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Una multa de tráfico frena la carrera política del exministro de Energía y 'delfín' de Nick Clegg

  • Huhne se enfrenta a pena de cárcel por mentir hace 10 años
  • Atribuyó un exceso de velocidad a su mujer para no perder los puntos del carné
  • Dimitió como ministro y ahora anuncia que también deja su escaño de diputado

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El exministro de Energía, Chris Huhne, abandona los juzgados de Southwark tras declararse culpable, junto a su pareja, Carina Trimingham.
El exministro de Energía, Chris Huhne, abandona los juzgados de Southwark tras declararse culpable, junto a su pareja, Carina Trimingham.

Cometió una infracción por exceso de velocidad. Le pidió a su entonces esposa que asumiera la pérdida de puntos en el carné de conducir. El fraude salió a la luz y acabó con su carrera como ministro. Hoy, diez años después, el extitular británico de Energía, Chris Huhne, ha anunciado que también dimitirá de su escaño tras declararse "culpable" ante un tribunal de Londres de intentar ocultar una infracción de tráfico, algo que hasta ahora siempre había negado.

Huhne, del Partido Liberal Demócrata y el considerado 'delfín' de Nick Clegg, ya había renunciado a su puesto en el Gobierno de coalición el 3 de febrero de 2012 cuando la Fiscalía decidió procesarle por esa infracción de tráfico cometida en 2003, que achacó a su mujer.

Al término de la audiencia de este lunes ante el tribunal de Southwark, el político ha anunciado en una breve declaración ante los medios de comunicación que abandonará su escaño parlamentario por la circunscripción de la localidad inglesa de Eastleigh, en el condado de Hampshire, al sur del país.

"Habiendo asumido la responsabilidad por algo que ocurrió diez años atrás, la única medida apropiada que puedo adoptar ahora es dimitir de mi escaño por Eastleigh en el Parlamento, algo que haré en breve", ha comunicado Huhne, sin dar más detalles.

Culpable de "alterar el curso de la Justicia"

El incidente en el que Huhne y la que entonces fuera su esposa, Vicky Pryce, están implicados ocurrió el 12 de mazo de 2003 cuando el coche del exministro fue sorprendido por un radar mientras viajaba desde el aeropuerto londinense de Stansted a su casa en el barrio de Clapham, al sur de Londres.

Huhne, de 57 años, pidió supuestamente a su mujer, economista, que aceptase por él la pérdida de puntos en el carné de conducir que le ocasionaría esa sanción para evitar que le fuera retirado.

"Soy inocente de estos cargos y tengo la intención de luchar contra ellos", había mantenido hasta ahora, cuando en la audiencia celebrada en el tribunal de Southwark, al sur de la capital británica, el extitular de Energía se ha declarado "culpable" mientras que Pryce, también acusada del mismo cargo, lo rechazaba.

El director de la Fiscalía, Keir Starmer, consideró en febrero de 2012 que había "suficientes pruebas" para presentar cargos contra Huhne y Pryce por intentar "alterar el curso de la Justicia" en 2003 tras una investigación policial que duró ocho meses. Ese mismo día, Huhne presentó su dimisión al frente de la cartera de Energía para concentrarse en el proceso judicial.

Adiós a sus aspiraciones a suceder a Nick Clegg

Hasta que el juez dicte su sentencia, algo que hará en una fecha aún por determinar, Huhne permanecerá en libertad condicional, según ha dispuesto este lunes el magistrado.

Pese a que los hechos se remontan a hace una década, el incidente salió a la luz en 2011 después de que el exministro admitiese que tenía una relación extramatrimonial con Carina Trimingham, especializada en relaciones públicas y que esta mañana estaba entre el público durante la vista, y pusiera fin a su matrimonio tras 26 años.

Pisar el acelerador e inculpar a su mujer no solo ha puesto fin a su carrera como ministro sino también a sus aspiraciones a liderar el Partido Liberal Demócrata.

El viceprimer ministro Clegg, quien venció a Huhne en las primarias de 2007, había dicho del exministro de Energía que una "gran bestia" como él debía volver consejo de ministros si era absuelto. Ahora, tras reconocer su culpabilidad, se enfrenta a una pena de cárcel que parece enterrar su regreso a la política.