Condenado a 18 años de prisión el policía jubilado que mató a su exmujer en Granada en 2011
- El hombre ha sido condenado por un delito de asesinato con alevosía
- Además deberá indemnizar a cada uno de sus dos hijos con 150.000 euros
- El policía jubilado confesó el asesinato de su exmujer hace casi dos años
La Audiencia de Granada ha condenado a 18 años de cárcel a un policía nacional jubilado por el asesinato en marzo de 2011 de su exmujer, con la que convivía en una vivienda de Granada capital pese a estar separados judicialmente, unos hechos por los que un jurado popular lo declaró culpable.
Así consta en una sentencia de la Sección Segunda, a la que ha tenido acceso Efe, que en su fallo recoge que el condenado por un delito de asesinato con alevosía -con la agravante de parentesco y la atenuante de confesión- deberá además indemnizar a cada uno de sus dos hijos con 150.000 euros por el daño moral causado.
La resolución, contra la que cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJA, declara como hechos probados y conforme al veredicto emitido por el jurado, que el procesado se encontraba judicialmente separado de su esposa, de 69 años, desde el año 2000, aunque en 2006 regresó al domicilio común.
El 21 de marzo de 2011, el hombre se levantó sobre las 08.00 horas y tras asearse, desayunar y sacar al perro, se dirigió al dormitorio donde la mujer se encontraba acostada boca abajo.
"Con ánimo de acabar con su vida", explica la sentencia, y con una hacha de cocina, la golpeó repetidas veces en la cabeza y, al comprobar que con ello no conseguía terminar con su vida, fue a la cocina y cogió una navaja.
Luego regresó al dormitorio donde yacía la mujer y se la clavó en el cuello y se aseguró de que la había matado.
Posteriormente, se lavó las manos, se cambió de ropa y se dirigió a un bar donde tenía constancia de que normalmente desayunaban miembros de las fuerzas de seguridad y confesó lo sucedido.
Al inicio del juicio, el policía jubilado se declaró responsable de los hechos y reiteró que se arrepentía de lo ocurrido, momento en el que también pidió perdón a sus dos hijos.