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La NASA lanza el satélite Landsat-8, que mejorará la gestión de los recursos de la Tierra

  • El satélite orbita continuamente alrededor de la Tierra haciendo imágenes
  • Permite observar bosques, glaciares y zonas agrícolas y ver los cambios
  • Un grupo de investigación de la UAB aplica las imágenes en diversos proyectos
  • El lanzamiento se ha retransmitido en Twitter: NASA_LSP y MiraMon_CAT

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Landsat situado sobre un soporte horizontal.
Landsat situado sobre un soporte horizontal.

La NASA ha lanzado este lunes a las 1.02 hora local (19.02 hora peninsular) el satélite Landsat-8 desde la base de las fuerzas aéreas Vandenberg en California, que permitirá recoger imágenes del planeta Tierra constantemente, observar bosques, glaciares o zonas agrícolas. Con sus resultados contribuye a mejorar la gestión de la energía, el agua, la salud o el medio ambiente, entre otros.

Esta misión, en la que también colabora el servicio geológico de los EE.UU. (USGS), ofrecerá "datos cruciales e imparciales sobre los recursos naturales", según ha explicado el director asociado para el Clima y Cambio de uso de la tierra de la USGS, Matthew Larsen, quien ha destacado que Landsat permitirá supervisar el estado de los bosques casi en tiempo real o que servirá para gestionar la asignación de agua para el riego.

Los satélites Landsat, en órbita desde 1972, han permitido avanzar en la ciencia terrestre. Dan la vuelta al planeta en 99 minutos y transmiten imágenes que muestran detalles como por ejemplo el tamaño de un campo de béisbol.

El USGS ofrece de forma gratuita y libre esos datos a la comunidad investigadora mundial para entender mejor los cambios que se producen en el planeta.

Gracias a estas imágenes, se pueden vigilar cultivosevaluar daños causados por desastres naturales como incendios o inundaciones y hacer un seguimiento de las líneas costerasglaciares y otras áreas afectadas por el calentamiento global. El satélite enlazará los datos (unas 400 imágenes por día) con tres estaciones terrestres situadas en Gilmore Creek (Alaska), Svalbard (Noruega) y Sioux Falls (Dakota).

“El Landsat-8 puede describir el impacto humano sobre la Tierra y el impacto de la Tierra en la humanidad, que es vital para el alojamiento de 7 millones de personas en nuestro planeta", ha comentado el director del proyecto, Ken Schwer, informa Reuters.

Mejoras del Landsat-8

El Landsat tiene un amplio alcance espectral de captación -bandas en el visible, infrarrojos de ola corta, cercano y térmico-, que continuarán en este octavo satélite. Además, incorporará mejoras que harán que las observaciones sean más precisas.

Según información facilitada por la UAB, algunas de las mejoras serán la captación de más bandas de datos en el espectro solar, con dos bandas más para detectar nubes tipo cirros y una para la observación del litoral. También una nueva banda de datos en el espectro térmico -infrarrojo de onda larga-, que permitirá aplicar nuevas técnicas para obtener información de temperatura, evapotranspiración y estado hídrico de los vegetales, etc.

Seguimiento desde Barcelona

El Grupo de Investigación en Métodos y Aplicaciones en Teledetección y Sistemas de Información Geográfica (GRUMETS), formado por miembros de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y del CREAF  incorporarán los datos de Landsat-8 al servidor público de imágenes de satélite de Cataluña, SatCat, desde donde se pueden consultar sus metadatos con detalles técnicos de todo tipo, visualizar hasta su máximo nivel de detalle, descargarlas para usos científicos y profesionales.

GRUMETS ha participado en numerosos proyectos aplicados con las imágenes de Landsat, como el primer Atlas Climático Digital de la Península Ibérica, cartografía y estudios de series de incendios forestales en Cataluña, etc.

Uno de los proyectos más destacados ha sido el de la gestión del agua en Cataluña con teledetección, que mereció el Premio de Medio ambiente 2007. Recientemente el grupo ha iniciado un proyecto de investigación, DinaCliVe, en el que a través de las imágenes de teledetección estudiará el papel del cambio climático en la transformación de los usos del suelo en la Península Ibérica a escala de detalle durante 50 años, a la vez que intentará hacer proyecciones hasta el año 2025.