Enlaces accesibilidad

El Gobierno anuncia que habrá debate sobre el estado de la nación el 20 y 21 de febrero

  • Lo ha anunciado Soraya Sáenz de Santamaría en el Senado
  • En verano se descartó porque no se había cumplido un año de legislatura
  • El Gobierno espera que sea fructífero y CiU vaticina que será "interesante"

Por

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha anunciado que el debate sobre el estado de la nación que no se celebró en verano tendrá lugar el 20 y 21 de febrero. Será el primer debate de este tipo al que se enfrente Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

Sáenz de Santamaría ha explicado en los pasillos del Senado que las fechas coinciden prácticamente con el primer año del PP en el Gobierno, y ha asegurado que las ha comunicado ya al presidente del Congreso, Jesús Posada.

El pasado mes de junio, el Gobierno descartó finalmente convocar el debate para ese mismo verano alegando que existe una norma no escrita por la que un presidente nunca se ha sometido a él en los doce meses siguientes al debate de investidura.

El último debate sobre el estado de la nación que se celebró en el Congreso tuvo lugar el 28 de junio de 2011 cuando aún era presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. Fue el sexto cara a cara de este tipo que mantuvieron Zapatero y Rajoy como líder de la oposición.

Un mes después, el 29 de julio Zapatero anunció en rueda de prensa el  adelanto electoral para el día 20 de noviembre de 2011, y no en marzo de  2012, fecha en la que finalizaría la legislatura.

Ahora será Mariano Rajoy el que se enfrentará al debate pero como presidente para dar cuenta de la gestión del Gobierno. En frente, como principal líder de la oposición tendrá enfrente a Alfredo Pérez Rubalcaba.

El Gobierno espera que sea "fructífero" y CiU vaticina que será "interesante"

La vicepresidenta ha confiado en que el debate sobre el estado de la nación sirva para tener un "debate fructífero" con la oposición. 

Sáenz de Santamaría ha confiado en que el debate sirva para demostrar a los ciudadanos que los diferentes partidos políticos son capaces de ponerse de acuerdo y hablar de las principales preocupaciones del país, en lugar de perder el tiempo en "politiquerías".

El secretario general del grupo popular en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro, ha considerado que el debate se va a producir en un momento "oportuno" y ha advertido de que en esta cita se "examinan todos" los grupos políticos, y no sólo el Gobierno.

Bermúdez ha considerado que las fechas del 20 y 21 de febrero son "apropiadas", porque tendrá lugar al inicio del periodo de sesiones, y es un "buen momento" para hacer balance de las medidas que ha hecho el Gobierno para afrontar la crisis.

Bermúdez cree que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, demostrará en su primer debate de la nación como jefe del Ejecutivo que su política de reformas era necesaria y ha sido "útil", como también ha sido "necesario" el "esfuerzo" que han tenido que hacer todos los ciudadanos.

El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, cree que el debate sobre el estado de la nación será "interesante" por las cuestiones a tratar, no sólo las económicas y políticas, sino también por todo lo que está pasando en Cataluña.

Los nacionalistas vascos han acogido con satisfacción que se vaya a  producir esta cita parlamentaria y han lamentado que no se haya  celebrado incluso antes.

IU quiere demostrar en el debate la política errónea del Gobierno

El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, confía en aprovechar el debate para demostrar al Gobierno que es posible "una política diferente" a la suya para superar la crisis sin castigar a los ciudadanos. 

Lara quiere demostrar en ese debate que la política del Gobierno "nos conduce directamente al desastre" y que se puede gestionar la crisis dando "esperanza" a los ciudadanos, aumentando los ingresos procedentes de la lucha contra el fraude fiscal y con una reforma progresiva de los impuestos. 

Si lo que intenta el Gobierno celebrando ahora el Debate es "tapar la situación" y desviar la atención de unos ministros calificados como "bono basura" por los ciudadanos, alertó, "no servirá de nada porque lo que cuentan son los hechos", los desempleados y el "desastre social" que aumenta en España.

Fuentes de UPyD también se han felicitado por la decisión del Gobierno de convocar el debate toda vez que el Ejecutivo se negó a celebrarlo el año pasado, a pesar de las importantes medidas económicas y sociales que había adoptado.

La portavoz del BNG, Olaia Fernández Davila, espera que la comparecencia de Rajoy en esta cita no se limite a un "trámite" o "formulismo" parlamentario y el presidente acepte debatir en profundidad las principales cuestiones que afectan al Estado, incluida su organización territorial.

La oposición criticó que no hubiera debate en verano

La decisión del Gobierno el pasado verano de no celebrar el debate provocó las críticas de los partidos de oposición, que lamentaron que Rajoy no acudiera a dar explicaciones en el Parlamento, precisamente en un año de recortes sociales y de profundas reformas.

De hecho, el PSOE e Izquierda Unida propusieron incluso una reforma del reglamento del Congreso para que el debate sobre el estado de la nación fuera obligatorio por ley.

La tradición de estos debates se inició con Felipe González en 1983 y, desde entonces, solo han dejado de celebrarse en siete ocasiones, al convocarse elecciones generales.

Sin embargo, hubo dos años, en 1989 y 2011, en los que a pesar de que se celebraron elecciones hubo también debate sobre el estado de la nación debido a que la convocatoria de comicios tuvo carácter anticipado.

El debate de 1989 se celebró en febrero, y como Felipe González decidió adelantar a octubre las elecciones, en diciembre de ese año el Congreso fue escenario de su debate de investidura.

Al año siguiente, en 1990, no hubo debate del estado de la nación, que se celebró dieciséis meses después de las elecciones que González había vuelto a ganar con mayoría absoluta.

En 2011, volvió a haber debate en junio, antes de que Zapatero convocara elecciones para el mes de noviembre siguiente que ganó el candidato del PP, Mariano Rajoy.