Al menos 24 muertos en una cadena de ataques en Irak
- Entre los fallecidos hay funcionarios gubernamentales, policía y un jeque tribal
- Los ataques coinciden con una grave crisis política
Al menos 24 personas han muerto, entre ellas un jeque tribal, y unas cincuenta han resultado heridas este martes en varios atentados en Irak.
Según una fuente del Ministerio iraquí de Interior, un grupo de desconocidos asesinaron con armas automáticas a cuatro funcionarios gubernamentales y un policía, cuando estaban a bordo de un coche cerca de la ciudad de Biyi, 30 kilómetros al norte de Tikrit, capital de la provincia Salahedín.
Asimismo, otro grupo de desconocidos mató a tiros a Ahmed al Abasi, uno de los notables tribales de la ciudad de Samarra, al norte de Bagdad, y causaron heridas graves a su hermano en un ataque cometido en la localidad de Albu Jadu.
Además, la fuente señaló que un funcionario de la sanidad pública fue asesinado en un atentado similar en la zona de Al Tuz, 90 kilómetros al este de Tikrit, mientras circulaba con su vehículo particular.
Previamente, por la mañana, otra serie de ataques mató a 17 personas en el sur del país. Uno de ellos ha ocurrido en Mahmudiya, a 25 kilómetros al sur de Bagdad. Un suicida ha hecho estallar un coche bomba mantando a cinco personas frente a un puesto militar. Las fuerzas de seguridad se han desplazado al lugar del atentado y han cerrado todas las calles que conducen a la zona.
En la zona de Al Shula, en el norte de la capital, ha explotado otro coche bomba, esta vez aparcado en un concurrido mercado en un barrio chiíta. Otras cinco personas han muerto.
El atentado más mortífero ha tenido lugar en Taji, a 20 km de Bagdad, donde otro suicida ha estrellado su coche lleno de explosivos contra una base militar, matando al menos a siete personas.
Crisis política
Este pasado lunes, el autodenominado "Estado Islámico de Irak", un conglomerado de grupos terroristas vinculado a Al Qaeda, asumió la autoría de los ataques que ocurrieron la semana pasada en el país.
La organización explicó que los atentados, que causaron decenas de muertos y centenares de heridos, fueron en venganza por la detención de islamistas radicales en cárceles iraquíes.
Los atentados no han sido reivindicados, pero llevan la marca de los extremistas sunitas, que regularmente atacan a responsables políticos, a la comunidad chií y a las fuerzas de seguridad.
Estos ataques coinciden con una crisis política en el país, escenario de protestas en las provincias de mayoría suní que exigen la liberación de detenidos y la derogación de la ley antiterrorista, que los suníes creen que es empleada contra ellos.
Esta mañana, el principal bloque opositor, Al Iraqiya, de tendencia laica e integrado por líderes suníes y chiíes, ha anunciado su boicot a las sesiones del Gobierno de unidad nacional, encabezado por el primer ministro, el chií Nuri al Maliki.
Al Iraqiya, que cuenta con ocho ministros en el Ejecutivo, además de ocupar una de las vicepresidencias del Gobierno, ha justificado su decisión "por la política de marginación y la ausencia de respuesta a las peticiones de los manifestantes".