Carmen Roche actualiza el cuento de Perrault en el ballet 'La bella durmiente sueña'

• Una bailarina japonesa viaja a Madrid para ser "la bella durmiente"
• Con guión y coreografía de Martha García
• En el Teatro Fernán Gómez hasta el 6 de enero

El ballet Carmen Roche inició su andadura en 1998 de la mano de su directora, la bailarina Carmen Roche.

Se abre el telón y vemos a una chica japonesa (Yuka Iseda) ante el ordenador. En la pantalla situada al fondo del escenario podemos ver su navegación; está buscando audiciones de baile. Por fin encuentra un anuncio del ballet Carmen Roche buscando a una bailarina para interpretar el personaje de Aurora en el ballet La bella durmiente, el famosísimo ballet con música de Chaikovski y coreografía de Marius Petipa.

Yuka baila alegremente por su habitación, le secunda en su alborozo, su madre. Después, la historia sigue en la pantalla, un avión recorre el mundo hasta llegar a Madrid. Vemos unos pies embutidos en unas zapatillas rosas que recorren Madrid: Sol, Chueca, la Gran Vía...hasta que llegan cerca de la Avda. de America a Scaena, la escuela de baile que dirige Carmen Roche; una escuela-conservatorio que por cierto ocupa el que fuera estudio de Antonio, maestro a su vez de Carmen.

Ahí, Yuka, seguida por su madre -que le trae las zapatillas de ballet que había olvidado- se encuentra con el resto de bailarines principales y cuerpo de baile que veremos durante la hora y cuarto que dura La bella durmiente sueña. Lo dirige Carmen Roche sobre un guión y coreografía de la cubana Martha García. Y podemos verlo desde el pasado miércoles 19 hasta el 6 de enero. Y por descontado, una selección de músicas de la partitura original de Chaikovski.

A partir de ese momento, Yuka participará en lo que conocemos como un casting. El coreógrafo (Edgar Chan) y su asistente (Ana Ponce) van mostrando con virtuosismo pasos que el resto de bailarines y bailarinas (Yuka+cuerpo de baile) con menos destreza, deben repetir. La chica de las zapatillas rosas es seleccionada. Luego se desmaya (metáfora del pinchazo con el huso), el coreógrafo llama por el móvil al hospital, y llegan unos camilleros...

Y todo esto...sin dejar de ser un ballet. Sin decir una palabra (en realidad tan sólo 3 palabras por el móvil) pero con mucha comunicación entre los artistas, lograda tan sólo con gestos, movimientos y en definitiva danza. Y lo que es más díficil sin sobreactuar. Para ver todo lo que sigue y como se funde la historia moderna con la original de la bella durmiente del cuento de Perrault y el príncipe es recomendable ir al teatro Fernán Gómez. Las funciones son a muy buena hora, las 19h.

Dejad que los hijos se acerquen a mí

Después de ver el ensayo general completo este miércoles (tan sólo un par de horas antes del estreno), RTVE.es pudo charlar con Carmen Roche, una mujer encantadora que trabajó en su día en las compañías de Maurice Béjart y Antonio. Con eso está todo dicho.

Le preguntamos cual seriá el mensaje de esta obra y su respuesta nos sorprende: "Que los padres permitan que sus hijos bailen porque más allá de los Pirineos hay muchas compañias de danza. Veo que los padres ponen muchas pegas para que las chicas y especialmente los chicos se dediquen profesionalmente a la danza. He visto a chicos con mucho talento que han querido hacerlo después del bachillerato, después de imponerse en sus familias y ya era tarde, hay que dedicarse totalmente mucho antes. En España, hay padres muy cuadriculados, que sólo quieren para sus hijos el fútbol y el bachillerato, en el extranjero no es así..."

La historía de la bailarina japonesa que un día llega a España no es tan fantasiosa como podría parecer. Lo confirma la anécdota que nos cuenta Carmen acerca del primer bailarín en esta coreografía, el chino Edgar Chan. Fui a impartir un curso en la Academia de los maestros de Pekín y cuando caminaba desde la academia hasta el hotel, me sauste cuando Edgar apareció detrás de un árbol y me dijo: "¿podría ir con usted a España?" Sí, le contesté, en dos meses tenemos una audición"

Hoy, Chan encarna el doble papel de "coreógrafo" y "príncipe Decidiré" en La bella durmiente sueña.

Carmen Roche nos traslada su preocupación por que todo funcione como un reloj: "me interesan los brazos, las manos, que no haya amaneramiento, afectación, sobreactuación, en definitiva naturalidad, me fijo en todo, es mi deber". Objetivo conseguido con creces a nuestro juicio. En 'La bella durmiente" hay juventud, frescura y naturalidad.