Los robots voladores se abren un hueco en las empresas de seguridad privadas
- Una empresa japonesa ha realizado una demostración de un sistema autónomo de seguridad con un cuadricóptero
- Es capaz de tomar imágenes, seguir a los intrusos e identificar caras y matrículas
Su idea es alquilarlos con opción a compra por unos 50 euros al mes a partir de 2014
Hay juguetes que son más que juguetes, y los cuadricópteros que hace tiempo se utilizan en el rodaje de películas y en situaciones militares tanto para defensa como ataque están ampliando sus horizontes. Ahora es una empresa japonesa la que propone equiparlos con algunos complementos y utilizarlos como sistema de seguridad privada, capaz de «hacer la ronda» por viviendas y edificios, tomar fotos y seguir de cerca a los extraños que se acerquen.
El modelo presentado por Secom utiliza un conocido cuadricóptero de la marca alemana Ascending Technologies como base del sistema. Equipado con cuatro motores, giroscopios y sensores estabilizadores, es capaz de volar con cierta autonomía y mantenerse estable en las alturas, tanto en interior como en exterior.
La firma japonesa plantea alquilar estos drones bajo la fórmula del leasing, tal y como se alquilan hoy en día algunos vehículos o sistemas de alarmas. Al fin y al cabo, una parte importante del coste de estos aparatos es el mantenimiento y renovación. Su plan es llevar a cabo ese «alquiler con opción a compra» por unos 50 euros al mes a mediados de 2014.
Este drone incluye sistemas especiales de visión artificial para seguir a las personas mediante un sistema especial de reconocimiento de imágenes. También puede tomar fotos de caras y vehículos, reconocer matrículas y todo lo que habitualmente hace una cámara convencional: transmisión de imágenes en tiempo real, fotos a diversas resoluciones, etcétera.
De formato bastante manejable, su tamaño es de unos 60 x 60 x 30 cm y pesa algo más de kilo y medio. Funciona con baterías recargables y en uno de los esquemas mostrados de un «escenario» típico se adivina algo que bien podría ser una base de recarga, lo que aumentaría su autonomía: algunos robots acuden a enchufarse a sí mismos para recargarse cuando saben que sus baterías están a punto de descargarse completamente.
Debido a que este tipo de aparatos no son precisamente muy resistentes (están fabricados con materiales ultraligeros) su táctica de funcionamiento consiste en mantenerse a una «distancia prudencial» de los intrusos ¿ quizá para evitar que tanta tecnología punta pueda ser sorteada de una simple y certera pedrada.
Como puede verse en el vídeo demostrativo de la prueba que se realizó ante la prensa en Japón, el robot también va equipado con un sensor láser para evitar chocar con los objetos del lugar, gracias a lo cual puede moverse de un lado a otro sin estamparse contra los diversos obstáculos que haya en su camino.