El enviado de la ONU a Siria admite "pocos resultados" aunque no es de los que "abandonan"
- Cuando sienta su trabajo inservible, no seguirá "ni un minuto más"
- Destaca que al menos las partes empiezan a hablar de solución política
- Pide al Consejo de Seguridad que deje sus diferencias y actúe ya
- Al menos 60.000 personas han muerto y casi 700.000 ha huido del país
"No soy de los que abandonan". Así de contundente se ha presentado el mediador internacional que lleva meses intentando frenar la cruenta guerra de Siria, Lajdar Brahimi, quien en medio de los rumores sobre una posible renuncia ha admitido que no puede presumir de haber logrado grandes resultados.
"Yo no quería este trabajo, no lo necesito, pero si lo estoy haciendo quizá es por un estúpido sentido del deber", ha afirmado el representante especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria tras comparecer a puerta cerrada ante los quince miembros del Consejo de Seguridad.
Brahimi, que recogió el verano pasado el testigo que había dejado otro veterano diplomático africano, el exsecretario general de la ONU Kofi Annan, ha asegurado ante la prensa que el momento en que sienta que su trabajo es "totalmente inservible", entonces no seguirá "ni un minuto más".
“Estoy haciendo este trabajo por un estúpido sentido del deber“
El mediador ha recordado que la otra alternativa posible para que su misión concluya es que así lo decidan la ONU y la Liga Árabe, aunque ambas organizaciones le han reiterado públicamente su apoyo en las últimas semanas. "Y los miembros del Consejo de Seguridad me han pedido generosamente que siga trabajado", ha añadido.
Brahimi ha admitido estar "avergonzado" por la falta de progresos, pero al mismo tiempo ha indicado que ahora el régimen de Bachar al Asad y la oposición se lo piensan dos veces antes de decir que van a ganar la guerra "la próxima semana", e incluso ha destacado que ambas partes han empezado a hablar de una posible solución política.
El Consejo de la ONU debe actuar
El diplomático ha vuelto a reiterar que el Consejo no puede seguir de brazos cruzados mientras los bandos "destrozan" Siria "poco a poco", recordando a la comunidad internacional que no le queda más remedio que seguir ocupándose de esta crisis y actuar "ya".
La "Declaración de Ginebra" acordada en junio pasado menciona en sus puntos principales un "órgano gubernamental con representación de todas las partes para facilitar la transición política en Siria", ante lo cual Brahimi ha pedido apartar "ambigüedades" y pedir un gobierno transitorio "con plenos poderes ejecutivos".
“Brahimi pide que la ONU deje las ambigüedades y pida un gobierno transitorio con plenos poderes ejecutivos“
El exministro de Exteriores argelino ha advertido que tanto el régimen de Al Asad como la oposición están "destrozando" Siria "poco a poco", unas palabras que sabe que "enfadan" a ambos bandos, pero insiste en que "objetivamente están destrozando el país", con el consiguiente riesgo de contagio a la región de Oriente Medio y al resto del mundo.
Coincidiendo con la comparecencia de Brahimi, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha vuelto a denunciar la "guerra brutal" del régimen sirio contra su pueblo y ha abogado nuevamente por una transición sin Al Asad que lleve a una solución "pacífica, incluyente y democrática".
Donaciones para las víctimas
Obama ha aprovechado también para llamar a la comunidad internacional a que contribuya con más donaciones para ayudar a las víctimas, un día antes de la celebración en Kuwait de una cumbre de donantes convocada por la ONU, que calcula en 1.500 millones de dólares su plan humanitario para los próximos seis meses.
La Casa Blanca anunció una partida adicional de 155 millones de dólares que se suman a los 365 millones de dólares que había comprometido anteriormente, mientras que la Comisión Europea aportará otros 100 millones de euros adicionales a los 100 millones ya desembolsados.
Mientras, sobre el terreno, continúan las atrocidades después de confirmarse la aparición de casi un centenar de cadáveres sin identificar en un río que atraviesa la ciudad de Alepo, el bastión de los rebeldes en el norte del país, según informaron distintos grupos opositores y de derechos humanos.
La mayoría de los cuerpos presentaban señales de tortura y las manos atadas, según la Comisión General de la Revolución Siria, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó la presencia de al menos 65 cadáveres de edad comprendidas entre los veinte y los treinta años, los cuales tenían disparos en la cabeza.
Al menos 60.000 personas han perdido la vida en el conflicto sirio desde que estalló en marzo de 2011 hasta noviembre de 2012 y unos 612.000 sirios han huido de su país con destino a Jordania, Líbano, Turquía e Irak, principalmente, según los últimos datos de la ONU.