Imputan al chófer de una de las tres militantes kurdas asesinadas en París
- El sospechoso llevaba dos años en el PKK, según la fiscalía
- Al parecer, las grabaciones le sitúan en el lugar del crimen
El chófer de la militante kurda Sakine Cansiz, asesinada en París junto a otras dos dirigentes del PKK el 8 de enero, ha sido imputado por estos crímenes e ingresará en prisión provisional, según ha anunciado la fiscalía francesa.
Omer Guney, de 30 años, había acompañado a esta miembro fundadora del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) durante su estancia en la capital francesa y se encontraba en el lugar del crimen cuando ocurrió, según ha dicho este lunes el fiscal de París François Molins siempre según una nota de Efe.
Su imputación se produce ante las "contradicciones" aparecidas entre su declaración y las evidencias encontradas por la policía a partir de las imágenes de vídeo grabadas por diferentes cámaras de seguridad de la zona. El sospechoso es de nacionalidad turca y militante del PKK desde hace dos años, según ha precisado el fiscal.
Molins ha señalado que un segundo arrestado por este caso, de quien no ha dado más detalles, ha sido puesto en libertad ante la ausencia de pruebas. Aunque las fuentes no lo explicitan, eran los primeros detenidos por este caso.
Cansiz fue encontrada muerta con cuatro disparos en la noche del pasado día 8, junto a la representante en Francia del Congreso Nacional del Kurdistán, Didan Dogan, y la joven activista Leyla Soylemez, que dirigía el Centro de Información Kurdo en la capital francesa, recuerda la misma agencia.
Mantiene su inocencia
Según las pesquisas, los asesinatos tuvieron lugar ese día entre las 12.43 y las 13.21 hora local, hora determinada en función del momento en el que se utilizó por última vez el ordenador del centro y cuando dejaron de responder a las llamadas en sus teléfonos móviles. Guney afirmó en un primer momento que no se encontraba en el lugar de los hechos en ese lapso de tiempo, pero las grabaciones de las cámaras de seguridad indican lo contrario.
Además, en su coche se encontró una mochila que contenía restos de pólvora, lo que lleva a pensar que había portado un arma en esa bolsa o que había sido manipulada por alguien que había disparado recientemente. El fiscal agregó que el arma utilizada, del calibre 7.65, no ha sido hallada, pero que al presunto homicida, que asegura tener pocos medios económicos, se le encontraron 930 euros en su poder.
El sospechoso declaró que esas grabaciones habían sido manipuladas o falsificadas, según ha puntualizado el fiscal, quien ha añadido que el presunto homicida mantiene que es inocente de los crímenes que se le imputan.
El fiscal aseguró que, por el momento, "no se ha podido determinar ningún móvil del crimen" y que, pese a la imputación de Guney, "todas las pistas están abiertas".
En un principio las miradas se dirigieron a Turquía, enfrentada con el PKK durante décadas, pero Ankara también evocó la posibilidad de un ajuste de cuentas dentro del partido independentista en un momento de acercamiento al grupo, al que considera una organización terrorista.