Dime cómo es tu escudo y te diré qué papa eres
- Desde hace ocho siglos los papas usan escudos de armas
- El blasón recoge referencias al origen o el programa del pontífice
- Benedicto XVI sustituyó la tiara por la mitra
Durante al menos 800 años, los portadores del anillo de Pedro han usado un escudo de armas distintivo.
El primero pudo ser Inocencio III (a la izquierda, su escudo) cuyo papado se extendió entre 1198 y 1216.
En la Edad Media, los escudos de armas eran habituales entre la nobleza, a la que solía pertenecer el máximo representante de la Iglesia Católica.
La heráldica eclesial sigue las reglas de la civil, pero introduce símbolos que tienen un significado religioso, junto a otros que hacen referencia al origen o a la familia del pontífice, a sus cargos anteriores en la Iglesia, a su experiencia religiosa o a su programa para el papado.
Así, los escudos de los papas Medici (León X, Clemente VII y León XI) reproducían sin más la heráldica de esta poderosa familia toscana.
De la misma manera, los blasones de los papas Juan Pablo I, Juan XXIII y Pio X compartían la figura del león de San Marcos en su parte alta, referencia al Patriarcado de Venecia que todos ellos ocuparon.
Además del escudo de cada papa, el Vaticano tiene su propio emblema, que se modifica durante la sede vacante en todos los documentos, así como en la emisión de moneda y sellos.
Símbolos comunes
(A la izquierda, el escudo del Vaticano; a la derecha, el escudo modificado durante la sede vacante).
Las dos llaves cruzadas son comunes en los escudos de los papas como del papado. Representan el poder que Cristo dio a Pedro y a sus sucesores, la base de la autoridad papal.
Hacen referencia a una cita del evangelio de San Mateo (16:19): "Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos".
También es común a la heráldica eclesial la forma de cáliz del escudo.
La tiara, una corona con forma cónica, ha sido habitual en los símbolos papales desde que apareció como tal en 1130, primero como una corona simple a la que en los siglos siguientes se añadieron otras dos.
La tiara o trireino simboliza el triple poder del papa según se expresaba en el ritual de la coronación: "padre de los reyes, rector del mundo, Vicario de Cristo en la tierra".
Aparte de las representadas en la heráldica, en el Vaticano se conservan varias de estas coronas, ricamente decoradas con piedras preciosas. Su uso era obligatorio en las ceremonias solemnes hasta que fue abandonada a partir del Pontificado de Pablo VI (1963), tras el concilio Vaticano II, y sustituida por la mitra.
Benedicto XVI recibió en 2011 una tiara relizada en oro por cristianos ortodoxos búlgaros, que nunca ha usado en público.
La tiara desaparece del escudo de Benedicto XVI
Ratzinger eligió símbolos que ya había usado durante sus años de arzobispo en Munich y Freising, y después como cardenal.
Así, en la parte derecha del escudo (izquierda para el observador) figura la cabeza coronada de un africano o etíope. Se trata de un emblema usado tradicionalmente en Bavaria, región natal de Ratzinger, y conocido como "el moro de Freising". El emblema consta también en el de la archidiócesis de Munich-Freising, y su origen real se desconoce.
El oso que ocupa la parte izquierda también hace referencia igualmente a Freising. Cuenta la leyenda que San Corbiniano, obispo de la ciudad, fue atacado por un oso durante un viaje a Roma. El obispo domó al animal y le cargó con su equipaje.
En el llamado punto de honor del escudo figura una concha, que durante siglos ha sido emblema de los peregrinos.
Pero la mayor novedad del escudo de Benedicto XVI fue la eliminación de la tiara y su sustitución por la mitra, que tiene un significado episcopal, aunque esta tiene tres bandas doradas que recuerdan a la corona original.
También incluyó el palio pontificio, que nunca se había usado como figura.
En 2010, la reaparición de la tiara en un tapiz bordado regalado al papa, y que colgó del balcón desde el que bendice a los fieles en la plaza de San Pedro, provocó un pequeño debate en internet sobre su significado teológico y pastoral. Sin embargo, el Vaticano negó que hubiera previsto ningún cambio en el escudo oficial. Si esta reapareciera en el escudo del nuevo pontífice podría interpretarse como una reafirmación de su autoridad.
Juan Pablo II: la cruz y María
El escudo del precedesor de Benedicto XVI era más simple.
El polaco Karol Wojtyla no incluyó en él ninguna referencia simbólica a su anterior desempeño en la Iglesia como arzobispo de Cracovia.
Juan Pablo II quiso subrayar la importancia de la redención y por eso presenta una cruz, aunque desplazada hacia la derecha para que en la izquierda deje ver una M mayúscula, en referencia a la Virgen María.
Como curiosidad, ni en el escudo de Wojtyla ni en el de Ratzinger figuran sus respectivos lemas (Totus tuus en el primero; Cooperatores Veritatis en el segundo) pese a que el de Juan Pablo II llegó a ser ampliamente conocido.