El Sefarad vuelve con un mensaje de tolerancia
- Se publica en León un estudio sobre los 16 siglos de judaísmo en España
- Los judíos eran terratenientes durante la época visigoda
- Lucena fue una poderosa teocracia durante el califato cordobés
- Lorca tuvo una judería en el recinto del castillo de Alfonso X el Sabio
Se ha publicado en León el primer estudio riguroso sobre la presencia judía en España. Fueron 16 siglos de estrecha convivencia, no siempre pacífica, que se rompió con el Decreto de Expulsión, dictado por los Reyes Católicos, nudo gordiano de la historiografía hispánica, con encendidas polémicas a favor y en contra. No es éste el objeto de este libro, elaborado y editado por dos profesores de la Universidad de León, Jorge Sánchez-Lafuente Pérez y José Luis Avelló Álvarez. Son tiempos de crisis, ya sabemos
Nos encontramos ante un primer acercamiento sin pasión sobre los judíos españoles, desde los tiempos visigodos hasta la expulsión, una época oscura, donde se perdieron testimonios valiosos del Sefarad, la España judía. La arqueología reciente está permitiendo llenar esos vacíos.
La diáspora
El templo de Jerusalén fue incendiado y saqueado por las tropas de Vespasiano en el año 70 de nuestra era. Solo quedaron los cimientos. Los romanos acabaron así con el segundo templo, pues el primero, el llamado de Salamón, fue destruido por los babilonios en el 586 antes de Cristo. Los judíos esperan ese tercer templo. Una leyenda asegura que será obra de Dios, y que vendrá del mismo cielo.
Con la destrucción del segundo templo comenzó la diáspora. Los judíos eran una población influyente y poderosa. Se estima que en Palestina vivían unos dos millones de judíos, y por el Imperio, vivían otros cuatro millones. Los primeros judíos llegaron a Hispania como esclavos o como prisioneros de los romanos. Es un punto todavía oscuro de nuestra Historia. Es un prólogo necesario para entender la presencia de judíos en el reinado visigodo, que aborda este libro.
Terratenientes judíos con los visigodos
Una de las aportaciones más interesantes, por desconocidas, es la presencia de comunidades judías en la época visigoda. Eran poseedores de tierra, un atributo de riqueza en el mundo antiguo, que los judíos ejercieron con entera libertad hasta bien entrado el siglo VII, cuando empezaron a dictarse las primeras disposiciones antijudías.
Se les prohíbía trabajar la tierra en domingo. El rey Egica (687-702) ordenó la expropiación a favor del fisco de las tierras de aquellos propietarios judíos que se negasen a convertirse al cristianismo. La posesión de la tierra por parte de los judíos pasaba a ser así ilegal, una situación que muchos eludieron con falsas conversiones, como ocurrió tras el decreto de Expulsión durante los Reyes Católicos.
Entre otras disposiciones visigodas estaba la prohibición a los terratenientes judíos de poseer esclavos cristianos. Se trataba así de acabar con conversiones forzadas al judaísmo. En este punto el Convilio IV de Toledo considera criminal que "los siervos de Cristo sirvan a los ministros del Anticristo".
Los nombres de judíos en los reinos cristianos
Una de las aportaciones más singulares es la inclusión de una extensa relación de nombres judíos más comunes en los reinos hispánicos en un largo período de tiempo, entre el año 910 hasta 1230. Proceden de León, Toledo, Córdoba y La Coruña. Hay nombres de claro origen hebreo como Abraham, David, Isaac, Jacob, José, Moisés, Samuel o Salomón. Otros nos resulta de más difíciles identifcación como judíos, como Feduzal, Crescencio o Justa.
Hoy, en día, susbsisten en la España actual hasta 750 apellidos de origen judío como Pérez, García, Gallego, Úbeda, Santa Fe, Hernández o Vidal. Fueron muchos siglos de estrecha convivencia entre judíos y cristianos, en los que no faltaron episodios trágicos como las destrucciones violenta de las juderías de Briviesca en 1366 y Ribadavia en 1385, ambas con intervención de tropa extranjera.
Lucena, teocracia judía
En la España califal existió una teocracia judía en la ciudad de Lucena,que conocemos en la actualidad gracias al descubrimiento reciente de una gran necróplis con 346 tumbas durante las obras de la vairante de esta población cordobesa. Sólo llegaron en óptimo estado los restos de 116 tumbas. El enterramiento sigue el ritual más ortodoxo. Es el de inhumación, en fosa y siempre sobre tierra estéril. El cadáver no debía contaminarse con el contaco directo con la tierra. Los individuos se despositan siempre de forma individual, en decúbito supino, con una orientación del cuerpo de este a oeste. O lo que es lo mismo, miran hacia el templo de Jerusalén. El estudio de los restos óseos, realizado por la Universidad de Granada,ha permitido conocer el modo de vida y hasta la alimentación de la comunidad hebrea. Su dieta estaba basada mayoritariamente en la ingesta de arroz y trigo, y en menor medida, carne y pescado
En las tumbas no aparecen ningún tipo de ajuar, tanto ritual como de adorno, ni tampoco elementos de sujeción del sudario (agujas o alfileres). Tiene su explicación. La muerte nos iguala a todos. Además, nada de la tierra es importante a la hora de emprender ese camino sin retorno.
Lucena se ha convertido así en centro de peregrinaje de la comunidad judía. En esa ciudad cordobesa están enterrados dos importantes rabinos, Rabbí Isaac Alfasi y Rabbí Ibn Migash. Sólo por este motivo Lucena quiere estar adherida a la Red mundial de Juderías. Cuenta para ello con el apoyo de Ávila, Córdoba y Toledo. Lucena era conocida como la Perla del Sefarad por los judíos de la Edad Media, y reconocida hoy como la ciudad de las Tres Culturas (judía, musulmana y cristiana)
La sinagoga sefardita de Lorca
Otra de las portaciones está referida a la judería de Lorca, que se levantó en los siglos XIV y XV en el recinto del castillo ordenado por Alfonso X el Sabio. Las obras de un reciente parador han permitido descubrir la sinagoga, con los elementos propios del ritual judío. Podemos seguir en internet la reconstrucción virtual en 3 D, realizada por la Fundación Íntegra de Murcia.
El interior de la sala de oración conserva el lugar donde se guardaban los rollos de la tóra, un nicho (hejal) que estaba decorado con yeserías de estilo gótico y mudéjar. La interrelación cultural era muy intensa. Este nicho o arca santa estaba orientada hacia el Este, hacia el Templo de Jerusalén.
También se conservan los restos del zócalo donde se colocaba la bimá, lugar de lectura de la torá. Un pasillo ricamente decorado con azulejería comunicaba la bimá con el hejal o arca santa.
A lo largo del perímetro de la sala de oración se disponía un rebanco corrido donde se sentaban los varones. Era algo propio de las sinagogas sefarditas. La de Lorca es la única que nos ha llegado sin haber sido transformada en iglesia cristina después del decreto de Expulsión.
Como en otras sinagogas, las mujeres tenían un espacio reservado, conocido como matroneum , y que en Lorca estaba situado sobre el vestíbulo. A este lugar se llegaba a través de un acceso independiente
La sinagoga, que no podía sobresalir sobre las iglesias cristianas como la cercana de San Clemente, estaba iluminada con veinte de estas lámparas, que han sido recuperadas tras un paciente trabajo de investigación y restauración. La comunidad judía ha quedado excluida tanto del proceso de restauración como de la explotación de la misma.
La ceremonia de la purificación.
En la judería se han encontrado hasta 12 casas, con restos de la vajilla doméstica. Predomina la procedente de los alfares locales aunque también se hallaron otras más lujosas llegadas del área levantina y desde Granada, con motivos decorativos en azul o dorado. De los materiales arqueológicos destaca los candiles múltiples o janukkías En una de las casas se encuentra un gran baño de purifcación, un rito que debería seguir las mujeres tras la menstruación.
El Decreto de Expulsión fue expeditivo. Los judíos de Lorca tuvieron que dejarlo todo, incluso sus pertenencias más queridas. Esa circunstancia nos ha resultado providencial para conocer la forma de vida de esta comunidad judía de Lorca
La mujer judía
Existen otros aspectos inéditos en este libro como los judíos en los manuales de los inquisidores. Otros aspectos, como el papel de la mujer judía, necesitarán otro libro que aparece en el año 2013 con el apoyo de estos profesores de la Universidad de León. Aldeberán será la editorial.