Las previsiones electorales en Italia anuncian mayor inestabilidad política
- Los sondeos arrojan una paridad entre Berlusconi y Bersani
- Es improbable un acuerdo para la reforma electoral
- El festival de San Remo restará audiencia a Berlusconi
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Los dos meses de campaña electoral que se llevan en Italia han servido para colocar al país donde estaba: en la mayor de las incertidumbres y con proyección hacia la inestabilidad.
El irremediable ascenso al Olimpo del ex primer ministro Silvio Berlusconi desde que en diciembre dejara de apoyar a Mario Monti, no conduce al cielo sino a la confusión. Y es que, en este tiempo Il Cavalliere ha remontado hasta colocarse a rebufo de la opción mayoritaria que sigue siendo el centro izquierda. Casi una paridad de fuerzas que convertirían, una vez más en su historia, a Italia en un país ingobernable.
A estas alturas de campaña cada vez son más quienes se apuntan a que la próxima será una legislatura breve. Con los números en la mano, el gobierno que salga del 25 de febrero parecería condenado al corredor de la muerte.
Algunos señalan que el nuevo ejecutivo debiera modificar la ley electoral para volver, después, a las urnas. Pero ésta es una quimera por la que han pasado tres ejecutivos. Ni Prodi, ni Berlusconi, ni Monti han conseguido que la jaula de grillos cante una misma melodía para la modificación de las normas de elección.
Hablando de Grillo, la que empezará será una legislatura de aún más show con la irrupción del Movimiento 5 estrellas. Los antisistema se pueden convertir en la tercera fuerza política. El discurso de Beppe Grillo gana adeptos entre los descontentos que son muchos.
Y la semana que viene se celebra el festival de San Remo. Esto ha molestado mucho a Berlusconi porque es “el festival de los rojos”, según dice, y porque sus intervenciones en televisión serán condenadas a audiencias residuales ante el gran acontecimiento anual de Italia.