El estilo de Maribel Verdú
- La actriz suele apostar por firmas internacionales
- Su cambio de imagen en 2011 fue de lo más comentado
Es la séptima vez que la nominan y su nombre vuelve a sonar con fuerza. El papel de la mala en Blancanieves puede reportarle su segundo Goya. Su presencia en la alfombra roja es de las que más expectación está creando y todo desde 2011. Ese año se llevó todo el protagonismo con un estupendo cambio de look que rompía del todo con la imagen a la que nos tenía acontumbrados.
La Verdú se calzó un modelo asimétrico de Dsquared en color negro, un diseño que dejaba un brazo al descubierto y con una falda de gran abertura. El pelo suelto y las oscuras sombras de ojos completaban un outfit que combinaba el nuevo gótico con el glamour del dorado Hollywood. ¡Era la nueva Hilda!
Pero la actriz no siempre gana cuando apuesta fuerte. Ese año dejó atrás un estilo un tanto “señora”, acentuado por los vestidos de aire barroco y los peinados con recogido.
En 2005 destacó con un vestido rosa con estampados de Louis Vuitton. Un diseño a lo Gina Lollobrigida con el que no estuvo acertada. Quizá las críticas le hicieron replantearse la siguiente elección y en 2006 pisó segura con un modelo imperio de línea evasé de Chanel, con amplia y los hombros al descubierto.
El gusto por las grandes firmas
El gusto por los colores maquillaje siguió, y sigue, presente en las alfombras rojas y un año después repitió estilo, aunque la línea era diferente. En 2007 volvió a estar nominada. Era la favorita por El Laberinto del Fauno y escogió un diseño de Dior, un vestido de corte romano con finos tirantes y generoso escote imperio.
De nuevo volvió a cosechar halagos pero no ocurrió lo mismo en 2008, nominada por Siete Mesas de Billar Francés. Verdú desfiló por la alfombra verde con un vestido de Alberta Ferreti. Un diseño asimétrico en gris metalizado con adorno barroco en el escote y en el cuerpo. El modelo era recargado y no le sentaba bien pero a todos no dio igual. Ese día, por fin, escuchó su nombre y subió las escaleras para besar, con ganas, al deseado cabezón.
Otro cambio, otro acierto
En 2009, nominada por Los Girasoles Ciegos, sabía que no se lo llevaría y decidió apostar por un cambió de registro, divertirse y rejuvenecer su aspecto. Se puso un minivestido en color amarillo intenso de Dior. Un diseño de capas de tul plisado que llevaba bordados en el cuello a juego con el cinturón- lazo. Una buena elección con la que inició una subida en las listas de la elegancia.
En 2010 se vistió de negro y se envolvió de glamour. Optaba al premio por Tetro y llevó un elegantísimo Nina Ricci, con volantes en gasa de seda y tul en el cuello y en el bajo del vestido que terminaba en cola. Una elección casi perfecta si no llega a ser por el bolso que era demasiado grande y en un tono equivocado.
En 2013 vuelve, y de nuevo su nombre suena fuerte. Ella está acostumbrada porque es una de las grandes y sus trabajos casi siempre tienen el reconocimiento de la academia. Sus outfits también suelen recibir el aplauso del público.