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Bibi Netanyahu, el conquistador de Israel

  • Ha sido el primer ministro más joven de la historia del país
  • Y también el que lleva más años en el cargo, después de Ben Gurión
  • Hijo de un historiador sionista, ahora le toca a él escribir la Historia
  • Su círculo dice que su legado dependerá de su respuesta a la amenaza iraní

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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reza ante el Muro de las Lamentaciones.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reza ante el Muro de las Lamentaciones.

Militar de un comando de élite, combatiente de la guerra del Yom Kipur, abogado, embajador, y el primer ministro más joven de la historia de Israel. Benjamin Netanyahu, a sus 63 años, se ha convertido en uno de los líderes más derechistas e influyentes del país hebreo.

'Bibi', el apodo con el que le conocen sus amigos y enemigos, tiene fama de implacable, suspicaz y hábil negociador,  esta última una aptitud fundamental en un país en el que en los últimos 30 años ningún partido ha podido gobernar con menos de tres aliados.

Hijo del estado de Israel

Netanyahu, que nació en Tel Aviv en 1949, es el primer ministro parido por el estado de Israel. Se crió y educó en Jerusalén, pero cursó la educación superior en EE.UU., donde su padre trabajaba como profesor.

“Bibi es hijo de un historiador y si quieres entenderle, tienes que empezar por ahí”, apunta uno de sus más estrechos colaboradores a la agencia Reuters. A su padre le debe no solo la idea del ‘Gran Israel’, sino su extraordinario manejo del inglés, una de sus mejores herramientas políticas.

Sirvió como soldado y capitán las fuerzas especiales israelíes, la misma unidad para la que su carismático hermano Yonatan, considerado un héroe de guerra, luchó y murió en 1976 durante una operación de rescate en el aeropuerto ugandés de Entebbe.

En 1984, Netanyahu se convirtió en el embajador israelí ante la ONU y, cuatro años después, empezó su carrera como diputado de la Knesset. En 1993 ganó el liderazgo del Likud y tres años más tarde comenzó su primera legislatura como primer ministro.

Míster Economía

Con el ambicioso lema “Hacia una paz segura”, Bibi derrotó a Simon Peres en 1996, las primeras elecciones en las que los israelíes elegían a su primer ministro de forma directa. Fueron tres años de escasos ataques terroristas y diálogo con el líder palestino Yaser Arafat –con quién firmó el acuerdo de paz de Wye Rive– pero Netanyahu no vio su eslógan hecho realidad.

"Netanyahu sobrevivió más que prosperó" durante su primer mandato, señala la biografía de la BBC. La concesión del control del 80% de Hebrón a los palestinos terminó de dividir a su coalición y enervar las críticas del ala más derechista del partido, que le obligó a adelantar elecciones en 1999. Tras perder los comicios frente a Ehud Barak y con Ariel Sharon al frente del Likud, se retiró temporalmente de la política y se vio envuelto en un escándalo de corrupción.

En 2003, bajo las órdenes de Sharon aceptó el cargo de ministro de Finanzas y revolucionó la economía israelí con un plan agresivo de liberalización de los mercados y reforma del sistema bancario. Pese a ser reconocido como Míster Economía, su desacuerdo con el plan de desconexión de Gaza –una retirada unilateral de la franja por parte de Israel- le llevó a dimitir en 2005.

Legado incierto en política internacional

Tras liderar la oposición al Gobierno de Ehud Olmert, ahogado por la corrupción, Netanyahu logró el apoyo de los partidos de derecha y ultraortodoxos para superar a la formación vencedora de los comicios de 2009, Kadima, y se convirtió en primer ministro otra vez, más templado y con más experiencia.

Más que en primer ministro. "El rey de Israel", le bautizó la revista Time en una de sus portadas en mayo de 2012. "No tiene rival nacional. Su tasa de aprobación, aproximadamente del 50%, es la más alta de todos los tiempos. En un momento en que los líderes de todo el mundo están a la deriva, él aparece triunfante. Con su mayoría a prueba de balas, tiene la oportunidad de entregarse a ser la figura histórica que siempre ha anhelado ser", apuntaba el periodista Richard Stengel.

La liberación del soldado Gilat Shalit ha sido la gran luz de un mandato plagado de sombras en sus relaciones internacionales: el aislamiento de su Gobierno –motivado en buena parte por sus diferencias con la administración Obama y su política agresiva de construcción de asentamientos–; la operación Pilar Defensivo en Gaza; y la permanente amenaza nuclear iraní.

Miembros de su círculo más cercano han asegurado, según informa Reuters, que será su capacidad para contener a Irán y evitar que obtenga armas nucleares lo que decidirá, para bien o para mal, su legado, por encima de su gestión económica o su respuesta al conflicto árabe-israelí.

Para ese juicio todavía hay que esperar. Lo que sí ha conseguido hasta ahora es ser el jefe de Gobierno con más años en el cargo después de David Ben Gurion. Y si gana las próximas elecciones, como auguran los sondeos, podrá empezar a soñar con conquistar el récord del fundador de Israel.