El Parlamento británico debate la reforma de la ley de sucesión a la corona del siglo XVIII
- Se acelera el debate ante el embarazo de la duquesa de Cambridge
- La ley actual discrimina a la mujer e impide acceder al trono a los católicos
La Cámara de los Comunes ha iniciado este martes el debate final de la ley de sucesión a la corona británica del siglo XVIII, que actualmente favorece al varón, a fin de permitir que el primer hijo que esperan los duques de Cambridge, niño o niña, sea heredero. También se prevé eliminar la discriminación a los católicos en el acceso al trono. Algunos conservadores han criticado la premura con la que se está haciendo la reforma.
El Gobierno de David Cameron anunció en octubre de 2011 la decisión de modificar la actual legislación, conocida como Act of Settlement, de 1701, por considerarla discriminatoria. Según esa ley, los hombres tienen prioridad frente a sus hermanas en la ley de sucesión al trono, incluso si no son primogénitos.
Esa ley también debe ser aprobada por los 16 países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwelth) de los que la reina Isabel II es jefa de Estado, pero estos ya han indicado su disposición a acelerar la aprobación de la legislación, según Efe.
Críticas 'tories'
El Gobierno británico ha dado prioridad a este proyecto después de que a finales del año pasado se anunciara el embarazo de la duquesa de Cambridge, esposa del príncipe Guillermo, que dará a luz el próximo mes de julio. El bebé será tercero en la línea sucesoria, después de su abuelo, el príncipe Carlos, y de su padre, el duque de Cambridge.
El debate no ha permanecido ajeno a las voces críticas que alertan de que el proyecto de ley se está tramitando demasiado rápido en la Cámara de los Comunes, con solo dos días para debatir. Por ejemplo, el diputado conservador Nicholas Soames, nieto del exprimer ministro británico Winston Churchill, ha lamentado la "intoxicante velocidad" con la que se lleva a cabo el trámite parlamentario del proyectom informa la misma agencia.
'Anacronismo'
La reforma deberá ser aprobada también en la cámara de los Lores y por la propia reina Isabel II. En la intervención más destacada en los Comunes, el viceprimer ministro, Nick Clegg, ha dicho que la ley actual es un "anacronismo" que "envía un mensaje equivocado al resto del mundo".
Al mismo tiempo que se elimna la discriminación por sexo, se busca suprimir de esa ley la obligatoriedad que tienen los miembros de la familia real de no casarse con una persona de religión católica, pues de lo contrario se ven obligados a renunciar a sus derechos en la línea de sucesión a la corona. La ley de 1701 también resulta discriminatoria para con los católicos, algo que será corregido ahora.
Reino Unido es, junto a España, uno de los pocos países de Europa con un jefe de Estado monárquico, una forma de gobierno en franco declive en el mundo.
La nueva legislación modificará, asimismo, la Ley de Matrimonios Reales de 1772, que establecía que los descendientes de Jorge II (1683-1760) debían contar con el consentimiento del monarca para que sus bodas fueran válidas. El proyecto propone que el monarca solo necesite dar consentimiento a los matrimonios de los seis primeros en la línea de sucesión. En caso contrario, las uniones serán válidas, pero los cónyuges perderán su derecho a heredar la corona.