Mick Jagger inspira a los diseñadores de París
- Valentino propone ricos tejidos y un corte exquisito.
- Mugler y Raf Simons revisan los códigos futuristas
Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli firman una esplendida colección para Valentino. Los contrastes, tanto de texturas como de tonalidades, se repiten en la propuesta y aportan dinamismo a una idea parca en colores. Su meta es convertir la etiqueta en la preferida del hombre moderno, el que aprecia los tejidos y la confección y huye del convencionalismo.
El cine de Antonioni es el punto de partida y la base para mezclar otras culturas. De la británica absorbe códigos de la sastrería tradicional de Saville Row, de Escocia, Mick Jagger, del punk e incluso de la era sesentera de Mary Quant.
Azules y negros se mezclan en trajes y prendas de abrigo, algunas formadas por piezas de lana y otras de cuero negro. También vemos trajes de día en gris y blanco formando cuadros, que llevan las chaquetas con dos botones. Los cuadros, su motivo estrella, es el más repetido en la colección y lo utilizan además en capas con acento british.
Se apuesta por las superposiciones, una tendencia que insiste en permanecer, y llaman la atención las pieles de color y formas femeninos, que se combinan con pajaritas y bufandas de corte clásico.
Pasado, presente y futuro
Raf Simons llena de color el armario. Rosas, amarillos, rojos y verdes viajan del pasado para imponerse sobre negros, marino y camel. Todo el desfile huele a naftalina, quizá por el gusto por el estilo de los años 70 más casposo.
Abrigos y camisas se anudan al cuello con un simple y elegante lazo que contrasta con las tiras de tela que añade a las chaquetas a la altura del pecho, un detalle muy feo. Destaca el chaleco de punto estampado con pequeñas caras de perfil, quizá el estampado que el belga quiere patentar para la casa. ¡Esperábamos más!
Nicola Formichetti y Sebastien Teige, de Mugler, juegan a vestir a los malos de las películas de ciencia-ficción. Siluetas y motivos tipo uniforme espacial se alegran con fucsias y verdes en flúor o se llenan de remaches y hebillas que recuerdan a las de los chalecos de los soldados.
Proponen abrigos XXL en azul eléctrico, prendas de punto que se ciñen al cuerpo, sastres y camisas en granito que se llevan en total look y tejidos de nueva generación que admiten estampados geométricos; casi siempre triángulos invertidos, típicos de las series de televisión.
Una colección que huye de la calle y de la realidad monótona de las ciudades para batallar en escenarios y vestir a las estrellas de un videoclip.
El hombre de la mancha
La línea masculina de Lacroix sigue buscando su identidad. Su creativo, Sacha Walckhoff, llena de machas, rayas tipo tráfico y cuadros vichy una colección urbana, con prendas cómodas y trajes de cuatro botones.
Las parcas y las trencas estampadas se llevan el protagonismo junto con los abrigos de lana bicolor, en un desfile inconexo que no logra trasmitir la idea de la propuesta. ¡Si es que la tiene!