El papa Benedicto XVI se despide: "Soy un simple peregrino que inicia su última etapa"
- El papa es ovacionado en Castelgandolfo, su villa de retiro temporal
- Con un breve y emocionado discurso ha puesto fin a 8 años de papado
- La retirada de la Guardia Suiza a las 20.00 da comienzo a la sede vacante
- Por la mañana ha prometido "obediencia incondicional" al nuevo papa
Con unas palabras breves, emotivas y tímidas, fiel reflejo de su cáracter, Benedicto XVI se ha despedido de los fieles y de ocho años de pontifcado. "Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje (...) Gracias de corazón", ha dicho antes de desaparecer del balcón de la villa pontificia de Castelgandolfo en una imagen para la historia.
"Ya sabéis que este es un saludo distinto a los anteriores", ha advertido entre aplausos. "Con mi corazón, amor, oración, reflexión y todas mis fuerzas interiores seguiré trabajando para el bien común de la Iglesia y de la comunidad", ha señalado antes de dar su última bendición como papa. "Gracias de nuevo. Y buenas noches" han sido sus últimas palabras en público como sumo pontífice. Un sencillo adiós.
En la plaza de Castelgandolfo, centenares de fieles y vecinos no han dejado de aplaudir y repetir "vivas" al papa. No querían perderse un momento histórico. Enormes carteles en los que se lee "Benedicto XVI estamos todos contigo" colgaban de los balcones de los edificios la localidad italiana.
Benedicto XVI es uno de los papas que más cariño tiene a esta villa que le recuerda a su Baviera natal: "aquí tengo de todo: montaña, lago y mar".
Aplausos y lágrimas
El papa ha llegado a Castelgandolfo a las 17.24 en helicóptero tras 17 minutos de vuelo. Allí ha sido recibido por el cardenal Giuseppe Bertello, presidente del Governatorato del Vaticano (ente que gestiona el pequeño estado, del que depende la Villa Pontificia de Castelgandolfo), y el arzobispo Giuseppe Sciacca, secretario del Governatorato. Asimismo, estaban presentes el obispo de Albano, diócesis a la que pertenece Castel Gandolfo, Marcello Semeraro; el director de la Villa Pontificia, Severio Petrillo; la alcaldesa del pueblo, Milvoa Monachesi, y el párroco, Pietro Diletti.
Benedicto XVI, a punto de cumplir 86 años, ha volado junto a su secretario personal, Georg Gaenswein, que le acompañará en su nueva vida como papa emérito, y antes de aterrizar enviaba su último tuit: "Gracias por vuestro amor y cercanía. Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro de vuestra vida".
Media hora antes, Joseph Ratzinger había dejado otra imagen para el recuerdo. Salía por última vez como papa del Palacio del Vaticano también entre los aplausos y las lágrimas de cardenales, arzobispos, sacerdotes y el personal que le ha servido en estos ocho años de un papado llamado a ser de transición. Y, a las 17.00 en punto, el repicar de las campanas de la basílica San Pedro -que ha tenido su eco en catedrales e iglesias de todo el mundo- remarcaba el histórico adiós al líder espiritual de 1.200 millones de católicos en el mundo.
"Ha sido un momento de tristeza y alegría porque el papa se ha ido, pero el papa no se ha muerto. Él ha querido esto con entera libertad y amor a la Iglesia", ha señalado en TVE José María Gil Tamayo, portavoz adjunto del Vaticano.
"Gracias por vuestro amor y cercanía"
Desde el patio de San Dámaso le acompañaron en coche hasta el helipuerto del Vaticano el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, y el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano. Los dos cardenales que se repartirán el poder durante el interregno. Antes, por la mañana, Benedicto XVI se despidió personalmente uno a uno de todos los purpurados de la curia y los venidos a Roma para participar en el próximo cónclave que elegirá a su sucesor.
A las 20.00 ha empezado para él una nueva vida como papa emérito tras su trascendental decisión de renunciar al pontificado, una situación insólita en los últimos 600 años. En Castelgandolfo permanecerá durante la sede vacante, hasta que sea elegido un nuevo pontífice y terminen las obras del monasterio Mater Eclessiae, en el Vaticano. A esa hora la Guardia Suiza se ha retirado del palacio de Castengandolfo porque ya no hay papa al que proteger.