¿Quo nomine vis vocari? (¿Con qué nombre será conocido el nuevo papa?)
- En el siglo VI un papa decidió por primera vez adoptar otro nombre
- Juan, Benedicto o Gregorio han sido los más populares a lo largo de la historia
Una vez alcanzada la mayoría en la elección, si el candidato electo da el consentimiento, esa será la pregunta que deberá contestar con la fórmula Vocabor "más el nombre elegido". El Maestro de las Celebraciones, en funciones de notario, levanta entonces el acta de la aceptación del nuevo Pontífice y de su nombre.
Tras el Habemus papam, el cardenal protodiácono, Jean-Louis Tauran, será el encargado de anunciar al mundo el nombre del papa 266 de la Iglesia católica con la fórmula Qui sibi nomen imposuit (Que se ha impuesto el nombre de...).
En 1274, en el Concilio Ecuménico de Lyon, el papa Gregorio X estableció una serie de normas para el proceso de elección de los pontífices, después de que en su propia elección los cardenales estuviesen recluídos durante dos años y medio en el palacio papal de Viterbo. Desde entonces, el nombramiento se produce a través de las votaciones en el cónclave.
¿Por qué los papas dejaron de utilizar sus nombres originales?
La primera vez en la historia que la respuesta fue un nombre diferente al real del elegido fue en el siglo VI, cuando Juan II escogió el nombre de Mercurio.
Desde entonces, todos los pontífices han decidido cambiar su nombre. Habitualmente, el nuevo nombre corresponde a algún antecesor al que admiran, un santo de su devoción o una versión latinizada de su propio nombre.
A lo largo de la historia, los papas solo han adoptado 81 nombres. El último en elegir un nombre original, nunca antes utilizado, fue el papa Landón en 913. En este caso, tampoco nadie ha vuelto a elegirlo.
Juan Pablo I, en cambio, fue el primero en elegir un nombre compuesto eligió su nombre en 1978 uniendo los nombres de dos pontífices anteriores, Juan XXIII y Pablo VI.
Algunos de estos nombres han sido repetidos en multitud de ocasiones, como Juan, el más popular, que ha sido elegido 23 veces. También Gregorio (16) y el propio Bendecito (16), son dos de los más habituales, seguidos de Clemente (14) e Inocencio (13).
¿Por qué Ratzinger eligió el nombre de Benedicto?
Cuando Joseph Ratzinger fue elegido por el cónclave en 2005, escogió su nombre papal en un acto de doble homenaje.
En primer lugar a San Benedicto, fundador de la orden benedictina, que se define por la importancia de la vida en comunidad, la búsqueda del bien común y el canto de los salmos como elemento fundamental.
Por otro lado, Benedicto XV, elegido en los comienzos de la I Guerra Mundial, cuyo objetivo fue lograr la paz en Europa, sin conseguirla, y la re-cristianización de Europa, con algunos países en pleno roceso de secularización en aquella época.
En ambos casos se trata de religiosos italianos, algo que se corresponde con el carácter italófilo del alemán Joseph Ratzinger. Durante su papado, nombró a gran cantidad de cardenales italianos. Por otro lado, tanto la paz mundial como la re-cristianización a nivel mundial, a partir del fortalecimiento de la evangelización, han sido dos de las grandes preocupaciones de Benedicto XVI. Además, su retirada a la vida monástica coincide también con el carácter benedictino.
¿Cómo se espera que sea el nuevo papa?
En esta ocasión, el cónclave se caracteriza por una composición más europea, más conservadora y más "romana" que en el cónclave de 2005, algo que genera reticencias en algunos cardenales que temen "sonar más como políticos conservadores que como líderes cristianos".
Lo cierto es que gran parte de los cardenales que participan en la votación fueron designados, directa o indirectamente, por Benedicto XVI y el resto, por Juan Pablo II, por lo que existe una alta probabilidad de que el papa elegido perpetúe una línea continuista.
"Benedicto XVI influirá en el cónclave por el mero hecho de estar vivo. Los cardenales que él ordenó no se sentirán con total libertad para votar a alguien que no fuese a continuar su legado", opina al respecto Robert Mickens, especialista en información del Vaticano, en unas declaraciones a Reuters.
Por ello, es previsible que el nuevo santo padre mantenga la intención que ya mostraron sus dos predecesores de reafirmar una línea más ortodoxa en la Iglesia Católica. También es predecible que continúe con la vertiente misionera y evangelizadora, fortalecida por Benedicto XVI con la Nueva Evangelización.
Se espera también que el elegido por los cardenales sea un papa joven, en torno a los 65 años, tomando como orientación el mensaje de Benedicto XVI en su renuncia, que aseguró que su edad le dificultaba cumplir con las exigencias del cargo.
Además, el obispo de Washington, Theodore McCarrick señala que "lo más importante es que el nuevo papa sea capaz de comunicar, especialmente a los jóvenes", además de reflexivo e intelectual. Esta cualidad toma especial importancia en un momento de convulsión interna en la Iglesia por los escándalos de corrupción y pederastia.
A pesar de que el 42% de la comunidad católica se encuentra en Latinoamérica, la amplia mayoría de cardenales europeos (61, de los cuales 28 son italianos) puede dificultar el deseo de muchos cristianos de tener un papa africano o latino que, además, destaque por sus visitas y viajes.
Aún así, "es perfectamente imaginable", según el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Kurt Koch.
¿Cuál puede ser el nombre elegido?
Si el nuevo papa tomase su nombre en función de algún antecesor de similares características, existe una serie de posibilidades que suenan con más fuerza en las quinielas.
Por ejemplo, atendiendo a la edad, algunos de los nombres elegidos por los papas más jóvenes fueron León, Clemente, Pablo, Eugenio, Martín, Nicolás y Pío.
Este último fue además el nombre elegido por dos de los pontífices más conservadores del S. XX, Pío X y Pío XII.
El nombre León es otro de los que suena con fuerza, ya que otra de las cualidades que, en algunos sectores, esperan del nuevo papa es su acercamiento al pueblo. El gran referente de este perfil de "papa obrero" fue León XIII.
Benedicto, además de ser uno de los más populares, puede ser también uno de los favoritos, teniendo en cuenta la estrecha relación de varios de los cardenales con el último papa y su faceta intelectual.
Por el contrario, si el nuevo papa se define por ser un gran comunicador y viajero, podría tomar el nombre del que, sin duda, ha sido el papa más mediático, Juan Pablo II.
Pero la realidad es que la homogeneidad ideológica en este cónclave lo hace más imprevisible que el de 2005, ya que no existe ningún referente tan claro como lo fue entonces el candidato Joseph Ratzinger.