Enlaces accesibilidad

El voto de Italia contra la austeridad complica el gobierno y frena las reformas deseadas por la UE

  • Berlín advierte: hay que seguir con las reformas "por el interés de Europa"
  • De Guindos: prevalecerá "la voluntad política" de poner fin a la crisis
  • Francia recuerda que "los pueblos no están dispuestos a pasar por el aro"

Por
Europa mira con preocupación la situación en Italia

Las peores pesadillas para los mercados financieros y los burócratas europeos se han cumplido en Italia: los ciudadanos han votado mayoritariamente en contra de las políticas de austeridad recetadas por la UE y el resultado de esas elecciones no permite la formación de un Gobierno estable en una economía vital para el futuro de la eurozona. Así, se pone en entredicho la solución diseñada por las instituciones europeas para acabar con la crisis de la zona euro.

Los analistas destacan que se han hecho realidad dos de los peores augurios para el pensamiento económico que domina en la actual Unión Europea: la crisis política en la tercera economía de la zona euro y el frenazo en seco a aplicación de la agenda de reformas diseñada por el Ejecutivo tecnócrata de Mario Monti bajo la batuta de la Alemania de Merkel.

"Una clara señal a Bruselas y Fráncfort"

"El resultado es que la absoluta mayoría de italianos ha votado contra las medidas de austeridad, el euro y Europa", ha resumido Enrico Letta, número dos del Partido Democrático, de centro-izquierda. "Esto envía una clara señal a Bruselas y Fráncfort", ha concluido.

Berlín parece haberse dado por aludido por ese rechazo de los italianos y ya ha lanzado sus primeras advertencias. Su ministro de Economía, Philip Rösler, ha destacado que "no hay alternativa a las reformas estructurales que ya se han puesto en marcha" y ha asegurado que todos los partidos políticos italianos necesitan ayudar a estabilizar a un país con una elevada deuda pública.

En igual dirección, el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, ha deseado que Italia consiga formar "rápido" un gobierno estable que pueda continuar la política de reformas del país "por el interés de toda Europa". "Estamos todos en el mismo barco", ha asegurado, "y cada uno debe reconocer su responsabilidad en el todo".

También alemán, pero en este caso socialista, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha considerado que "es difícil interpretar lo que se ha expresado en Italia". Sin embargo, Schulz ha reconocido que la ajustada victoria del centro-izquierda demuestra el escepticismo del electorado ante los recortes unilaterales.

"Las poblaciones están hartas de austeridad"

"Mi consejo a todos es que respeten el resultado de las elecciones democráticas. Ahora tienen un mandato democrático. Hay que vivir con el resultado de las elecciones", ha advertido en su declaración a los medios en Bruselas, en la que ha apelado al diálogo entre las fuerzas políticas, porque "cada elección es un mensaje en el que  los ciudadanos se expresan a través del voto".

En el mismo sentido se ha pronunciado el Gobierno de Francia, que destaca que lo sucedido en Italia es una advertencia al resto de Europa y a las políticas de austeridad. Según el ministro de Reconstrucción Productiva, Arnaud Montebourg, los italianos han rechazado "la política impuesta por los mercados".

"Los pueblos no están dispuestos a pasar por el aro", ha señalado Montebourg, quien subraya que "las consecuencias de un voto soberano no deberían siquiera cuestionarse". La canciller alemana, Angela Merkel, "no puede dirigir ella sola Europa".

El toque de atención de los italianos -subraya a RTVE.es Juan Laborda, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB)-  demuestra que "las poblaciones están hartas de la austeridad". "Si las poblaciones no van a aguantar las medidas de austeridad, debido al aumento del empobrecimiento, va a ir a peor la economía y los países no van a poder pagar sus deudas", explica este economista, quien señala una única solución: la reestructuración de las deudas, algo que -recuerda- ya se hizo en 2008 en Islandia.

"La austeridad se aplica, simplemente, porque los acreedores quieren cobrar", indica Laborda. Por eso, advierte que la reestructuración debería realizarse como "un proceso global europeo", que permitiese reordenar la deuda pública -incluida la generada por los rescates bancarios- y la privada, la que pesa sobre familias y empresas.

El castigo a la austeridad en Italia se ha personificado en el fracaso electoral de Monti, según el profesor del IEB, que va más allá y apunta a que el hasta ahora primer ministro también "ha hecho mucho daño" al centro-izquierda de Bersani, ya que ha recibido menos votos de los esperados porque "se mostró dispuesto a negociar con Monti".

Miedo al contagio de España

Los efectos del incierto resultado electoral italiano se han dejado  sentir de inmediato en los mercados de deuda, donde han aumentado las  presiones sobre los eslabones más débiles de la zona euro: España, Portugal y Grecia, lo que hace temer por un renacimiento de la crisis del euro.

Las primas de riesgo de esos países se han disparado en la apertura del mercado secundario de deuda. En el caso de la española, la apertura ha sido de pánico, ya que el diferencial con el bono alemán ha saltado por encima de los 400 puntos por primera vez desde diciembre. Sin embargo, con el avance de la sesión, esa escalada se ha frenado y se ha logrado contener la prima de riesgo por debajo de los 400 puntos.

Esa moderación no ha despejado los temores al contagio por la inestabilidad de Italia. El ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, ha reconocido una "preocupación extrema" por parte del Gobierno español.

Más optimista parece el ministro de Economía. Luis de Guindos se ha mostrado convencido de que va a prevalecer, "sin duda", la voluntad política de ejecutar las políticas "que se necesitan para sacar a Europa de la crisis", lo que se traduce en que cree que,  pese al contundente rechazo de los italianos, seguirán aplicándose las medidas de austeridad recetadas por la UE bajo la dirección de Alemania.

A pesar de la crisis política abierta en Italia por los resultados de las elecciones, elministro de Economía español, Luis de Guindos, se ha mostrado convencido de que "la voluntad política de llevar a cabo las políticas que se necesitan para sacar a Europa de la crisis va a prevalecer sin duda". El responsable de Economía ha recordado que "lo bueno para Italia, es bueno para España, y viceversa" y ha subrayado que España cuenta en la actualidad con "una importante posición de liquidez", con lo que insinúa que no corre peligro la financiación del Estado.

Regresa el fantasma del rescate

Sin embargo, si los inversores no comparten el convencimiento del ministro de Economía español y se dispara el precio de la financiación de España en los mercados, podría regresar el fantasma del rescate: Madrid se podría verse de nuevo ante la disyuntiva de pedir o no pedir ayuda al Banco Central Europeo (BCE) para que actúe en los mercados para rebajar el coste de la deuda española. Según la política seguida hasta ahora, esa asistencia se concedería a cambio de nuevos compromisos para aplicar más recortes y reformas.

Así lo ha advertido el profesor de Economía de la IE Business School Rafael Pampillón en una entrevista en Los Desayunos de TVE. "Tendremos que plantearnos otra vez si pedir o no el rescate", ha señalado al recordar que la actual situación económica de España es más débil que la de Italia.

Profesor de Economía de IE Business School: "Si sube la prima de riesgo, España tendrá que plantearse otra vez si pide el rescate"

Así, el voto contra la austeridad en Italia podría tener como consecuencia indirecta que el Gobierno de España opte por el rescate y por profundizar en sus propios recortes. "El Gobierno de Rajoy debería tomar nota de lo que ha pasado en Italia, porque aquí puede repetirse el voto de castigo a la austeridad", opina Juan Laborda.