La Republica Centroafricana establece el toque de queda en la capital amenazada por los rebeldes
- Los rebeldes han tomado la ciudad de Sibut en su avance hacia la capital
- Las fuerzas del Chad, aliadas del Gobierno, han tenido que reubicarse
- El Gobierno se muestra preocupado por una posible guerra religiosa
- Al parecer, los rebeldes favorecen las actividades de la minoría musulmana
La capital de la República Centroafricana ha establecido un toque de queda desde las 19.00 hora local hasta las 5.00 de la madrugada por la “confusión y el temor” generado a raíz de la toma de la ciudad de Sibut (a 160 kilómetros de la capital) por el grupo rebelde Seleka, según ha reconocido el ministro de la Administración territorial, Joshua Binou, preocupado por la guerra religiosa que se avecina en el horizonte.
"Los rebeldes han llegado a ocupar" Sibut y las fuerzas del Chad (aliadas del actual presidente de la República Centroafricana) han tenido que asegurar su posición en otra ubicación. Desde el inicio del levantamiento rebelde en la República Centroafricana el pasado 10 de diciembre, Sibut ha sido una posición de defensa de la capital para las fuerzas del Chad.
"Esto es lo que ha creado la confusión y el miedo entre la población de Bangui", según declaraciones del ministro José Binoua, que ha justificado así el toque de queda.
Como estrategia, las fuerzas del Chad han reculado hasta la ciudad de Damara, a 75 kilómetros de la capital, para bloquear los dos ejes que conducen a Bangui.
"Es normal que de manera preventiva, llamemos a la población a que no se desplace demasiado y se quede en casa a partir de las 19.00 horas. Esto permite a las fuerzas del orden controlar mejor la situación" ha agregado.
Preocupación por una posible guerra religiosa
El ministro también se ha mostrado preocupado por la guerra religiosa que el levantamiento rebelde puede ocasionar. En un país en el que el 85% de la población es cristiana y la restante musulmana, el ministro ha denunciado que se está dando caldo de cultivo para el odio religioso cuando “en las ciudades ocupadas por los rebeldes solo los comerciantes musulmanes pueden vender”. Una práctica rebelde que la agencia France Presse no ha podido verificar.
Los "dos religiones siempre han vivido en fraternidad. Lo que se prepara es un genocidio [...] Hay que evitar este mal en la República Centroafricana", ha añadido.
Por su parte, la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC) ha reiterado a los rebeldes centroafricanos de la coalición Seleka que cesen sus hostilidades e inicien las conversaciones de paz. Hasta el momento, Seleka ha hecho caso omiso del ultimátum lanzado hace una semana por la CEEAC instando a los rebeldes a abandonar las ciudades ocupadas.
Avance hacia Bangui
Según el diario digital gabonés Gaboneco los sublevados han mostrado interés en negociar con las autoridades pero mantienen sus posiciones y su avance hacia Bangui, alegando que el Ejecutivo centroafricano no les ha dado garantías suficientes para un alto el fuego.
La inestabilidad en la República Centroafricana se ha agravado desde que, a principios de diciembre, la coalición Seleka se alzara en el norte del país al considerar que el presidente, François Bozize, no había respetado los acuerdos de paz firmados en 2007.
Estos tratados contemplaban -entre otros asuntos- la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de prisioneros políticos y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.
Los sublevados, que amenazan con deponer al presidente, siguen tomando ciudades en su avance hacia la capital ante unas Fuerzas Armadas "pobremente equipadas e incapaces" de hacer frente al empuje de Seleka.
Estados Unidos ha cerrado temporalmente su embajada en este país dada la situación de inseguridad y ha ordenado el envío de 50 soldados para evacuar a los ciudadanos estadounidenses y el personal diplomático, que se encuentra allí. Por su parte, Francia, expotencia colonial que se ha negado a ayudar a las autoridades de la República, ha intensificado su presencia militar en el aeropuerto de la capital como "medida de precaución" para la "protección de ciudadanos franceses y europeos".
Esta negativa de ayuda provocó que la embajada francesa fuese atacada con misiles por manifestantes partidarios del presidente Bozize, que ha pedido formalmente auxilio a Estados Unidos y Francia.