La factura de la reestructuración de la banca suma 52.000 millones de euros, según Bruselas
- De ellos, 39.000 millones proceden del fondo de rescate europeo
- Los 13.000 millones restantes los ha inyectado el FROB en 2010 y 2011
- Bruselas autoriza la reestructuración de Liberbank, Caja3, CEISS y BMN
- Las cuatro necesitan 1.865 millones de capital, un tercio de lo previsto
- Liberbank requiere 124 millones de euros y Caja3, 407 millones
- Mare Nostrum necesita 730 millones y CEISS, otros 604 millones
La factura total que la reestructuración de la banca española pasará a los contribuyentes será de 52.000 millones de euros, según ha revelado este jueves el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Competencia, Joaquín Almunia. Ese coste "es demasiado elevado y demuestra lo necesario que es adoptar cuanto antes un mecanismo común de supervisión bancaria", ha concluído Almunia.
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario ha explicado que ese coste total resulta de sumar los 39.000 millones de euros que recibirán ocho entidades del fondo de rescate europeo -de los que responde el Estado español y, por tanto, los contribuyentes- y los 13.000 millones de ayudas públicas españolas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que ya han recibido en 2010 y 2011.
Almunia ha dado por cerrado el rescate de la banca española con la autorización este jueves de los planes de reestructuración de Liberbank, Caja3, Banco Mare Nostrum (BMN) y Banco CEISS, las últimas entidades españolas que necesitarán ayudas públicas en mayor o menor grado para completar su saneamiento.
Menos de 1.900 millones para cuatro entidades
Entre las cuatro, esos requerimientos de capital adicional alcanzan 1.865 millones de euros, menos de un tercio de las necesidades identificadas por las pruebas de resistencia en esas entidades, y que ascendían a 6.250 millones de euros. "El resto se cubrirá mediante el reparto de cargas (que aportarámás de 2.000 millones
de euros de capital), la venta de activos y otras medidas de gestión (más de 1.000 millones de euros), sin olvidar la transferencia
de activos y préstamos tóxicos a la sociedad de gestión de activos Sareb (en torno a 1.000 millones de euros)", detalla Bruselas. (Ver documento en pdf.)
A todas las entidades, Bruselas les exige "reorientar su modelo empresarial para centrarlo en el negocio minorista y la concesión de préstamos a las pymes en las regiones en las que habían operado tradicionalmente". Además, se establece que "dejarán de prestar dinero a proyectos inmobiliarios, o mantendrán una actividad marginal en este ámbito, y limitarán su presencia en el negocio de banca mayorista. Esto contribuirá a reforzar sus posiciones de capital y liquidez y a reducir su dependencia de la financiación interbancaria y del Banco Central", indica la Comisión Europea.
Además, deberán vender sus participaciones industriales y en filiales no esenciales, "cuyo producto contribuirá a financiar la reestructuración, limitando así la necesidad de ayuda adicional", señala la autorización de Bruselas.
El rescate europeo a la banca española suma 39.000 millones
Esa misma condición se la impuso el pasado 28 de noviembre a los bancos nacionalizados hasta el momento (Bankia, CatalunyaBanc, Novagalicia y Banco de Valencia), cuando el comisario Almunia ya autorizó sus respectivos planes de reestructuración, que incluyen una inyección de 37.000 millones de euros de fondos europeos del rescate bancario autorizado por la eurozona.
Por separado, las necesidades de capital de Liberbank ascienden a 124 millones de euros, las de Caja3 a 407 millones, las de BMN a 730 millones y las de CEISS a otros 604 millones de euros.
Estas cifras reducen en todos los casos las cantidades estimadas por las pruebas de solvencia de Oliver Wyman, que se estimaban en 57.000 millones de euros, según ha recordado el vicepresidente de la Comisión.
Almunia ha indicado que, finalmente, el programa europeo de asistencia financiera aportará 39.000 millones de euros. De los 18.000 millones restantes, la mayoría (12.000 millones de euros) se han cubierto "con el ejercicio de reparto de carga entre accionistas y titulares de capital híbrido" -deuda subordinada y preferentes- y otros 5.000 millones de euros se han conseguido por las medidas de los bancos para conseguir capital por sus propios medios, como las ventas de activos o las ampliaciones de capital. Por último, la transferencia de activos tóxicos a la Sareb o banco malo ha reducido las necesidades de capital en 1.000 millones, ha asegurado el responsable de Competencia.
Europa no puede compensar a los "engañados" con las preferentes
Preguntado sobre por qué no se otorgan más fondos europeos a los bancos españoles para cubrir las pérdidas que deben asumir los titulares de participaciones preferentes, el vicepresidente de la Comisión ha aclarado que el tratamiento que ha dado la Comisión "a cualquier instrumento de capital híbrido" -como las preferentes- es "conforme al reglamento europeo de las ayudas de Estado".
Almunia ha reconocido que "es verdad que, en el caso español, hay titulares de participaciones preferentes que, por decirlo suavemente, han sido engañados cuando suscribieron un producto financiero que creían seguro" y que ahora, en muchos casos, sufrirán "un descuento".
Sin embargo, el comisario europeo ha subrayado que, ese tipo de "abusos o engaños no puede y no debe ser sufragado por los bolsillos de contribuyentes estonios, eslovacos, austríacos, holandeses o belgas" y corresponde al Gobierno del país en cuestión encontrar "las maneras de compensar a las personas que deben ser compensadas por haber sido engañadas".
"Viabilidad a largo plazo sin ayudas del Estado"
El responsable europeo de Competencia ha asegurado que, para la reestructuración de la banca española, se han aplicado "los mismos criterios que en otras entidades financieras europeas con ayudas". Sin embargo, ha subrayado que "una importante diferencia" del caso español ha sido que los planes de restructuración "se han aprobado en mucho menos tiempo, y antes de que los fondos públicos se hubieran canalizado a las entidades".
"En otros casos, primero se procede a la aprobación temporal de la ayuda y, a partir de ahí, las entidades deben presentar sus planes de reestructuración", ha explicado Almunia. Ha destacado que el procedimiento seguido con la banca española "es mucho más rápido y eficaz: en menos de cuatro meses se ha aprobado la reestructuración de ocho entidades", lo que contrasta -según Almunia- con casos como el de una entidad austríaca que recibió las ayudas en 2008 y aún sigue negociando su plan de recapitalización.
La Comisión Europea ha autorizado los planes de reestructuración al estimar que "permitirán su viabilidad a largo plazo sin un apoyo continuado del Estado" y que "establecen garantías suficientes para limitar el falseamiento de la competencia que produce una ayuda pública".
Venta de CEISS y salida a Bolsa de BMN y Liberbank
Para garantizar esa viabilidad, la Comisión explica que "España se ha comprometido a vender Banco CEISS y a que BMN y Liberbank coticen en Bolsa antes de que finalice el período de reestructuración. Caja3 dejará de existir como entidad independiente", ya que se integrará en Ibercaja, con la que ya ha cerrado un acuerdo de integración.
La mayor inyección irá dirigida a BMN -originada por la fusión de Caja Granada, Caja Murcia, Sa Nostra y Caixa Penedès- para la que se establece que antes de 2017 reduzca su tamaño más del 40% respecto al que tenía en 2010.
Según lo aprobado por Bruselas, los 730 millones de euros que inyectará el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE, el fondo de rescate permanente) en Mare Nostrum es menos de los 2.208 millones de euros que identificaron las pruebas de resistencia gracias, sobre todo, a la transferencia de activos a la Sareb, el llamado banco malo.
El Banco CEISS, fruto de la fusión de Caja España y Caja Duero, tendrá que reducir su tamaño en un 30% para ser viable, además de recibir una inyección de fondos públicos de 604 millones de euros.
Esta inyección es inferior a los 2.063 millones de déficit de capital que detectó Oliver Wyman en el caso de un escenario adverso, ya que se transferirán activos inmobiliarios al banco malo por importe de unos 717 millones de euros.
Caja3 -nacida de la fusión de Caja Círculo, Caja Inmaculada y Caja Badajoz- recibirá una ayuda de 407 millones en forma de bonos convertibles contingentes (cocos) y traspasará al banco malo activos por valor de unos 770 millones de euros. Oliver Wyman había estimado unas necesidades de capital de 779 millones de euros. Esta entidad desaparecerá al integrarse en Ibercaja.
Por último, Liberbank -fruto de la fusión entre Cajastur, Caja Castilla-La Mancha, Extremadura y Cantabria- saldrá a Bolsa antes de 2017 y reducirá su tamaño un 25% con respecto al que tenía en 2010.
Los 124 millones de euros que recibirá del fondo de rescate llegarán en forma de bonos convertibles contingentes (cocos), una cantidad muy inferior a los 1.198 millones de déficit de capital revelado en el test de Oliver Wyman, debido al traspaso de sus activos problematcios al banco malo.
Así, mientras Caja3 y Liberbank recibirán la inyección cuando el FROB compre bonos convertibles, en las otras dos entidades se realizará por la compra directa de acciones. Esa diferencia se ha decidido, según ha explicado Almunia, "porque BMN y CEISS habían recibido ya cocos dentro del FROB 1 que deberán convertirse ahora".
Miles de despidos entre las cuatro entidades
Los sindicatos dan por seguro que miles de empleados de estas cuatro entidades perderán su puesto de trabajo en los ajustes. "Unos 4.000 ó 5.000 en el peor de los escenarios", ha calculado UGT.
El Banco CEISS ha planteado un plan que contempla el cierre de 250 sucursales y el despido de unas 1.000 personas.
BMN prevé continuar con el intenso proceso de reducción de oficinas que inició tras la fusión de Caja Murcia, Caja Granada, Penedés y Sa Nostra, y disminuir la red en 100 sucursales más, hasta un total de 800, menos de la mitad de lo que tenía cuando nació. Según los sindicatos, ello provocará una reducción de plantilla de unas 350 personas.
Caja3 también se embarcará en un proceso de adelgazamiento, pues planea acometer 592 despidos y el cierre de 187 oficinas.
Por el momento, Liberbank es la única entidad de las cuatro que no contempla despidos en sus planes de ajuste, aunque sí recortes salariales y suspensiones temporales de contratos de hasta un año para "un máximo del 60% de la plantilla".