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La ministra de Sanidad asegura que el fraude de la carne de caballo no afecta a la salud pública

  • Según el sistema de alerta sanitaria, no es un problema de salud pública
  • La OCU detectó dos marcas de hamburguesas en España con carne de caballo

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La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha asegurado que el hallazgo de carne de caballo sin etiquetar en hamburguesas y productos procesados "se circunscribe a un problema de fraude y no de salud pública" ni de seguridad alimentaria.

Mato ha hecho estas declaraciones en la Comisión de Sanidad en el Congreso de los Diputados en respuesta a la petición del grupo socialista para que aclarara las implicaciones del estudio publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre la calidad de hamburguesas comercializadas en supermercados españoles.

Según ese estudio de la OCU, dos de las 27 marcas de hamburguesas analizadas, presentaban trazas de carne de caballo sin etiquetar. Después, el Ministerio de Agricultura advirtió de la presencia de carne de caballo en los canelones congelados de la marca La Cocinera.

Fraude en el etiquetado

"Estamos coordinados con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y con el sistema de alerta sanitaria, que asegura que no se trata de un problema de salud pública y que no alarmemos a la población", ha afirmado la ministra.

Asimismo, ha añadido que "la defensa de los consumidores ha sido una de las prioridades del ministerio" y que el Gobierno ha puesto en marcha varios proyectos al respecto como la mejora del sistema arbitral de consumo, una resolución sobre litigios "on line" y un real decreto de arbitraje, que "será más ágil y disminuirá costes".

El informe publicado por la OCU a finales del pasado mes de enero desató la polémica sobre la calidad y los controles en los productos cárnicos en España, después de que se encontraran trazas de ADN equino en hamburguesas etiquetadas como vacuno en Irlanda y el Reino Unido.

El asunto se ha extendido a otros países europeos, como Italia y Francia, que han retirado varios productos del mercado al detectar que contenían trazas de carne equina sin precisarlo en el etiquetado.

Los distintos agentes de la cadena alimentaria, desde productores e industria hasta los consumidores, han precisado hasta el momento que los casos detectados no implican un problema de seguridad alimentaria pero sí un fraude de etiquetado.