Dimite el Gobierno búlgaro tras una oleada de protestas por el encarecimiento de la luz
- El conservador Boiko Borisov tira la toalla tras diez días de manifestaciones
- La población más pobre de la UE sufre para pagar la factura eléctrica
El Gobierno de Bulgaria, encabezado por Boiko Borisov, ha presentado su dimisión en pleno tras la oleada de protestas por el encarecimiento de la factura de la luz llevada a cabo por las empresas concesionarias en el país más pobre de la UE.
"A partir de hoy el Gobierno no tiene nada que hacer. Cada gotita de sangre para nosotros es una mancha. No puedo ver un Parlamento rodeado por tapias", ha dicho el primer ministro este miércoles por la mañana en la Asamblea Nacional en alusión a los heridos en las manifestaciones.
El martes se sucedieron por décimo día consecutivo protestas en las principales ciudades del país que pedían la dimisión del Ejecutivo, y como el lunes hubo enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes. Según Efe, 25 personas fueron detenidas y 15 resultaron heridas en en la capital Sofía. El punto culminante había tenido lugar el domingo, con la participación de cerca de 100.000 personas en 35 ciudades, siempre según la agencia.
En Bulgaria, con un salario medio que ronda los 350 euros, el mínimo en 155 euros y las pensiones en 75 euros. Las tarifas eléctricas aumentaron a principios de año un 13% en un contexto de crisis económica y aumento del desempleo.
El lunes, el populista jefe de Gobierno había forzado la dimisión del ministro de Finanzas, Simeon Dyankov y en las últimas horas había prometido que bajaría el precio de la electricidad un 8%. También anunció multas a las distribuidoras de electricidad (la austríaca EVN y las checas CEZ y Energo-Pro) y la retirada de la licencia a una de ellas (CEZ), un procedimiento que ya se ha puesto en marcha por el regulador eléctrico búlgaro.
Sin apenas déficit, pero con recortes
"Ayer (martes) hicimos lo máximo que podíamos hacer para responder a las exigencias de los manifestantes", ha dicho Borisov este miércoles por sororesa al anunciar su dimisión, que se ha formalizado a mediodía. Los manifestantes pedían también la renacionalización de las empresas, privatizadas hace pocos años, algo a lo que se negó de plano el primer ministro.
"Esas manifestaciones se iniciaron contra los altos precios de la electricidad, pero las raíces del descontento son aún más profundas", dijo durante la crisis el presidente búlgaro, el también conservador Rosen Plevneliev, que hace apenas dos meses se mostraba orgulloso de las cifras macroeconómicas --un déficit menor al 2 % y una deuda del 16% del producto interior bruto (PIB)-- logradas con una estrategia de ahorro impuesta por la UE en los últimos cuatro años, que ha reducido el poder adquisitivo de la población.
Borisov había dicho ya estos últimos días que no descartaba dimitir con estas palabras: "Mi mandato acaba dentro de cuatro meses y no importa si voy a gobernar en ese período o no. A mí me importa que en los últimos años mi Gobierno garantizó una estabilidad financiera y evitó escenarios como los de Grecia o España".
Ahora, además de dimitir, ha aconsejado a los 117 diputados de su partido (sobre un total de 240), GERB, que también abandonen sus escaños y ha asegurado que no participarán en un eventual gobierno técnico.
Bulgaria, con siete millones de personas, ingresó en la UE en la última ampliación, en 2007. El Parlamento votará este jueves la dimisión del Gobierno y el actual ha asegurado que seguirá en funciones hasta que se forme uno nuevo.