Pablo Picasso, el niño que quería dibujar antes de aprender a hablar
- El Museo Picasso de Málaga expone hasta junio las obras tempranas del pintor
- Picasso de Málaga muestra 53 obras suyas y 35 de otros artistas de la época
Ni "mamá", ni "papá" ni "ajo". Las primeras palabras que pronunció Pablo Picasso, con apenas un año, fueron “piz, piz”. Aquel niño nacido a finales del siglo XIX –y que aún no sabía hablar ni andar– quería tener en sus manos un lápiz. Esa barrita cilíndrica que veía manejar con destreza a su padre, también pintor, y con la que, pocos años después, pasaría tantas horas.
No es de extrañar –una vez conocida esta anécdota contada por María Picasso, su madre– que su primer óleo, Crepúsculo en el Puerto de Málaga, lo pintara con 8 años. Empezaba así la carrera artística del que ha sido uno de los grandes pintores de la Historia. Y es a él a quien el Museo Picasso de Málaga rinde de nuevo tributo, esta vez exponiendo su obra más temprana y coincidiendo con el 10º aniversario del museo malagueño.
Picasso de Málaga. Obra de la primera época, que abre sus puertas este martes al público, es una exposición en la que se pueden ver 53 obras del artista andaluz y 35 de otros autores como José Denis Belgrano o su propio padre, José Ruiz Blasco. El objetivo es mostrar sus obras tempranas –y las de quienes le rodeaban– para recrear su entorno y la atmósfera cultural en los que se crió. También dar a conocer mejor la Málaga de aquellos momentos, azotada por las catástrofes naturales y con un 85% de población analfabeta.
“La exposición habla de Málaga, su ciudad natal, pero habla de Picasso sobre todo. Hemos querido que sea muy visual, de manera que se vea claramente cómo la ciudad le inspiró para hacer sus primeros trabajos”, explica a RTVE.es Rafael Inglada, comisario de la exposición.
Retratos, bodegones y toros
Retratos de sus familiares, escenas taurinas, paisajes, bodegones y copias de otras obras dan testimonio de estos años en los que aquel niño plasmó su entorno y el paisaje que le rodeaba, con el estilo propio del momento.
Pero Inglada ha acompañado, además, las pinturas del genio con varios documentos – más de 100– que permiten al visitante hacerse buena idea de cómo fue su vida de niño. Así, encontraremos cartas, fotografías de su familia y de sus amigos y hasta la partida de su nacimiento, ese documento en el que consta que Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso –en aquellos años estaba de moda poner nombres así de largos– había nacido el 25 de octubre de 1881.
Málaga, presente siempre
Retrato de tía Pepa, El viejo pescador o Bailarina figuran entre sus primeras piezas. Obras que, según Inglada, fueron realizadas por "un pintor que tenía buena mano” pero que distaba mucho todavía del artista en que se convirtiría años después.
“Durante aquellos años había quienes pintaban como él o incluso mejor. Pero es que era normal: estaba empezando. Sin embargo, cuando ya no vivía en Málaga pero volvía durante los veranos, se ve claramente cómo empezaba a surgir un estilo absolutamente inconfundible”, cuenta.
Málaga está presente no sólo en sus primeras obras sino también en su trabajo de adulto. “Ya de mayor, Picasso pintaba palomas y toros y recurría al Mar Mediterráneo, al que tanto añoró después”, afirma el comisario.
La muestra ha sido posible gracias a la colaboración de coleccionistas privados, al Museo Picasso de Barcelona, al Museo del Prado, a la Biblioteca Nacional de España, a la Fundación Picasso Museo Casa Natal y otras instituciones internacionales.