Intermón augura que el 40% de la población en España será pobre en 10 años
- Apunta que la población necesitaría 25 años para recuperar el bienestar social
- Señala que las decisiones políticas tomadas están llevando a cambios estructurales
Intermón Oxfam advierte en el informe Crisis, desigualdad y pobreza que si se mantienen las medidas de austeridad y los recortes sociales la pobreza en España podría afectar a casi el 40% de la población en un década y necesitaría 25 años para recuperar el bienestar social.
La organización ofrece este dato basándose en el indicador Arope (porcentaje de población que se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social, cuya renta es inferior al 60% de la renta media). En España, el salario más habitual fue de 16.489 euros anuales en 2010, mientras que la nómina media se situó en 22.790 euros, según la Encuesta de Estructural Salarial del Instituto Nacional de Estadística.
Las políticas de ajuste generan más desigualdad
Intermón Oxfam hace un análisis de las recientes crisis de América Latina y el este Asiático, que tardaron entre 15 y 25 años en recuperar los niveles de pobreza que había antes de esas depresiones, y destaca que las políticas de ajuste impuestas solo contribuyeron a generar más pobreza y desigualdad, consolidando sociedades duales.
"Si no se cambian las políticas que se están aplicando, puede llevar entre dos y tres décadas recuperar el nivel de bienestar que había en España antes de la crisis, en 2008".
Así, pronostica que en diez años la pobreza y la exclusión social podrían incrementarse de manera drástica: el número de pobres alcanzaría los 18 millones (el 38 por ciento de la población) y el 20% de las personas más ricas en España podrían llegar a ingresar de media 15 veces más que el 20% de las personas más pobres.
"El modelo de austeridad centrado en la reducción del déficit y el saneamiento de la banca, mediante la inyección de fondos públicos financiados a costa de una deuda desorbitada, no genera crecimiento", explica.
Intermón Oxfam señala que las decisiones políticas tomadas en el convulso contexto de la crisis están llevando a cambios estructurales y en el nuevo equilibrio de fuerzas, se restringe la participación ciudadana en las políticas públicas y el poder del Estado cede espacio frente a los mercados.