El mediador de la ONU para Siria: el pueblo ha dicho 'basta' a 40 años de la familia Asad
- Brahimi lamenta que Asad no propusiera nada nuevo en su último discurso
- Rusia exige en que se tenga en cuenta al presidente sirio para el fin de la guerra
- La nieve y el frío complican aún más la situación extrema de la población
El mediador internacional para Siria, Lajdar Brahimi, ha advertido al presidente sirio que el pueblo cree que el Gobierno de la familia Asad ya ha durado bastante y ha lamentado que el mandatario no hiciera ninguna propuesta nueva en su último discurso, pese a que Rusia ha exigido que se tengan en cuenta las palabras de Bachar al Asad para buscar el fin a una guerra que se ha cobrado ya más de 60.000 vidas, según la ONU.
"En Siria, en particular, creo que la gente está diciendo que un tener una familia dirigiendo el país durante 40 años es demasiado. Así que el cambio tiene que ser real y creo que el presidente Asad podría tomar la iniciativa en responder a las aspiraciones de su gente más que resistirse", ha indicado Brahimi en declaraciones a la BBC
"Me temo que esto es una repetición de iniciativas previas que, obviamente, no funciona... Este no ha sido realmente diferente y quizás incluso más sectario", ha añadido. "El tiempo "El tiempo de las reformas concedidas magnánimamente ha pasado. Las personas quieren tener voz en cómo son gobernados y quieren tomar las riendas de su propio futuro", ha añadido.
Sin embargo, esta no es la postura que mantendrá Moscú en la reunión que mantendrán el próximo 11 de enero en Ginebra diplomáticos rusos, estadounidenses y el propio Brahimi. Rusia espera que "las ideas expuestas el 6 de enero por el presidente de la República Árabe de Siria, Bachar al Asad", se tengan en cuenta durante el encuentro a tres bandas, según ha anunciado este miércoles el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Mijaíl Bogdánov.
"Particularmente, el líder sirio confirmó su disposición para iniciar un diálogo intersirio y las reformas del país en base a la soberanía de Siria, su independencia, unidad e integridad territorial y el principio de no injerencia en los asuntos internos", subraya un comunicado de la Cancillería rusa.
La nieve y el frío llegan a Damasco
El pasado domingo, el presidente sirio expuso un nuevo plan de paz para el país, que incluye la celebración de una conferencia nacional entre las partes en conflicto, un referéndum sobre el proyecto de una nueva Constitución, la convocatoria de elecciones parlamentarias y la formación de un nuevo Gobierno. Propuestas que ya ha hecho con anterioridad pero que nunca han llegado a materializarse en medidas concretas. Además, Asad dijo que seguirá la lucha contra los grupos terroristas, como él considera a la oposición armada.
La Coalición Nacional de Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria, creada con el apoyo de Occidente, se ha pronunciado en contra del plan ofrecido por Asad, al igual que los jefes de las diplomacias de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y la Unión Europea.
Pero, tras 22 meses en conflicto, la población no puede esperar más. La nieve y el frío, sumados a la falta de alimentos, complican aún más la situación extrema en la que viven un millón de sirios en las zonas más castigadas por la guerra, según ha alertado Naciones Unidas. Los bombardeos impiden que la ayuda llegue con normalidad y en algunas zonas buscar comida se ha convertido en una cuestión de vida o muerte.
Sin pan ni petróleo
El Programa Mundial de Alimentos ha evacuado a su personal de Homs y de otras ciudades por motivos de seguridad y ha alertado de que hay un millón de sirios sin comida a los que no pueden ayudar.
La ONU prevé asistir en enero a 1,5 millones de personas en el interior de Siria, el 60% de los 2,5 millones de personas que precisan de asistencia alimentaria tanto en zonas controladas por el Gobierno como en manos de los rebeldes.
La portavoz del PMA Elisabeth Byrs, ha advertido de que la situación se deteriora ante el grave desabastecimiento por la inseguridad en el país, la escasez de petróleo y de harina de trigo -debido a los daños en los molinos-, la destrucción de panaderías y la creciente demanda de este producto por nuevos desplazados internos.
En Alepo, la mayoría de la población depende de panaderías privadas donde el precio de un kilo de pan ha alcanzado las 250 libras sirias (2,70 euros), frente a las 30 libras (0,72 céntimos de euro) que costaba antes del inicio del conflicto.
La escasez de petróleo igualmente dificulta la distribución de alimentos, por lo que se está negociando la importación de este producto para uso humanitario.