El presidente egipcio niega fraude y llama a todos los partidos a un diálogo de unidad nacional
- Morsi se dirige a la nación tras la aprobación de la nueva Constitución
- Asegura que dará los pasos necesarios para mejorar la economía
- El presidente de Egipto anuncia la remodelación del Gobierno
El presidente de Egipto, Mohamed Morsi, ha defendido la "transparencia" del referéndum por el que se ha aprobado la nueva constitución del país y ha hecho un llamamiento a todos los partidos políticos para que participen en un diálogo nacional en un discurso retransmitido por la televisión egipcia, informa Reuters.
En un discurso televisado por la televisión egipcia, Morsi ha subrayado que la consulta contó con una supervisión judicial completa, pese a las denuncias de la oposición de que la votación estuvo marcada por el fraude, señala Efe. El Frente de Salvación Nacional, que aglutina a la oposición laica, ya ha anunciado que intentará cambiar la Constitución si gana las elecciones legislativas de dentro de dos meses.
"La polémica sobre la Constitución es normal en un país que se está dirigiendo hacia la democracia, y estas discrepancias de opinión son un fenómeno sano", dijo Morsi en un discurso televisado con motivo de la aprobación de la nueva Carta Magna, que, ha afirmado, limita los poderes del jefe Estado.
La nueva Carta Magna ha sido apoyada por el 63,8% de los votos de la consulta celebrada el 15 y el 22 de diciembre y en la que ha participado un 32,9% de los ciudadanos con derecho a voto.
Morsi anuncia que remodelará el Gobierno
El presidente egipcio, Mohamed Morsi, ha anunciado que se va a efectuar una remodelación del actual Gobierno, encabezado por Hisham Qandil, durante un discurso con motivo de la aprobación de la Constitución.
"El gobierno actual está desempeñando su papel en medio de circunstancias difíciles y he mantenido consultas con Qandil para llevar a cabo reformas ministeriales", ha asegurado Morsi, que no precisó cuándo se efectuarán estos cambios.
"Hemos vivido días y semanas de preocupación y espera, durante los que he tratado de que la patria llegue a buen puerto y se acabe la etapa transitoria de casi dos años, durante la que la economía ha sufrido y ha habido disputas políticas", dijo Morsi.
Para tratar de cerrar la brecha entre las distintas fuerzas políticas, Mursi volvió a instar a un diálogo, que por el momento los grupos no islamistas han boicoteado por su rechazo a la Constitución y a las últimas decisiones de Morsi.
En su alocución, reconoció que la etapa pasada estuvo marcada por algunos errores de todas las partes y asumió la responsabilidad de ello.
"He insistido en que Egipto tenga una Constitución para recuperar la estabilidad y por eso he tomado muchas decisiones difíciles", ha subrayado.
Morsi defiende que la Constitución limita sus poderes
Sobre la Carta Magna, ha afirmado que limita los poderes del jefe del Estado: "Hace del presidente un servidor del pueblo y no un gobernante tirano", ha añadido.
En su opinión, el texto refleja el espíritu de la Revolución del 25 de Enero de 2011 con su rechazo a la discriminación y su respeto a las libertades, entre ellas la de opinión.
"No quiero el poder ni me interesa controlarlo todo porque el poder es del pueblo egipcio", ha apostillado, en alusión a los que critican que el presidente y los Hermanos Musulmanes buscan dominar todos los resortes del poder.
Anoche, el presidente firmó el nuevo texto constitucional, que estipula que en dos meses deben empezar los trámites para la celebración de elecciones legislativas.
La controvertida Carta Magna fue rechazada por el Frente de Salvación Nacional, que aglutina a la mayor parte de la oposición no islamista, al considerar que su redacción estuvo monopolizada por los Hermanos Musulmanes y los salafistas.
La oposición: "No representa a la opinión del pueblo"
Antes del discurso, el portavoz del opositor Frente de Salvación Nacional (FNS), Jaled Daud, explicó a Efe que la Constitución es "inválida porque no representa la opinión del pueblo".
El FNS, que aglutina a la mayor parte de la oposición no islamista y que solicitó el "no" en la votación, pretende continuar el proceso legal para denunciar las violaciones ocurridas en el plebiscito, según Daud.
Además, esta coalición está llevando a cabo consultas para unirse en una sola lista de cara a las elecciones parlamentarias, que de acuerdo a la Carta Magna deberán celebrarse en los próximos dos meses.
"A pesar de todo lo que ha pasado tenemos la moral alta y confiamos en que podremos conseguir una buena parte del próximo Parlamento", ha subrayado el portavoz.
La Cámara baja del Parlamento fue disuelta a mediados de junio pasado por la Junta Militar, que gobernó el país desde el derrocamiento del expresidente Hosni Mubarak hasta la elección de Morsi.
La disolución se produjo tras un fallo del Tribunal Constitucional que consideró que los partidos no respetaron la ley electoral al presentar candidatos a listas reservadas a independientes.
Desde su disolución, fue la Junta Militar, primero, y Morsi, después, quienes ejercieron el poder legislativo, que desde hoy ostenta el Consejo de la Shura (Cámara alta del Parlamento), por primera vez en su historia.
El Senado abre sus sesiones tras el referéndum
La Shura abrió este miércoles sus sesiones con el juramento del cargo de los 90 diputados nombrados por Morsi, que se suman a los 180 elegidos en las pasadas elecciones legislativas.
Este órgano ha asumido los poderes de la Cámara baja, en virtud del artículo 131 de la nueva Constitución, que estipula que tiene que hacerse cargo de las responsabilidades de la segunda si esta está disuelta.
Pese a que Morsi ha insistido en que ahora comienza la construcción de Egipto y un periodo de estabilidad, el economista del partido nacionalista Wafd, Yaser Hasan, dijo a Efe que tras la aprobación de la Constitución de esta manera "obligatoria", no va a haber ni estabilidad política ni económica.
"No preveo avances positivos en la economía a corto plazo a menos que los liberales logren la mayoría en el Parlamento en las próximas elecciones", señaló.
En su opinión, debido a la inestabilidad política, las reformas económicas han sido obstaculizadas y la falta de un plan del Gobierno está llevando al país al derrumbe.
Y en medio de la tensión política general, un total de 150 dirigentes del ala menos conservadora del partido salafista Al Nur, la segunda formación política de Egipto, han dimitido de este grupo y planean formar otro.
Mientras, los jueces mantienen su pulso con la Presidencia y volvieron a insistir este miércoles en la necesidad de que el fiscal general, Talaat Ibrahim, dimita del cargo tras su polémica designación por Morsi.