde el día anterior
  • Dimiten otros tres asesores del presidente, pero este mantiene sus planes

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Estalla la violencia en Egipto después que partidarios de Mursi desalojaran la acampada opositora

Miles de partidarios del presidente islamista de Egipto, Mohamed Morsi, han acudido a su palacio y han echado a los manifestantes opositores que estaban ahí desde la víspera y se han registrado violentos enfrentamientos que se han saldado con decenas de heridos, e incluso varios fallecidos, según algunas fuentes. Tres asesores del presidente han dimitido en protesta por el inmovilismo del poder, que mantiene sus polémicos proyectos.

Tan solo a última hora, el primer ministro ha pedido a todos que se retiren para facilitar un "diálogo" que no ha concretado; llamamiento que han secundado los Hermanos Musulmanes, el gran grupo islamista que apoya al presidente.

Sus partidarios han respondido a la llamada de la cofradía que habían convocado para este miércoles una manifestación de signo contrario a la vivida el día anterior. Hasta los alrededores del palacio presidencial, en un barrio periférico de El Cairo, han llegado a miles por la tarde y se han enfrentado con los opositores que quedaban allí, que no habían impedido que Morsi volviera a su oficina por la mañana.

Desbordados ante la llegada de los islamistas, los acampados se han retirado, aunque con la llegada de refuerzos, los detractores del presidente se han enfrentado a los islamistas. Entrada la noche, los bandos se lanzaban numerosas piedras y artefactos incendiarios (cócteles mototov). Incluso se han escuchado disparos. Efe, que cita fuentes de la seguridad, da cuenta de dos fallecidos, ambos contrarios a Mursi. La misma agencia, citando al Ministerio de Sanidad, dice que hay 211 heridos.

Llamamientos de los líderes

A última hora, el primer ministro, Hisham Qandil, ha pedido a "todos los manifestantes" que abandonen la zona "para dar la oportunidad a los esfuerzos que se están llevando a cabo actualmente para comenzar un diálogo nacional y salir de la crisis política actual". Los Hermanos Musulmanes han secundado el llamamiento, al tiempo que llegaban los primeros informes de violencias en otras partes del país.

En concreto, el incendio de dos sedes del Partido Libertad y Justicia, brazo político de la Hermandad, en Ismailiya y Suez (noreste de Egipto).

Por la tarde, los líderes de la oposición laica habían advertido de que continuarán su "lucha" hasta que el presidente no retire el decreto que blinda sus poderes presidencialessuspenda la celebración del referéndum sobre la nueva Constitución el próximo día 15.

En rueda de prensa, el premio Nobel de la paz Mohamed el Baradei, el ex secretario general de la Liga Árabe Amro Musa y el excandidato presidencial izquierdista Hamdin Sabahi, acompañados de otros dirigentes, han dicho que el "régimen, autoritario y represivo, pierde legitimidad día a día".

Estas manifestaciones y choques reflejan la profunda división del país desde la aprobación de ese decreto y sumen al país en la inestabilidad que se prolonga desde la revuelta de comienzos de 2011. Entonces, los enfrentamientos eran entre partidarios del régimen y opositores, y entre estos había islamistas. Después, tras su triunfo electoral, la oposición es fundamentalmente laica.

Mursi pierde aliados

Tras este nuevo enfrentamiento, se han hecho públicas las dimisiones de otros tres asesores del presidente: Saif Abdelfatah, Ayman al Sayad y Amr Lizi. En total, según Reuters, ya son seis los asesores que han abandonado a Morsi tras su decretazo.

En declaraciones a la agencia oficial egipcia, Mena, Saif Abdelfatah ha acusado a los Hermanos Musulmanes de ser "un grupo de miras estrechas y una dirigencia momificada" frente a los jóvenes de Egipto que están sufriendo la represión, "que son los que efectuaron esa revolución (contra Mubarak) y no han cosechado nada de ella". Otro de los dimisionarios ha dicho que presentaron su renuncia la semana pasada, aunque no la hicieron pública mientras intentaban en vano algún cambio.

Desde el poder, su resistencia a una apertura llegaba de boca del vicepresidente, Ahmed Meki, que ha planteado a la oposición la posibilidad de enmendar los artículos en disputa de la Carta Magna pero solo después de que se celebre el referéndum.

"Las fuerzas opositoras se oponen a diez o doce artículos, mientras que están de acuerdo con el resto", ha dicho Meki cuando los islamistas llegaban al palacio presidencial, es decir, antes de las graves refriegas. Y ha añadido que su intención es llegar a un acuerdo escrito, antes de que se celebre el referéndum, por el que las fuerzas se comprometan a revisar esos artículos una vez haya sido aprobada la carta magna y elegido un nuevo Parlamento; es decir, siguiendo lo marcado en la propia ley, nada más allá.

El texto ha sido redactado por la Asamblea Constituyente dominada por los islamistas y boicoteada por la mayoría de la oposición. El rechazo a ese proyecto lo comparten organizaciones como Amnistía Internacional, que denuncia que "dista mucho de proteger los derechos humanos y, en concreto, no tiene en cuenta los derechos de las mujeres, restringe la libertad de expresión con la excusa de proteger la religión y permite que se juzgue a civiles ante tribunales militares".

Clinton: "Necesitamos un diálogo urgente"

Mientras, el jeque de Al Azhar, la principal institución islámica de Egipto, ha pedido a todos los egipcios contención y que recurran al "diálogo pacífico y civilizado que corresponde a Egipto". En declaraciones a la agencia oficia Mena, Ahmed al Tayeb ha pedido a los egipcios que "se unan y eviten las razones del conflicto y la discrepancia para evitar que Egipto se vea dañado.

Desde el exterior, Estados Unidos, el tradicional gran aliado de Egipto, ha instado a un "diálogo urgente y democrático", según palabras de la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Y ha recordado que "hace dos años los egipcios tomaron las calles para pedir cambios democráticos, y lo hicieron por ellos mismos. Ahora necesitan una Constitución que los proteja a todos".