México no descarta ninguna hipótesis sobre la explosión en Pemex
- El fiscal general de México asegura que "encontrarán la verdad de los hechos"
- Los peritos han comenzado a rescatar pruebas en el lugar del accidente
- Peña Nieto ha decretado tres días de luto nacional por el siniestro
Las autoridades de México no han descartado ninguna hipótesis sobre la explosión en la sede central de Petróleos Mexicanos (Pemex) que causó al menos 33 muertos y 121 heridos, y ha dejado abierta hasta la posibilidad de un atentado.
"El Gobierno está determinado a encontrar la verdad de los hechos, sea cual sea. Si se trata de un accidente, si se trata de una imprudencia, si se trata de un atentado, sea lo que sea", ha afirmado el fiscal general de México, Jesús Murillo Karam.
El fiscal, que ha sido cauto y ha pedido tiempo para sacar conclusiones del peritaje, ha ofrecido transparencia para "no dejar nada a la imaginación".
"Estamos trabajando sobre todas las posibilidades, no vamos a desechar ninguna", ha insistido Murillo en rueda de prensa.
El titular de la Procuraduría General de la República (PGR) llamó la atención sobre algo que también ha sorprendido a las autoridades sanitarias: no hay rastros de fuego, no hay heridos por quemaduras y hasta los papeles de la zona dañada aparecieron sin daños.
"Fuego no hay, pero esto no nos lleva a decir definitivamente que sucedió por una causa o por otra".
La cadena de televisión Milenio ha apuntado la posibilidad de que la tragedia la haya ocasionado un viejo depósito de gas halón, para extinguir incendios, que estaba en desuso desde hace varios años y que no había recibido la atención adecuada.
Pero Murillo dijo que, en principio, tal acumulación de gas no existía, aunque, en la misma línea de dejar abiertas todas las posibilidades, también indicó que no podía aceptar ni rechazar esa eventualidad.
"No vamos a desechar ninguna hipótesis, y vamos a procurar que esta investigación se dé de la forma más transparente".
Los peritos recogen pruebas
La explosión sacudió el corazón de la empresa más importante del país, que genera el 40 por ciento de los ingresos del fisco, al que aporta el 70 por ciento de sus ventas, y que emplea a unas 150.000 personas.
Mientras siguen las labores en el complejo corporativo de Pemex, en el barrio capitalino de Anzures, los peritos comenzaron las labores para rescatar pruebas que indiquen qué causó la fuerte explosión que destruyó parcialmente uno de los edificios. En las tareas participan expertos nacionales y extranjeros, civiles y militares, que realizan sus actividades mientras equipos de rescate intentan llegar a los lugares más recónditos, que tuvieron que ser apuntalados para reforzar su estructura.
El director general de Pemex, Emilio Lozoya, ha afirmado que todo apunta a que la explosión se debió a un accidente de naturaleza aún desconocida, aunque también dijo que "todas las líneas de investigación están abiertas".
El siniestro, uno de los más graves en la historia de Pemex, creada en 1938 poco después de la nacionalización de los recursos petroleros, ha conmocionado al país, que ya sufre desde hace varios años una ola de inseguridad por las acciones del narcotráfico que cada año causa miles de muertos.
Se trata de la tragedia más grave a la que se enfrenta el presidente Enrique Peña Nieto, que asumió el poder el pasado 1 de diciembre y que se ha comprometido a una "transformación" de México que implica, entre otras cosas, una reforma de Pemex.
Peña Nieto ha anunciado que México estará en duelo nacional durante tres días. "México está en luto y está en duelo", afirmó el gobernante en una reunión con empresarios, poco después de visitar a víctimas de la tragedia de Pemex.
El Parlamento mexicano, que ha comenzado su período legislativo, abrió sus sesiones con un minuto de silencio en homenaje a las víctimas, a la vez que se hicieron llamamientos para el "pronto" esclarecimiento de los hechos. Respecto a las victimas, no se descarta que, mientras continúan las labores en el edificio destruido, pueda haber alguna más. "No vamos a parar de buscar".