Pekín prohíbe las primeras protestas abiertas de los periodistas chinos contra la censura
- El Gobierno chino reitera que seguirá controlando los medios
- Pekín culpa a "fuerzas extranjeras" de las protestas
- El Southern Weekly, modelo del periodismo independiente en China
Las primeras huelgas de periodistas chinos contra la censura en décadas han topado con una respuesta contundente del Partido Comunista de China (PCCh), que ha reiterado que seguirá controlando a los medios y ha prohibido nuevas protestas.
En un comunicado dirigido a los altos cargos del Partido y a los responsables de los medios de comunicación de todo el país, el Departamento de Propaganda del PCCh ha señalado este martes que el Gobierno chino "aún tiene el control absoluto" sobre los medios y que este principio es "inquebrantable".
Con ello responde al conflicto que estalló en Cantón entre los periodistas del semanario Southern Weekly ("Nanfang Zhoumo") y las autoridades provinciales, después de que los primeros protestaran por la censura que el jefe provincial de propaganda, Tuo Zhen, aplicó en la primera edición de 2013 de esa publicación.
Los periodistas del rotativo, conocido por su periodismo de investigación y su línea editorial liberal, decidieron este lunes iniciar una huelga contra los cambios y omisiones de sus artículos, un hecho inédito en un periódico de tal importancia en el gigante asiático.
Manifestaciones sin precedentes
Más de 300 personas se concentraron ante la sede del rotativo, la mayoría de ellos jóvenes, mostrando pancartas como "El pueblo chino quiere libertad" o "Juntos, persigamos nuestros sueños, fuerza Nanfang Zhoumo" y dejando crisantemos amarillos (flor de luto en la cultura oriental) ante la puerta del edificio.
En referencia a esta manifestación, la misiva enviada este martes señala que "son varias fuerzas extranjeras hostiles las que han intervenido en las protestas" y ha reiterado que Tuo, ex vicepresidente de la agencia oficial Xinhua, "no tiene nada que ver con los incidentes".
El comunicado prohíbe además que los periodistas y editores muestren apoyo públicamente a la causa del Southern Weekly y ordena a los medios de comunicación de todo el país que publiquen un editorial reproducido este lunes en el periódico Global Times, vinculado al PCCh, en el que se apunta que el gigante asiático "no tiene la infraestructura social para apoyar la prensa libre".
"Debido a la realidad social y política de China, la libertad de prensa que reclaman estas personas -en referencia a los periodistas del diario cantonés-, simplemente no existe", señala el editorial.
El artículo también acusa a varios internautas de fingir ser periodistas del Southern Weekly para "difundir información falsa y dividir el país" y los vincula al activista pro derechos humanos Chen Guangcheng, residente en EE.UU. después de que en 2012 escapara de su arresto domiciliario y se refugiara en la embajada norteamericana.
"La reforma de los medios de comunicación es solamente una parte de las grandes reformas, pero nunca se convertirá en un área especial de la política china", subraya el editorial.
Clamor a favor de la libertad de prensa
Este clamor a favor de la libertad de expresión ha dejado en los últimos días miles de comentarios de apoyo en las redes sociales, que desde este martes el aparato censor del Gobierno ha empezado a bloquear, hasta el punto de que palabras en mandarín como "sur" ("nan" en mandarín) no pueden usarse en los buscadores.
“La realidad de este país suele ser escondida“
"La realidad de este país suele ser escondida. Sea como sea, el Southern Weekly no tiene culpa de nada y merece todo nuestro apoyo", decía uno de los mensajes.
"Es el buque insignia del periodismo independiente chino y de la libertad de expresión en el país, dentro de los límites establecidos por el Gobierno", comenta sobre él Daniel Méndez, profesor adjunto de Estudios Chinos en la Universidad Pompeu Fabra.
Recientemente, Southern Weekly dio un ejemplo de sus atrevidos reportajes al publicar un extenso artículo de 40 páginas sobre el escándalo Bo Xilai, tema tabú para muchos otros medios, que deben ceñirse a la información de los medios oficiales (la agencia Xinhua, el "Diario del Pueblo", la televisión estatal CCTV,...).
Reacciones internacionales
Las protestas de los periodistas del rotativo cantonés ya han traspasado las fronteras de la República Popular, y así la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nuland, advirtió est lunes que la censura en los medios de comunicación chinos "no es compatible con las aspiraciones del gigante asiático de construir una sociedad y economía modernas".
Desde Pekín, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei, ha respondido al respecto que "China se opone a que cualquier nación interfiera en los asuntos internos del país".
La atención que se ha prestado a la protesta y el hecho de que la Policía permitiera la manifestación de este lunes subraya la posición única que tiene la provincia de Cantón en el gigante asiático, la parte más rica y liberal del país, y vecina a Hong Kong, donde existe una prensa más crítica e independiente.
El conflicto sin precedentes supone un reto para el nuevo máximo líder comunista en Cantón, Hu Chunhua, "el pequeño Hu", quien según los analistas aspira a ser uno de los máximos líderes del país en 10 años.