Antidepresivos y ansiolíticos para afrontar la vida cotidiana. ¿Solución o problema?
- Aumenta el consumo de fármacos para controlar la ansiedad
- El 29% de los españoles recurrieron a ellos en el último año
- Expertos alertan de la excesiva "medicalización" de la sociedad
- Se muestran preocupados por la desinformación sobre los riesgos
Pastillas para dormir, pastillas para superar una ruptura sentimental, pastillas para controlar la ansiedad ante el paro, pastillas para controlar la incertidumbre ante el futuro...Son muy diversos los motivos por los que se acude a los antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos pero lo cierto es que cada vez se consumen más en España.
La última encuesta sobre alcohol y drogas del Ministerio de Sanidad pone de manifiesto que el número de personas que toman este tipo de fármacos ha pasado del 5,1% en 2005 al 11,4% en 2011. Otro estudio de la OCU señala que el 29% de los españoles ha tomado medicamentos en el último año para tratar la ansiedad.
Mari Paz, de 42 años, ha tenido que acudir a los antidepresivos para superar una crisis con su pareja. Sara está de baja por un problema en la espalda y teme perder su empleo, con 35 años. Necesita pastillas para dormir, igual que Asunción, de 73 años, quien perdió a su marido hace cuatro años y aún no supera su ausencia. Todas ellas comparten los mismos síntomas: insomnio, ansiedad, tristeza y desasosiego.
El perfil del usuario habitual de estos medicamentos es el de una mujer mayor de 34 años, con un nivel de estudios medio-bajo y que se encuentra en una situación económica difícil o de desempleo.
Expertos alertan de la "psquiatrización" de la vida cotidiana
Estos fármacos se usan para hacer frente a problemas de adaptación a distintas situaciones en la vida pero el aumento en su consumo ha alertado a los psicólogos y psiquiátras. La crisis económica y el paro no ha hecho más que aumentar el estrés, la depresión y la ansiedad.
El psicólogo Ricardo Ros, autor del libro 'Stop a la ansiedad' denuncia el uso abusivo de estas pastillas. Explica a RTVE.es que el consumo masivo se debe, a su juicio, a que en la sanidad pública es más fácil "recetar el pastillazo" que ofrecer un tratamiento psicológico o psiquiátrico adecuado.
En casi el 60% de los casos es el médico de familia quien receta los antidepresivos, según el estudio de la OCU. Se reducen al 30% los casos en los que el paciente toma fármacos prescritos por un especialista.
"En España hay 4 psicólogos y 6 psiquiátras en la sanidad pública por cada 100.000 habitantes; la media europea es de 18 psicólogos y 11 psiquiátras", ha asegurado Ros, para quien la industria farmaceútica, además, "se encarga de convertir cualquier mínimo problema en trastorno mental".
"El año pasado hubo un gasto de 1.000 millones de euros en estos fármacos. ¿Cuántos profesionales pueden contratarse con ese presupuesto?, se pregunta este psicólogo.
"Vivimos en una sociedad muy medicalizada"
De la misma opinión es Vicente Prieto, vocal de la Junta del Colegio de Psicólogos de Madrid, quien alerta de que "vivimos en una sociedad muy medicalizada". También aboga por una mayor atención psicológica y por no acudir a los fármacos en todos los casos.
"Cuando una persona acude a su médico con ansiedad por un problema con su jefe, porque teme un ERE o por la pérdida de un ser querido, este profesional no está capacitado para una intervención psicológica", ha explicado Prieto a RTVE.es.
Considera necesaria la presencia de psicólogos en los centros de salud de atención primaria porque la solución "nunca está en los fármacos".
Vicente Gasull, médico de familia en Valencia, reconoce que estos profesionales no tienen preparación psicoterapútica para atender a los pacientes "que insisten en que se les recete fármacos para solucionar problemas de la vida cotidiana que se deberían enfrentar de otra manera".
En el centro donde trabaja hay 2 psicólogos para una población de 90.000 pacientes. "Esto es una barbaridad. No hay tiempo para atender adecuadamente a la persona que llega a consulta con un problema , que además busca el alivio momentáneo", ha explicado a RTVE.es.
"No hay psicólogos pero la persona que acude a la consulta con un problema también prefiere tomar una pastilla antes que afrontar el problema", ha añadido.
Falta de información y riesgos desconocidos
Uno de los problemas que más preocupa a los especialistas es que 6 de cada 10 pacientes dicen no haber sido informados del riesgo de tomar estos fármacos y de los posibles efectos adversos.
Los antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos no solucionan el problema de raiz, aseguran los especialistas. "Eliminan los síntomas: la ansiedad, el insomnio, el nerviosismo, el malestar...pero el problema sigue estando ahí", ha afirmado a RTVE.es Ricardo Ros.
Mari Paz lleva ya mes y medio tomando antidepresivos y ansiolíticos. Gracias al tratamiento puede dormir y calmar los nervios tras sufrir una ruptura de pareja que le hizo volver a casa de sus padres, sumada a otros problemas familiares. "Fui a mi médico de cabecera con un fuerte ataque de ansiedad y me recetó pastillas", ha explicado a RTVE.es.
Los profesionales dicen que en muchos casos los médicos de familia no alertan de los efectos secundarios de las pastillas, además de la dependencia y tolerancia que generan si su ingesta se prolonga más de ocho meses. Somnolencia diurna y pérdida de memoria son algunos de los efectos que más se repiten al tomar estos fármacos.
"En muchos casos el problema luego es la ingesta de fármacos en sí, más allá del problema que lo haya originado porque esa persona se tiene que someter a un proceso de deshabituación o desintoxicación", ha asegurado Vicente Prieto a RTVE.es.
Al dejar de tomarlos surgen problemas como nuevas dificultades para dormir, más ansiedad e irritabilidad. Según el estudio de la OCU, el 38% de los que dejaron el tratamiento tuvo problemas para dormir y el 37% aumentó su ansiedad.
No se hace énfasis tampoco en las actividades y prácticas no recomendadas durante el tratamiento como no beber café, no tomar alcohol o no conducir.
"Crea adicción. Te metes en la cama pensando solo en la pastilla"
Sara García lleva varios meses en casa sin trabajar por fuertes dolores en la espalda. Los ansiolíticos y antidepresivos le han ayudado a superar su dificil situación pero tiene miedo a la dependencia, sobre todo a no volver a conciliar el sueño con normalidad.
Cuenta a RTVE.es que es la segunda vez en su vida que tiene que acudir a las pastillas para descansar: "Estos fármacos crean adicción. Te metes en la cama y solo piensas en tomarte la pastilla. Me costó mucho dejarlas la primera vez y ahora creo que no podría volver a dormir sin ellas. Sí, asusta mucho la idea".
Un tercio de los encuestados por la OCU reconoce que si no tiene su medicación a mano siente nerviosismo. El 23% de los consumidores se ajustan a un perfil dependiente, un riesgo que aumenta a un 32% en aquellos que toman estos fármacos más de un año.
Buscar alternativas para alejarse de los fármacos
Los psicólocos recomiendan evitar en la medida de lo posible la solución de los problemas a través de los fármacos.
Aconsejan que cada persona trate de adquirir las herramientas que le ayuden a hacer frente a la situación que provocó la ansiedad, la tristeza o el estrés.
La OCU aconseja cambiar el estilo de vida para dormir mejor. Hacer más ejercicio, comer de forma más saludable y hablar de la situación problemática con alguien puede ayudar.
También es importante relativizar y afrontar las adversidades de otra manera más alejada del dramatismo. Cuando sea necesario el uso de los fármacos es imprescindible preguntar los efectos adversos y tener claro que a veces la solución se puede convertir en problema.