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Lentillas para los ojos que llevan pantallas incorporadas

  • Todavía no sirven como pantallas para «llevar puestas en los ojos»
  • Sí pueden funcionar como gafas de sol o con finalidades médicas o cosméticas

Actualmente se trabaja en el problema del enfoque y en otros detalles

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Estas lentillas  llevan incorporada una pantalla LCD de cristal líquido.
Estas lentillas llevan incorporada una pantalla LCD de cristal líquido.

En el Centro de Tecnología de Microsistemas de la Universidad de Ghent en Bélgica han desarrollado unas lentes de contacto con una característica muy peculiar: llevan incorporada una pantalla LCD de cristal líquido. La posibilidad de contar con una pantalla en ese formato abre todo un sinfín de posibilidades a la hora de pensar en aplicaciones futuras, aunque contar con esta especie de «pantalla biónica» integrada en nuestros ojos no es tan trivial como parece a simple vista.

El pequeño dispositivo, llamado simplemente CLD (Contact Lens Display, «Pantalla de Lentes de Contacto») consiste en varias capas de varios nanómetros de grosor situadas en el interior de la lentilla. Entre ellas hay una capa de cristal líquido, los filtros polarizadores que permiten formar los píxeles (similares a los de las calculadoras y las gafas 3-D) y un finísimo chip controlador para organizar los píxeles en letras o signos.

El estado de estas lentillas es todavía un tanto rudimentario, pero sus posibilidades ya se están dejando entrever. Por un lado están las aplicaciones «de fuera hacia dentro» que tienen que ver con lo que se ve en ellas desde el exterior; por otro las de «dentro hacia afuera» que es lo que ve en las CLD la persona que las lleva puestas.

Los cristales polarizadores pueden servir, por ejemplo a modo de gafas de sol: el chip puede detectar las condiciones lumínicas del entorno y ajustar los filtros para dejar entrar más o menos luz. También pueden tener un efecto puramente cosmético: las personas con ojos de dos colores ligeramente distintos podrían igualarlos fácilmente. Las CLD permitirían de este modo «colorear» los iris de los ojos más o menos como las lentillas de color actuales. También se pueden usar como gadget divertido, mostrando signos en la pantalla según las situaciones.

Pero –oh, desilusión– el principal problema surge cuando se piensa en las aplicaciones como pantalla para quien las lleva puestas: el ojo humano no puede enfocar objetos que estén situados a distancias tan cortas, de modo que resulta imposible distinguir los píxeles de la pantalla. A pesar de que el invento puede utilizar prácticamente toda la superficie de la lentilla como pantalla y controlar los píxeles individualmente, todos ellos quedan «fuera de foco» cuando se proyecta la imagen a la distancia natural a la que se sitúan la superficie de la pantalla y la córnea de la retina.

No parece que esto tenga fácil solución, aunque los científicos dicen estar trabajando en simulaciones para intentar encontrar una alternativa que permita bajo ciertas circunstancias o mediante composiciones especiales de la matriz de píxeles distinguir letras o formas. De momento las únicas alternativas son las mini-pantallas incorporadas a gafas de todo tipo, como puede ser el proyecto Google Glass o cámaras similares montadas en otro tipo de complementos y dispositivos, como gafas de esquiar.

Otro problema es que no está claro si estas lentillas son algo que un persona pudiera llevar encima durante un periodo largo de tiempo, más allá de unas pocas horas. Se puede pensar en problemas de calentamiento, rigidez y otras incomodidades. Pero al menos la tecnología para incorporar una micro-pantalla en un espacio tan pequeño y fino como es una lentilla ya existe.