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Hugo Chávez, un agitador en la arena internacional

  • Fue el primer mandatario de una nueva hornada de líderes latinoamericanos
  • Se enfrentó con EE.UU. y Colombia
  • Se puso al lado de Libia, Irán y Siria
  • Las relaciones con España, del desencuentro a la cooperación comercial

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El presidente venezolano Hugo Chávez durante un discurso ante la Asamblea de la ONU
El presidente venezolano Hugo Chávez durante un discurso ante la Asamblea de la ONU

El influjo del presidente venezolano Hugo Chávez ha sobrepasado el ámbito de su país y aun el latinoamericano. Tanto por su peculiar personalidad y su estilo de comunicación, como por su proyecto político "bolivariano", Chávez no ha pasado desapercibido en el panorama internacional de los últimos años.

Elegido en 1998, el venezolano fue el primer líder de la nueva hornada de dirigentes latinoamericanos, considerados izquierdistas por unos y populistas por otros, que pusieron fin a la hegemonía del neoliberalismo en América del Sur.

Con diferencias en su grado de profundidad y con variaciones locales, todos ellos coincidieron en volver a situar a la cabeza de las respectivas agendas los intereses del desarrollo nacional y la cooperación regional, después de unos años en los que los ciclos de desregulación, privatización, apertura a los mercados financieros, deuda externa y programas de ajuste recetados por el FMI llevaran a algunas de sus economías a la crisis y en ocasiones al colapso.

Después de Chávez, llegaron al poder Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil (2003), Néstor Kirchner en Argentina (2003), Tabaré Vázquez en Uruguay (2004), Evo Morales en Bolivia (2005), Rafael Correa en Ecuador (2006), Michel Bachelet en Chile (2006), Fernando Lugo en Paraguay (2008) y Ollanta Humala en Perú (2011).

Algunos de los nuevos dirigentes latinoamericanos han sido guerrilleros (caso de Dilma Rousseff, sucesora Lula, o de José Múgica, actual presidente de Uruguay), o sufrieron represión y tortura durante los años de la Guerra Fría (Bachelet).

Más al norte, en Centroamérica, Chávez se ha aliado con Daniel Ortega en Nicaragua y con Manuel Zelaya en Honduras, este último defenestrado en un golpe de Estado.

Este nuevo panorama político regional ha limitado la influencia de Estados Unidos (el único aliado incondicional que tiene hoy en la zona es Colombia) y ha dado oxígeno a Cuba, ya que estos gobiernos defienden una política hacia la isla libre de presiones estadounidenses.

Chávez ha impulsado la creación de distintas organizaciones regionales, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la UNASUR o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), como alternativa a la influencia de Washington.

La CELAC, es el nuevo foro americano que excluye a Estados Unidos y Canadá. Nace con la voluntad política de convertirse en el foro regional más importante, y busca impulsar la libre circulación de bienes, servicios y personas.

En el ámbito americano, el presidente venezolano ha mimado su relación con Cuba, hasta el punto de que La Habana sobrevive actualmente gracias al petróleo de Caracas. A cambio, Venezuela obtiene profesionales (médicos) y formación, y el placet ideológico de los Castro. Chávez, que tiene un acceso privilegiado a Fidel, se postula así como un legítimo sucesor de los revolucionarios de los 50 y 60, con el Che a la cabeza.

Castro reaparece en la televisión

El de Cuba es solo un ejemplo del uso que Chávez ha hecho de la riqueza petrolera como herramienta en su política exterior, y que le ha granjeado las críticas de la oposición interna.

A nivel global, el venezolano se ha convertido en una figura carismática de la llamada "nueva izquierda" internacional, que ve un ejemplo a seguir en el proceso de reforma democrática que ha dado lugar a la llamada República Bolivariana.

Tensión con EE.UU. y Colombia

Desde su toma de posesión, Chávez ha identificado claramente a su principal enemigo externo: EE.UU.  Tanto en política económica como en relaciones exteriores, el camino elegido por ambas administraciones ha sido de colisión.

Chávez ha reservado siempre su lenguaje más agresivo para el gigante del norte. "Yankis de mierda. Váyanse al carajo", bramó ante una multitud en Caracas en 2008, cuando Venezuela expulsó al embajador estadounidense en solidaridad con Bolivia.

En un mitin para mostrar su apoyo al presidente de Bolivia, Hugo Chávez ha llamado "yanquis de mierda" a los norteamericanos.

De George W. Bush dijo que era, sencillamente, "el diablo" y le llamó en alguna ocasión "asesino" y "borracho".

Chávez llama "diablo" a George W. Bush en la ONU

Su relación con Barack Obama, en cambio, ha sido ambivalente. Chávez minimizó la influencia que la elección del demócrata podría tener para la conducta de EE.UU. respecto al sur del continente, definida, en su opinión, por intereses "imperialistas" inmutables. Sin embargo, intentó mantener una buena relación con Obama, y en las últimas elecciones en EE.UU.  aseguró que "votaría por él".

Chávez asegura que si pudiera "votaría por Obama"

Curiosamente, su enfrentamiento con Washington le han granjeado la simpatía de algunos críticos del stablishment en los propios EE.UU., como Oliver Stone, quien le inmortalizó en una película (al igual que había hecho con Castro) o Sean Penn.

Recién llegado de Irán, Hugo Chávez ha acudido a la proyección oficial del documental 'South of the Border' de Oliver Stone.

Como derivada de lo anterior, las relaciones con la vecina Colombia se erosionaron hasta llegar a la ruptura diplomática y, al menos en el plano retórico, al borde del enfrentamiento bélico durante el mandato del presidente Álvaro Uribe.

Uribe y Chávez cruzaron graves acusaciones y amenazas.  Bogotá acusó a Caracas de dar amparo a la guerrilla de las FARC, mientras que Chávez consideraba al colombiano un proxi del "imperio" por la instalación de bases estadounidenses en su suelo.

Ha sido el actual presidente colombiano, Juan Manuel Santos, el encargado de cerrar las heridas, lo que ha allanado también el camino para que Venezuela sea uno de los "acompañantes" en el proceso de diálogo de paz entre las FARC y el gobierno colombiano.

Alianzas "anti-imperialistas"

De otra parte, su posicionamiento frente a todo lo que considere "imperalismo" ha impulsado a Chávez a mostrar públicamente su apoyo o simpatía por las "bestias negras" de Washington.

Fue el caso de Muammar al Gadafi en Libia (al que calificó de "mártir") o del iraní Mahmud Ahmadineyad. Venezuela ha servido como puente para los intereses de Irán en Latinoamérica.

Hugo Chávez califica a Gadafi de "mártir"

También respecto a Siria, el presidente venezolano ha condenado cualquier intervención internacional contra el "gobierno legítimo" de Bachar al Asad.

En su búsqueda de socios alternativos Chávez, como muchos otros en América Latina, ha mirado hacia China. Según Bloomberg Businessweek, desde 2007 el Banco de Desarrollo de China ha prestado a Venezuela 42.5 mil millones de dólares (más de 32.000 millones de euros), casi un cuarto de todos los préstamos exteriores de la entidad.

China obtiene participaciones en las explotaciones petrolíferas e invierte en la construcción inmobiliaria y de infraestructuras. A cambio, los venezolanos compran cada vez más coches y bienes de consumo chinos.

Relaciones con España

España había mantenido tradicionalmente buenas relaciones con los gobiernos venezolanos anteriores a la etapa chavista. El socialdemócrata Carlos Ándres Pérez, a quien Chávez intentó derrocar en 1992 y que posteriormente fue condenado por corrupción, era amigo personal de Felipe González.

En el momento de la llegada al poder del líder bolivariano, la preocupación de las autoridades de Madrid era que pudieran peligrar los intereses de empresas españolas y de los españoles residentes en Venezuela (más de 196.000 en 2012). La supuesta presencia de etarras en Venezuela ha sido también un punto habitual de fricción.

Chávez habla de etarras

Las relaciones fueron especialmente tensas durante los gobiernos de José María Aznar, al que Chávez dedicó frecuentes descalificativos y a quien llegó a acusar de favorecer el fallido golpe de Estado de 2002.

Esto dio lugar a un incidente con el Rey, el archiconocido "Por qué no te callas", que sin embargo no causó un daño duradero en las relaciones bilaterales.

Imágenes del enfrentamiento entre el rey Don Juan Carlos y Chávez en la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana, el 10 de noviembre de 2007 en Santiago de Chile. (25/07/2008)

Las aguas siempre han vuelto a su cauce en las relaciones bilaterales, marcadas por el cruce de intereses comerciales. La balanza comercial ha pasado de ser negativa a positiva para España en el periodo entre 2008 y 2011 (con un saldo de 1.259 millones de dólares, casi 970 millones de euros, en 2011). Según el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, "se han intensificado las relaciones económicas, comerciales y empresariales en sectores clave como elenergético

, seguros, comunicaciones, en el ámbito de infraestructuras, ferroviario, naval o turístico. También se han abierto nuevos espacios de cooperación, como es el caso de la participación militar".