Adicciones, cuidadores y manipuladores
- El cine francés copa las nominaciones con tres títulos
- Intocable, En la casa, Shame y Dé óxido y hueso, candidatas
Me proponen que escriba sobre la mejor película europea del año, sin ninguna directriz, así que voy a intentar ponerme en la piel de un académico, digamos medio. No estoy describiendo un perfil concreto, definido, pero sí tengo la intuición de que el tiempo invertido por la mayoría de ellos para votar en esta categoría no rebasará los tres minutos de reflexión. Y eso que es una elección compleja. Curiosamente, esa decisión tan rápida lleva a conocer muchos secretos de la personalidad del votante. Así que vamos a poner aquí cuatro fotografías de las películas para que elijáis la vuestra, tenéis cinco minutos, dos más de los que probablemente invertiría el académico medio. Debajo de las fotografías se encuentran las conclusiones de vuestra elección. Si necesitáis un terapeuta no dudéis en poneros en contacto con Mumford.
Shame
A los que eligieron Shame les encanta el descenso a los infiernos. Nadar en el lado oscuro. Como dice la hermana del protagonista en la película: “No somos malas personas simplemente venimos de un mal lugar”. La pulsión que gobierna a muchos durante largos años de sus vidas es la adicción a la que se enfrenta el protagonista de Shame, el sexo. Son incapaces de desconectar de la insatisfacción que puede generar la existencia, y sólo a través de un orgasmo consiguen alejarse de esa desazón. Un alivio momentáneo que conduce rápidamente a la búsqueda de otra desconexión, y de otra, y de otra más, hasta caer en una obsesión adictiva que irremediablemente lleva a la autodestrucción. Impecablemente filmada, cae en cierto exceso de esteticismo: en el cine hay infiernos de ricos y de pobres. Tremendas las interpretaciones.
De óxido y hueso
Fascinante el planteamiento: una domadora de orcas mutilada es la única persona que puede intentar que crezca el amor en un ser humano con comportamientos de animal. Y, por otro lado, el animal humano es el único que es capaz de ver a la domadora como una mujer, no ve sus amputaciones ni siente lástima por ella. Una película perfecta para domadores y domados. Jacques Audiard es uno de los mejores directores europeos actuales. El autor de Un profeta tiene una notable capacidad para que suframos un auténtico tránsito emocional en sus películas. De óxido y hueso no es el mejor de sus títulos, adolece de ciertas carencias de guión pero éstas no ensombrecen el conjunto del relato que deja un poso que perdura en la memoria del espectador largo tiempo después de ver la película.
Intocable
La buena educación no tiene nada que ver con la capacidad de empatía y de diversión. De ahí debe de venir aquello de que una niña bien se pase la vida buscando un saxofonista sin un euro, bohemio hasta la médula, que le sirva de guía por mundos en los que nunca ha transitado. De igual manera un tetrapléjico busca alguien que le mire sin compasión, que sea capaz de gastar bromas sobre sus desgracias y que le cuide sin atosigarle. Todo lo contrario a lo que supuestamente sería lo correcto. Una pareja perfecta, quizás demasiado perfecta la que se nos presenta en este título, a la vista de la belleza y capacidad de seducción del chico de barrio, excesivamente irreal y cinematográfico, que se asemeja más a un auténtico seductor, muy alejado del protagonista de la historia real que aparece al final de la película. Le sobra ficción y le falta realidad a un título con el que nos reímos, y mucho, y al que se le ven por todas partes las costuras, aunque esto no importe demasiado. Ideal para aquellos que ven la chispa de la vida en todas partes, amantes de la exposición muy ligera del sufrimiento y de las emociones fáciles.
En la casa
Una película tan racional como literaria que apasiona a todos aquellos motivados por los artefactos del proceso creativo, por ficciones que van tejiendo realidades y realidades que construyen ficciones. El hecho de que un adolescente nos manipule no nos suena extraño: todo lo contrario, es lo que hacen continuamente, es su oficio. Lo que ocurre es que habitualmente no son tan inteligentes como el protagonista de esta película: tan brillante como necesitado de afecto y de un hogar, se las arreglará para destruir todo lo que le rodea para satisfacer sus necesidades. Cargadísima de un inteligentísimo sentido del humor y de un profundo mensaje sobre la sociedad en la que vivimos, es la película idónea para aficionados al guión, a escribir o simplemente a buscarle los tres pies al gato.
No soy académico aunque a veces quiera jugar a serlo. Hasta el punto de atreverme a decir que En la casa sería mi elección. No os preocupéis: he llamado a Mumford y ya me ha dado cita.